sábado, 8 de octubre de 2016

DEUTERONOMIO: La mente perversa del creador

NT (texto bíblico): Yavé mandará contra ti la maldición, la turbación y la amenaza, en todo cuanto emprendas, hasta que seas destruido y perezcas bien pronto, por la perversidad de tus obras, con que te apartastes de mí. Yavé hará que se te pegue la mortandad, hasta consumirte sobre la tierra en que vas a entrar para poseerla. Yavé te herirá de tisis, de fiebre, de inflamación, de ardor, de sequía, de quemadura y de podredumbre, que te perseguirán hasta destruirte. Yavé mandara sobre tu tierra, en vez de lluvia, polvo y arena, hasta que perezcas. Yavé hará que seas derrotado por tus enemigos,… tu cuerpo será pasto de todas las aves del cielo. Yavé te herirá con ulceras, con almorranas con sarna, con tiña, de que no curaras. Yavé te herirá de locura, de ceguera y de delirio. No tendrá éxito ninguno de tus proyectos y te veras siempre oprimido y despojado, sin que nadie te socorra. Tomaras una mujer y otro la gozara, construirás una casa y otro la habitara. Tu buey será degollado ante tus ojos y no lo comerás tú; tus hijos e hijas serán presa de otro pueblo. Yavé te herirá en tus rodillas y tus muslos de ulcera maligna. Echaras en tu campo mucha simiente y cosecharas poco,… Engendraras hijos e hijas pero no serán para ti porque serán llevados cautivos. Tus campos lo roerá la langosta… (DEU. 28.20-46).

CM (comentarios): Largísimo relato que no termina ahí, sino que continua desgranando mas y mas miserias que destina Yavé a quienes se aparten del camino, del modo de conducta que él ha establecido, que tengan la osadía de no servirle, como le gusta destacar. Pocos seres humanos son tan malvados para desear a sus semejantes tan terribles males por las circunstancias que fueren, por muchos males que les hubiera provocado. Desear a los demás la penuria, la miseria, la esclavitud de sus hijos, la pobreza, vivir sin hogar, la lucha destinada al fracaso, ha de ser la mayor perversidad en la mente de un indeseable, pero pensar que en sus manos pudiera estar la realización de sus deseos y ejecutarlo lo convierte en el ser mas deleznable posible de imaginar. Yavé tiene el deseo y el poder de hacer todo aquello que dice, y lo lleva a cabo, lo que lo convierte en ese ser despreciable que ningún texto bíblico oculta, pues en todo momento los llamados textos sagrados ponen de manifiesto, y sin paliativos, la naturaleza maligna del creador. Desde el mismo momento de la creación del primer ser humano, relato absurdo por ilógico e insostenible, son sometidos a una prueba con el único interés de ser castigado de manera indeleble y trasmitido a toda la humanidad, <habrase visto mayor perversidad>, y de ser  expulsado de ese supuesto paraíso terrenal, para continuar permitiendo el primer asesinato y desterrar a uno de los hijos por matar a su hermano, cuando solo habitaban cuatro personas en el mundo recién creado, otro absurdo, sin que el todopoderoso Yavé pudiera evitar tal matanza, o quizás estaba en la lógica de sus perversidad consentirlo. Y así continuamos con el famoso diluvio que envió premeditadamente acabando de esta forma con toda la humanidad existente salvo la familia privilegiada del centenario Noe, la destrucción de Sodoma y Gomorra, las plagas de Egipto o la usurpación de territorios por donde pasaban las tropas de Israel guiadas por la espada virtual de Yavé.

No es de extrañar que la historia de la humanidad esté llena de castigos por parte de los líderes religiosos en defensa de los principios religiosos y como escarmiento para el cumplimiento de los preceptos dictados por escritores anónimos en tiempos desconocidos. Hasta nuestros días, en un mundo globalizado, no localista, llega el terror dimanado de las religiones, miles de personas siguen huyendo del terror impuesto por grupos religiosos que ejercen la justicia a su antojo, condenando en el acto en pos de sus objetivos teístas.


¿Cómo es posible creer en un ser tan ignominioso, tan malvado y vil, tan perverso? ¡Quizás muchos creyentes desconozcan las intenciones de su dios!

1 comentario:

  1. Tremendo. Es increíble que libro tan ridículo haya sobrevivido hasta nuestros días...

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