martes, 19 de noviembre de 2013

EXODO: En el desierto de Sinaí (II)

NT: De vuelta Moisés a la montaña, es cuando Yavé establece los mandamientos que han de cumplir. No tendrás otro Dios que a mí. No harás esculturas ni imagen alguna de lo que hay en el cielo, en la tierra, ni en las aguas. No te postraras ante ellas porque yo soy tu Dios, un Dios celoso que castiga en los hijos las iniquidades de los padres hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian y hago misericordia de los que me aman hasta mil generaciones. No dejare sin castigo a quien tome mi nombre en falso. El séptimo día descansaras y lo consagraras a Dios (Ex. 20-1-11).

CM (comentario): Esos son los mandamientos dedicados al mismo Dios. En principio no hay otro Dios que Yavé, el creador, lo que parece lógico, puesto que si es cierto que el creo todo el universo, el cielo, las estrellas, la tierra y los seres vivientes e inanimados y además lo hizo sin ayuda de ningún otro Dios, seria absurdo creer en otro Dios diferente, que seria además falso.

En esa misma lógica parece razonable que a un ser tan poderoso, que nos ha dado la vida, le honremos en exclusiva y que le adoremos sin imágenes, puesto que él no tiene imagen real, no se sabe muy bien que es, pero desde luego no tiene apariencia humana, ni de ningún otro animal, ni siquiera de objetos presentes en la naturaleza. Y por supuesto no seria lógico que se adorasen a figuras o imágenes de lo existente, como el sol, el trueno o la madre tierra.

Sin embargo estos preceptos son incumplidos de manera continuada por parte de los cristianos, que empiezan representando a Dios como un señor entrado en años, con una cierta envergadura física y una barba blanca extensa y bien poblada. En ocasiones se sitúa en un triangulo, rodeado de rayos de sol o envuelto en una nube.

Y para contrarrestar la creencia en un solo Dios después de tanta cultura pagana y politeísta, los cristianos crean la figura del hijo de Dios y del Espíritu Santo, una trilogía que no hay dios que la entienda, pero que es algo verdadero bajo la amenaza del fuego eterno. Y además se inventan toda una iconografía de vírgenes, de santos y del mismo Jesucristo en múltiples escenas: predicando a sus apóstoles, haciendo milagros, en la última cena antes de morir, en la cruz o ascendiendo a los cielos. Justo lo contrario que dice Dios en este texto bíblico que estamos comentando.

Por consiguiente los cristianos ignoran la Biblia y no temen el castigo de Dios. Aunque quizás entiendan los cristianos que Yavé solo se refiere, en cuanto a castigo, a aquellos que odian a Dios, a cuyos hijos castigara, aunque no dice como, hasta la cuarta generación. Parece bastante cruel que los hijos tengan que sufrir castigo por la descreencia de sus padres, pero a Dios esto le parece natural, de la misma forma que lo es que también los descendientes del pueblo de Amelec, sufrirán el enfrentamiento que tuvieron con los hebreos.

Por el contrario, Yavé será misericordioso hasta mil generaciones de los que le aman. No sabemos como debemos interpretar esto, pero cabria pensar que es algo así como con las indulgencias, que tienes parte del cielo ganado, en este caso no por dinero, sino porque tus padres fueron ejemplares con Dios, con lo que siempre te puedes tomar ciertas licencias en tu comportamiento humano. Claro que no tenemos manera de comprobar si nuestros padres amaron a Dios, según el criterio de éste último y mucho menos saber como actuaron los bisabuelos de nuestros bisabuelos, por quedarnos aquí.

En todo caso, el mandato divino de prohibir las estatuas y las imágenes es bien claro, como también lo es que los cristianos incumplen este primer mandamiento. así que las Iglesias cristianas toman de la Biblia aquello que más les conviene, poniendo consiguientemente en cuestión todo lo allí escrito.


Y a imagen de lo que hizo Dios al crear el mundo en seis días, estos serán los días de trabajo y el séptimo se destinara al descanso. En esto estuvo acertado, ningún sindicato lo hubiera logrado tan fácilmente. Sin embargo tampoco los cristianos han cumplido con este mandamiento al consentir que los esclavos, que también podían ser creyentes e hijos de Dios, trabajaran sin descanso en todo momento.

jueves, 7 de noviembre de 2013

EXODO: En el desierto de Sinaí (I)

 NT: Tres meses tardaron en llegar al desierto de Sinaí, desde la salida de Egipto. Acamparon frente a la montaña y en lo alto Yavé comunico a Moisés, tras recordarle lo que había hecho a Egipto y como les había traído hasta allí, que si guardan su voz y su alianza “seréis mi propiedad entre todos los pueblos, porque mía es la tierra, pero vosotros seréis para mi un reino de sacerdotes y una nación santa. Decid esto a los hijos de Israel” (Ex. 19.1-6).

CM (Comentario): Es insistente el interés de los escritores en destacar la predilección de Dios sobre el pueblo hebreo, la desconsideración hacia el resto de pueblos y en recordar el mal causado a los egipcios para beneficiar a los israelitas. Ante tanto desprecio hacia lo que no es el pueblo elegido ¿Cómo es posible que las religiones monoteístas no judías acepten el Antiguo Testamento como libro sagrado y base de su esquema religioso, de su doctrina? ¿Cómo pueden aceptar que este Dios es su Dios, si él mismo manifiesta ser el Dios de los judíos, es su pueblo, dando entender por consiguiente que el resto de pueblos no son su pueblo? ¿O es que todos los cristianos y musulmanes se consideraran herederos de aquel pueblo hebreo que salio de Egipto en busca de una tierra prometida?

Nunca hasta ahora había manifestado Yavé ser el propietario de su pueblo, aunque su comportamiento hacia él no eran sino manifestación de esa propiedad. Este sentimiento de propiedad, de hacer lo que se le antojo por ser suyo es realmente duro y prueba de una nula generosidad por parte de Dios. Él crea al hombre y todo lo existente, pero no le da libertad de actuar sino que lo creado le pertenece, inerme o vivo, esta sometido a su vigilancia y mandato.

El hombre es esclavo de Dios. Podríamos hacer un paralelismo en nuestras familias, mis hijos son míos, me pertenecen, son de mi propiedad, como los son la casa en la que habito y mis enseres, me obedecerán y yo determinare sus vidas, serán esclavos de mi voluntad, como sus hijos lo serán a su vez de ellos. De hecho ¿no ha ocurrido así y ocurre aún en algunas sociedades? ¿Se trata de una herencia bíblica?

NT: El pueblo entero contesto, al conocer las palabras de Yavé, que harían todo cuanto éste diga (Ex. 19.8). Yavé decide entonces bajar en una espesa nube y hablar a Moisés en la montaña del Sinaí delante de todo el pueblo, para que tengan fe en éste. Pero el pueblo no debe traspasar una determinada línea, porque en tal caso morirán y durante los tres días previos nadie tocara mujer (Ex. 19.9-15).

CM: Como podemos comprobar, Yavé siempre esta imponiendo condiciones, en esta ocasión se va a dar a conocer a su pueblo, se va a presentar por primera vez en persona, si se pude llamar a si. Hasta ahora las manifestaciones habían sido de forma indirecta, bien a través de Moisés, que se vía obligado a hacer algún milagro para que le creyeran o en forma de desastre natural. A ver si tras esta aparición el pueblo deja de dudar de Moisés y le facilita su tarea de llevarles a la tierra prometida.  

El mandato que impone Yavé es que no se acerquen más de la cuenta al lugar elegido para su presentación pública. Entendemos que se trata de una raya imaginaria al pie de la montaña, lo que no deja de ser un peligro ante una posible avalancha de tanta gente enfervorizada por ver a Dios directamente. En los tiempos actuales existen vayas de protección cuando algún líder espiritual, político o mediático aparece en publico y en todo caso se establece un cordón policial que impide cualquier intento de aproximación al personaje con el animo de tocarle o fotografiarle.

En el fondo tiene su lógica el interés en establecer una línea divisoria, aunque no lo es tanto la amenaza con la muerte si esta se rebasa. Imaginemos algún acontecimiento extraordinario, en los que se congrega una multitud, como la visita del Papa católico a una gran ciudad o la peregrinación musulmana a La Meca y que un cordón virtual eléctrico provocase la muerte de quienes intenten traspasarlo, seria una barbaridad, sin embargo al estar en la Biblia se da por bueno.

La otra condición es que nadie toque mujer, es decir continencia sexual durante tres días. Es difícil pensar que tal precepto lo cumpla el cien por cien de los israelitas allí destacados, bien por resistir su propia tentación o la de su esposa. Y finalmente ¿Cómo saber quien ha cumplido o no con  el mandato? Pero esto es cosa menor, Dios es omnisciente y conoce perfectamente, no solo lo que ha hecho cada uno sino que puede adivinar su pensamiento y por tanto si se ha visto tentado.

NT: Al tercer día hubo truenos y relámpagos, una densa nube sobre la montaña y fuerte sonido de trompeta (Ex. 19.16). Todo el Sinaí humeaba, pues Yavé había descendido en medio del fuego y subía el humo y todo el pueblo temblaba. El sonido de la trompeta se hacia cada vez más fuerte, Moisés hablaba y Yavé le respondía mediante el trueno. Descendió Yavé a la montaña y llamo a Moisés, le hizo subir y le dijo que bajase para prohibirles a los congregados que traspasen el termino marcado para acercarse a Yavé y ver, no sea que perezcan (Ex. 19.18-21).   

CM: Todo un espectáculo, una magistral puesta en escena, truenos y relámpagos, el cielo se oscurece y se ilumina en un estruendo sonoro que hace temblar la tierra, los rayos son tan fuertes y numerosos que provocan llamaradas de intenso color rojo entre las nubes y entremedio un trepidar de trompetas con un sonido cada vez mas intenso compitiendo en sonoridad con los truenos, una mezcla de elementos naturales y artificiales y en el centro del escenario el mismo Yavé envuelto en una nube espesa, ahora visible ahora invisible según la frecuencia de las descargas eléctricas.


Sin embargo tan bello espectáculo adolece de un buen guión, porque en el momento de mayor esplendor, el protagonista principal de la parte terrenal, Moisés, después de subir a la montaña ha de volver a bajar para decirle al pueblo la tontería de no traspasar la raya, cuando ya habían sido advertidos con anterioridad. Así que Yavé se queda solo en su nube esperando a que vuelva Moisés y poder continuar con la escena.