miércoles, 17 de julio de 2013

¡Matemáticas en misa ya!

Por una educación pública, laica y de calidad
(Publicado en rebelion.org)

Somos un grupo de docentes de todos los niveles educativos que estamos muy preocupados por el bajo nivel cultural en nuestra sociedad, los altos índices de fracaso escolar y la proliferación de telebasura. 

Para salir de esta situación queremos traspasar los muros de las escuelas, los institutos y las universidades, llevando la cultura y la educación a ámbitos en los que hasta la fecha hemos estado ausentes, en los que nuestra dejadez ha privado a muchos ciudadanos del derecho universal a la cultura. 

Como primer paso, queremos llegar a un acuerdo con las autoridades eclesiásticas para que nos cedan un diez por ciento del tiempo de las misas con el fin de que profesores especialistas en las distintas disciplinas puedan llegar más fácilmente a los creyentes mediante breves intervenciones didácticas. 

Estamos estudiando cuál sería el momento idóneo para insertar en las misas contenidos científicos y culturales, tal vez inmediatamente después de la consagración o justo antes del padre nuestro. 

Está claro que algunos feligreses podrían, con razón, objetar que ellos no tienen porqué aumentar sus conocimientos ni su cultura, ya que acuden a misa con el sólo fin de orar y escuchar la palabra de Dios. 

Para solucionar este problema, y aunque pudiera parecer inconstitucional, a la entrada a la iglesia les haríamos rellenar un formulario para que manifestaran su preferencia por la religión o la cultura. 

Una vez identificadas estas personas, podrían abandonar en el momento adecuado la nave principal de la iglesia y reunirse en las capillas laterales, la cripta o el salón parroquial. Con el fin de evitar agravios, estas personas podrían recibir durante ese rato charlas de carácter no cultural ni educativo pero muy relacionadas con los contenidos que se estén impartiendo en ese momento al resto de los fieles desde el altar. 

Por ejemplo, los feligreses que no quieran repasar la tabla periódica, estudiarán los efectos perniciosos de los colorantes alimentarios, los que no quieran hacer ejercicios de educación física podrán ver un documental sobre la obesidad, y los que no quieran repasar los verbos irregulares ingleses podrían estudiar estadísticas sobre la importancia de hablar idiomas en el mundo moderno. 

Los obispos nos han adelantado que no habría problema en computar el tiempo de cualquiera de estas actividades como tiempo equiparable al dedicado a escuchar la palabra de Dios, a la oración, a la contemplación, la penitencia o a la caridad y en ningún caso podrá discriminarse el acceso a la salvación eterna a los fieles en razón de sus preferencias religiosas o educativas. 

Tampoco han puesto la más mínima objeción a la aparente contradicción derivada de que el contenido de las misas esté basado en la fe y las creencias, en contraste con la naturaleza científica y académica de los contenidos que habitualmente impartimos en las aulas. 

En un primer momento, las clases se impartirían sólo durante las misas obligatorias de los domingos y fiestas de guardar, para más adelante extenderse a otros actos religiosos de asistencia no obligatoria como bautizos, bodas, comuniones, funerales, ejercicios espirituales, ordenaciones sacerdotales e incluso ceremonias de canonización o beatificación. 

Pero, ¿de dónde saldría el dinero para pagar al profesorado que trabaje los domingos? Sin duda alguna de los donativos que los fieles depositan en los cepillos, del porcentaje de impuestos destinados al sostenimiento de la Iglesia Católica o, en general, de los presupuestos de la Iglesia. 

Para garantizar la calidad de las enseñanzas impartidas, nuestra asociación gestionaría directamente el dinero aportado por la Iglesia y con él contrataría a profesores de sólida formación pedagógica y científica que se encargarían de impartir las clases durante las misas. 

Naturalmente, dado el carácter eminentemente laico de las clases, no dudaríamos en despedir fulminantemente a aquellos profesores que no mantuvieran una coherencia laica entre su vida profesional y personal haciendo cosas como casarse por la iglesia, acudir a misa semanalmente o participar en cualquier tipo de actos religiosos. 

Finalmente, llevaremos nuestras negociaciones hasta el mismo Vaticano, con cuyas autoridades firmaríamos un concordato que garantizara la continuidad de nuestra noble tarea docente en las iglesias durante los años venideros. 

Entre tanto, puedes hacer llegar nuestra propuesta educativa a docentes, padres, alumnos, políticos, sindicalistas, medios de comunicación e incluso a las autoridades eclesiásticas. Tal vez así contribuyamos a que se entienda mejor lo que está ocurriendo en relación con la enseñanza de la religión en los centros sostenidos con dinero público.

miércoles, 10 de julio de 2013

EXODO: Cruzando el mar Rojo

NT: Llegado el momento hizo soplar Yavé sobre el mar toda la noche un fortísimo viento solano, que lo seco y se dividieron las aguas. Los hijos de Israel, entraron en medio flanqueados por murallas de agua a ambos lados y seguidos por los egipcios en sus carros, a caballos y a pie. Hizo Yavé que las ruedas de los carros se enredasen entre si impidiendo el avance. Entonces dice Yavé a Moisés que extienda su mano sobre el mar y las aguas se reunirán sobre los egipcios hasta recobrar su estado ordinario (Ex. 14.21-27). Las aguas, al reunirse, cubrieron carros, caballeros y todo el ejército del faraón, que habían entrado en el mar en seguimiento de Israel y no escapo uno solo, cuyos cadáveres vio Israel en las playas (Ex. 14.28-30). Israel creyó en Yavé y en Moisés, su siervo (Ex. 14.31).

CM: Todo es comprensible si los acontecimientos transcurren bajo los designios de Dios, de otra forma no seria posible encajar el rompecabezas. Los egipcios llegan y en vez de actuar de inmediato dejan que se haga la noche para actuar al día siguiente, mientras tanto descansan a unos metros de los israelitas, sin pensar en que Yavé les tenga preparada alguna de las suyas. No están suficientemente escarmentados. La noche se la pasa Yavé soplando en silencio para que las aguas vayan separándose, sin ruido, con objeto de no despertar a los egipcios y se les frustre la huida. Una vez que las aguas están separadas, sorprendente imagen de las dos murallas de agua a derecha e izquierda contendiendo su caudal a la espera de una orden de Moisés, para volver a su estado ordinario, los israelitas cruzan con sus niños en brazo, sus gallinas, corderos, vacas, asnos y resto de animales de carga. Bien esta que los israelitas, tan creyentes en Moisés se metieran en aquel cañón temporal, al fin y al cabo por detrás tenían a los egipcios, de quienes huían y al frente la esperanza, la tierra prometida, aunque tampoco hay muestras de que fuera tan deseada.

Pero, los egipcios, que solo creían en el faraón y en sus dioses locales, ¿cómo no se sorprendieron al ver el mar abierto? ¿cómo llegaron a precipitarse tras los israelitas, sin temer a morir entre las aguas? ¿es que no imaginaban que las aguas se abrían exclusivamente para los israelitas y no para ellos? 

No es posible entender, como el faraón, Amenhotet II (si fue realmente éste el faraón que gobernaba en Egipto en esos tiempos), o cualquiera otro que fuese, dirigente de uno de los primeros pueblos que dieron a la humanidad muestras de conocimientos en ámbitos tan diversos como la escritura, la organización social, el arte y las matemáticas, un  pueblo acostumbrado a las guerras con sus vecinos, de las que salían vencedores, no consiguió vencer a un pueblo que vivía en su propio territorio y no poseía un ejercito formado, ni siquiera armas, y que además huía cargado con niños y animales.

Y a tenor de lo escrito murieron todos los egipcios, se entiende que los que se adentraron en el mar terreno, puesto que debemos suponer que el faraón no murió, así que debió quedar en la orilla con sus generales. Como siempre es la tropa la que se lleva la peor parte.

Son objeciones absurdas puesto que no es posible analizar con lógica aquello que no lo tiene, se trata de una historia inverosímil, que despojada de todas sus componentes mágicas tiene los mínimos visos de realidad, comenzando por la propia existencia de Moisés.

Lo importante es que Yavé mostró su poder al pueblo egipcio y que los israelitas le temieron y creyeron en él y en Moisés, su siervo. Esta es pues la enseñanza de la Biblia, temor, el miedo en el cuerpo y sometimiento a él y a su representante en la tierra, Moisés, representante del poder civil y religioso. Y así es por los siglos de los siglos, un temor absoluto al Dios absoluto, ejecutor del bien y del mal, conocedor de nuestros actos, vigilante y opresor. Solo queda articular todo un entramado alrededor de este temor y de establecer una jerarquía de representación de este Dios en la tierra con atribuciones para ejecutar los designios divinos, aliada con el poder civil, cuyos representantes son igualmente hijos de Dios y sometidos a al autoridad religiosa.

Quienes defienden la ortodoxia religiosa, algo que esta próximo al fanatismo religioso, que a su vez esta próximo a las guerras en defensa de la idea religiosa, son contrarios al avance de las civilizaciones y si esto ha ocurrido en tiempos más recientes, cuando la Iglesia Católica negaba la deslocalización de la Tierra en el sistema solar, bien pudiera ser los escritos bíblicos fruto del rechazo de sus autores a los avances de la civilización egipcia, como lo fue a la construcción de torres de altura (Babel) o al conocimiento inicial del primer hombre al querer conocer el saber de la manzana prohibida. En suma, las enseñanzas de las religiones nos mueven a aceptar sin mas ideas y creencias, con independencia de los tiempos, sin contemplar los avances experimentados por el ser humano en su larga trayectoria, en los que las religiones no han sido sino obstáculos al avance científico y al desarrollo del pensamiento critico, bajo la amenaza de supuestos castigos eternos tras la muerte y promesas del mas allá.

NT: Cruzado el mar rojo, marcharon durante tres días sin hallar agua potable hasta llegar a Mara, en donde Yavé hizo el agua potable y les dijo: Si escuchas a Yavé, tu Dios, si obras lo que es recto a sus ojos, si das oído a sus mandatos y guardas todas sus leyes, no traeré sobre ti ninguna de las plagas con que he afligido a Egipto (Ex. 15.22-26). Y llegaron a Elim, donde había fuentes y setenta palmeras y acamparon allí junto a las aguas (Ex.15.27).

CM: O sea, que el pueblo de Israel tampoco las tiene todas consigo, también es objeto de la amenaza de su protector, si no le obedece le podrá castigar con plagas como las de Egipto.

Dirianse los israelitas: conociéndole tal como le conocemos, más nos vale no llevarle la contraria. Obras lo que es recto a sus ojos, les dice (Yavé tiene la costumbre de dirigirse a su pueblo como si se tratara de una persona y a hablar de si mismo en tercera persona, así cuando dice “si obras lo que es recto a sus ojos” se refiere a si mismo), no lo que es recto a la conciencia personal de cada uno.

Hay que hacer lo que es recto según Yavé y ¿que es recto para él? Acostumbrados como nos tiene a sus actuaciones nada racionales y caprichosas en exceso, ¿cómo adivinar su pensamiento? Lo que si sabemos de él es que es muy aficionado a acumular desgracias sobre sus supuestos enemigos y castiga a los suyos cuando no actúan según sus criterios y de tomarse la justicia por su mano. Si es esto lo que deben hacer los israelitas en su destino, no parece que sea un ejemplo de misericordia.


Veremos mas adelante cuales son estos preceptos y leyes que se han de guardar bajo el temor, ante la permanente amenaza del castigo en las formas mas crueles que pueda imaginarse.

martes, 2 de julio de 2013

ÉXODO: Hacia el mar Rojo

NT: Cuando el faraón se percata que ha dejado salir al pueblo de Israel, privándose con ello de sus servicios, tomo seiscientos carros y poniéndose a la cabeza emprendió su persecución, hasta llegar al lugar en que estaban acampados (Ex. 14.5-9). Fue entonces cuando viendo a este ejercito preguntan a Moisés “¿es que no hay sepulcros en Egipto, que nos has traído al desierto a morir? ¿Qué es lo que nos has hecho con sacarnos de Egipto? ¿no te decíamos nosotros en Egipto: Deja que sirvamos a los egipcios, que mejor nos es servir a los egipcios que morir en el desierto? (Ex. 14.11-12).

CM: El faraón cae en la cuenta de que la marcha de unos seiscientos mil israelitas puede suponer un agravamiento para la economía egipcia, así que como, a tenor de los textos bíblicos, es un incumplidor y siempre se olvida del mal que le puede hacer Yavé, decide parar esta marcha y se pone al frente de un ejercito de carros de combate.

Cuando los israelitas ven llegar a este ejercito, se revuelven contra Moisés, no entienden nada de esta diáspora, con lo que supone un exilio, organizar todos las pertenencias, agrupar el ganado y partir hacia un lugar en donde serán considerados como extraños. Imaginemos casi un millón de personas, incluidos niños y niñas, y todo el ganado llegando a una tierra ya habitada por otros pueblos ¿Cómo podían ser recibidos? y para colmo Yavé se empeña, en vez de tomar el camino más corto, en dar un paseo por el desierto hasta llegar al mar rojo. Se preguntarían ¿Y ahora como vamos a atravesar este río del que no se ve la otra orilla? Pero por si esto no fuera suficiente, allí llegaban el mismísimo faraón con su tropa dispuesto a acabar con ellos o mejor para hacerles regresar, ya decía el faraón que no se debía prescindir del servicio que los israelitas prestaban al pueblo egipcio.

Pero este servicio no podía ser exclusivamente el derivado de la esclavitud, porque disponían de tierras que labrar, de ganado y habitaban en la zona más fértil de Egipto, porque así lo había querido un ascendente del faraón actual como premio por los buenos servicios de José, hijo de Jacob y primer ministro de aquel faraón. así que es probable que no vivieran tan mal el pueblo de Israel en Egipto, “estábamos mejor sirviendo al faraón que dado vueltas por el desierto para llegar a la tierra prometida”, pero Yavé lo había elegido como su pueblo y había decidido liberarle del yugo egipcio, sin que nadie se lo pidiera. Y lo había elegido para lo bueno y lo malo y entre esto ultimo estaba adorar a Yavé, rendirle sacrificios y estar sujeto a sus actos de soberbia. Así que si Yavé, ordena hacer una caminata absurda para Mostar su inmenso poder, pues hagase y no se rechiste.

Quizás de todos estos escritos lo que se deriva es un interés por preservar al ser humano de su capacidad de razonamiento, de su espíritu critico, de su libertad de pensar libremente y de someterlo, por el contrario, al dominio del líder civil y religioso, si puede ser ambas cosas mucho mejor, porque entonces la autoridad le vendrá mas directamente conferida por Dios y el sometimiento del pueblo estará mas que justificado. Moisés representa aquí el líder civil y religioso, que ayudado por su primer ministro y hermano Arón, dirige a su pueblo, lo de menos es adonde sino como sigue al líder, como es sometido a sus dictámenes. A lo largo de la historia de los pueblos, lo civil y lo religioso han ido de la mano, cuando no han formado parte de un mismo cuerpo, desde las primeras ciudades estados hasta las monarquías nacionales defensoras del control y dominio de las conciencias ciudadanas para beneficio propio. En el mundo musulmán son frecuentes los estados confesionales en los que el liderazgo civil y el religioso están en la misma persona o no existe una separación, ni siquiera minima, entre poder civil y poder religioso.

En esta segunda década ya del siglo XXI el poder religioso goza de una presencia destacada en la política, en los mismos EEUU de Norteamérica es frecuente hacer uso de principios religiosos en campañas electorales, especialmente por los republicanos. En España la Iglesia Católica goza de beneficios extraordinarios en forma de aportaciones económicas del Estado y privilegios en materias educativa. En Grecia la toma de posesión de los gobiernos se hace bajo la presencia de los sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa. Y así la religión nunca ha dejado de intervenir en los asuntos de Estado, es connatural a su propia naturaleza, de poder.

NT: Yavé manda a Moisés que ponga al pueblo en marcha y que alce su cayado y extienda el brazo sobre el mar y lo divida para que los hijos de Israel pasen por en medio, en seco (Ex. 14.15-16). El ángel de Dios, que marchaba delante de las huestes de Israel (la columna de nubes), se puso detrás entre estas y los egipcios (Ex. 14.19-20).

CM: Al parecer Moisés no tenia ni idea de cómo salir de la situación, el desierto por detrás, el mar Rojo enfrente y los egipcios aproximándose. La situación no puede ser más descorazonadora, pero Moisés confiaba en Dios, sabia que este le salvaría, que realizaría algún prodigio, por irracional que fuese.

Como siempre el encargado de hacer el prodigio era él mismo y su cayado mágico. Esta vez iba a conseguir que el mar Rojo se abriese, que emergiese un camino de tierra entre ambas costas, esto debía ser impresionante, ya lo vimos en la película “Los diez Mandamientos”, nadie como Hollywood para facilitarnos el impresionante espectáculo de la separación de las aguas por decisión de Charles Heston, en su papel de Moisés.

Es un prodigio muy superior a todos los anteriores, que caigan rayos y centellas, que se oscurezca la tierra, que se produzca una invasión de mosquitos, de langostas o de tábanos, que las ranas suban a la tierra, que mueran los primogénitos de Egipto e incluso que las aguas se tiñan de rojo, todo esto podemos considerarlo fruto de la exageración de los escritores bíblicos, con objeto de agradar a los ojos de Dios; siempre hubo batallas en las que se derrama sangre, plagas de insectos, enfermedades contagiosas en personas y animales, volcanes en erupción que expulsan cenizas y contaminan el aire y oscurecen el día, pero separar las aguas de un mar, estrecho pero mar, aunque hubiese sido un río como el Nilo, ya hubiera sido demasiado. No hay acontecimiento natural que llevado a un grado extremo de exageración pueda dar pie a la separación de las aguas, salvo en términos geológicos, sabemos que zonas cubiertas hoy por las aguas fueron tierra firme en otras épocas geológicas y que la península del Sinaí estuvo antes unida al continente africano, pero de esto hace millones de años y Moisés fue longevo pero no tanto.

Aunque no hay naturalmente evidencias de este prodigio y siguiendo con el relato bíblico, Yavé dispuso que el ángel de Dios, o sea uno de sus acólitos se pusiese entre las huestes de Israel y las de Egipto, para cubrir la retirada. Esta ángel de Dios en realidad es una nube, aquella que durante el día orientaba al pueblo de Israel en su egida, mientras que de noche los guiaba en forma de columna de fuego, suponemos que se trataba de otro ángel, o quizás el mismo representando dos diferentes roles.


Veremos más adelante como pasan seiscientas mil personas, con sus hijos y sus ganados,  por esta franja de tierra en medio de unas aguas encabritadas y perseguidos por los egipcios. Pues como Dios quiera.