lunes, 26 de mayo de 2014

LEVITICO: Del sacerdocio

NT (texto bíblico): Dijo Yavé a Moisés: Toma a Aaron y sus hijos, las vestiduras, el óleo de unción, el novillo del sacrificio por el pecado, los dos carneros y el cestito de panes ácidos y convoca toda la asamblea a la entrada del tabernáculo (Lev 8.1-3). Tras vestirse Aaron y sus hijos, con la tunica, el efod, el pectoral, la tiara y la diadema de oro comienza el rito del sacrificio derramando la sangre del novillo por los pies del altar y quemando sobre el todo el sebo que cubre las entrañas, la redecilla del hígado y los dos riñones con su sebo. La piel, sus carnes y sus excrementos se quemaron fuera del campamento, como había mandado Yavé. A continuación se procede al sacrificio de los carneros que son quemados directamente sobre el alar y Moisés unto con la sangre el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de su mano derecha y el de su pie derecho, primero de Aarón y después de sus hijos. Tomo Moisés el óleo de unción y la sangre y la aspergio sobre Aaron y sus hijos y sus vestiduras, consagrándolos de esta manera (Lev 8.1-4).
Tras comer la carne y el pan ácimo, durante siete días no saldrán del tabernáculo.

CM (comentarios): Se trata de un ceremonial de consagración para el sacerdocio, en el que, como es propio de Yavé no deja nada al azar, todo es minuciosamente detallado e incluso reiterado para evitar confusiones indeseadas. No es muy diferente del resto de sacrificios, salvo la permanencia de siete días en el tabernáculo, para la que disponían de buenas viandas.

NT: Al octavo día Moisés dijo a Aarón: Toma un novillo y un carnero y ofrécelos a Yavé. Hablaras a los hijos de Israel: Tomad un macho cabrio, un becerro y un cordero, un buey y un carnero para inmolarlos ante Yavé. Tras  los ceremoniales de los sacrificios el pueblo fue bendecido y la gloria de Yavé se apareció a todo el pueblo, que lanzo gritos de jubilo y se postraron rostro a tierra (Lev 9.1-24).

CM: No dice en ningún momento que los leales israelitas comieran de la carne de los animales sacrificados, pero hemos de suponer que si lo hicieron, en caso contrario ¿como entender la inmensa alegría del pueblo, lanzando gritos de jubilo y postrándose tal como lo hacen los mahometanos, aunque estos siempre buscando la orientación a La Meca? Yavé, tras estos ceremoniales de consagración debía estar pletórico, no solo por la sumisión de su pueblo, sino sobre todo, porque conseguía establecer su representación divina en la tierra de manos de los sacerdotes, esta casta mediadora entre el creador y los humanos.
Es un hito en la historia de la humanidad porque perpetua el poder de la divinidad sobre los humanos, a través de la casta sacerdotal, como representante de Dios en el mundo de lo real, haciendo a esta realidad objeto subordinado a lo supuestamente espiritual; es el comienzo de la dominación de los hombres por el poder religioso, la realidad es subyugada a estos otros intereses que se van fraguando con el tiempo hasta la conjunción de este poder eclesiástico con el poder político o civil, lo que ha marcado la historia de la humanidad desde el inicio de las civilizaciones.

De esta forma Yavé ya no tendrá que manifestarse directamente a los hombres, de hecho siempre lo hizo a través de Moisés, dispondrá de una jerarquía que se ira consolidando con el transcurso de los años hasta hacerse innecesario. Quizás esta sea la razón por la que en los últimos milenios Yavé no tiene necesidad de manifestarse, ante la extraordinaria eficacia de la casa sacerdotal en su función mediadora.

NT: Los hijos de Aarón, Nabad y Abiú presentaron ante Yavé un fuego extraño, cosa que no le había ordenado (Lev 10.1).

CM: Los hijos de Aarón fueron destinados por Yavé al ejercicio del sacerdocio, pero parece que dos de ellos, no aprendieron bien todo lo que se les había enseñado en los ceremoniales de consagración y echaron incienso sobre el fuego, dando origen a un extraño fuego que no era del agrado de Yavé. Posiblemente estos pobres hermanos actuaron de buena fe, pero se equivocaron y ya sabemos con que inclemencia actúa Yavé, la respuesta fue la siguiente: Entonces salio de ante Yavé un fuego que los abraso y murieron (Lev 10-2). Sublime.

Así que ese pequeño error humano fue considerado por Yavé como una afrenta (¿a su honor?) y automáticamente son asesinados sin más consideración ante la mirada, no atónita, sino complaciente de Moisés, Aarón, sus otros hijos (es decir tío, padre y hermanos de las victimas) y el pueblo israelita.

En los textos bíblicos la voluntad de Dios es incuestionable y acatada comprensivamente. La cuestión es ¿Quién determina la voluntad de Dios? Una vez creada la casta sacerdotal y la cadena de mando, es el sumo sacerdote quien la determina. ¿Y como sabemos que es la voluntad de Dios? Este es uno de los grandes misterios de la humanidad, la forma en que aquellos han convencido a los creyentes de que su voluntad es la voluntad de Dios, han creado una doctrina en base a sus propios intereses de dominación y le han estampado la firma de Dios, han suplantado al supuesto creador, sin que éste haya dado muestras de aprobación o rechazo. Su delegación ha sido de tal dimensión que en la práctica se ha desentendido de los humanos, aunque quizás sea mejor así, porque la crueldad divina nunca será equiparable a la de los hombres, no en vano el poder de los humanos es limitado.

NT: Moisés dijo a Aarón, a Eleazar y a Itamar, hijos de Aarón: No desnudéis vuestras cabezas ni rasguéis vuestras vestiduras, no sea que muráis y se irrite Yavé contra toda la asamblea. No bebáis vino ni bebida alguna embriagante tu ni tus hijos cuando hayáis de entrar en el tabernáculo no sea que muráis. Para que sepáis discernir entre lo santo y lo profano, lo puro y lo impuro y enseñar a los hijos de Israel todas las leyes que por medio de Moisés les ha dado Yavé (Lev 10.6-11).

CM: Tal como sin nada hubiera pasado, Yavé y su lacayo Moisés continúan con los  rituales y esta vez la amenaza se ciñe sobre Aarón y los dos hijos que le queda y por extensión al pueblo de Israel, que es testigo pasivo de todos los caprichos de Yavé. Como puede comprobarse a través de los distintos libros del Antiguo Testamento, la religión hebrea y sus herederas se basan en el temor a Dios, en el miedo permanente a la voluntad desconocida de Dios, al castigo por incumplimiento de sus preceptos. Interiorizado este temor vital y transcendente, la aceptación con sumisión de cualquier nuevo mandato o precepto emanado por la autoridad sacerdotal estará garantizada.

La autoridad sacerdotal ha ejercido a lo largo de los siglos las prerrogativas supuestamente transferidas por Dios y ha ejecutado las condenas por incumplimientos, e incluso por simples sospechas de incumplimiento, o por supuestos incumplimientos en base a intereses espurios personales o colectivos, en forma de castigos físicos, torturas y muertes individuales y colectivas. Un ejemplo evidente es la puesta en funcionamiento de la Inquisición, la mayor institución de destrucción, desolación y muerte habida en la historia de la humanidad, por su carácter universal y por su permanencia durante varias centurias. El miedo a la muerte física y a la condena eterna son elementos claves para entender la renuncia a la individualidad y a las propias ideas y creencias.

NT: Narra los textos la forma en que han de comerse los frutos del sacrificio, en un momento Moisés pregunta a los dos hijos de Aarón que quedaban, por el macho cabrio y se encontró con que había sido quemado, recriminándoles por no haberlo comido en el lugar santo, tal como le había mandado. Aarón intercede preguntando si habría sido grato a Yavé comer hoy la victima por el pecado. Moisés se dio por satisfecho (Lev 10.12-20).

CM: A punto ha estado Aarón de quedarse sin hijos, lo que hubiese supuesto un retraso considerable en la consolidación del modelo de representación divina, puesto que son los hijos de Aarón los destinados a comenzar tal tarea. Esta vez es Moisés quien recrimina y no Yavé (éste directamente actúa), pero Aarón le pone en duda sobre si realmente han incumplido, si su actitud ha podido ofender a Yavé, pero ¿cómo saber esto? siendo Yavé tan caprichoso.


Si en este pasaje se pone en duda una determinada acción como preceptiva o no, significa que aún no están claras las leyes o preceptos que han de cumplirse para agradar a Yavé, lo que crea una situación aún mas gravosa en cuanto a la incertidumbre de haber obrado bien o mal. Saldrán de la duda si la ira de Dios se ha manifestado, si se ha hecho o no presente en alguna de las múltiples manifestaciones que tiene Yavé de hacerse notar.

martes, 13 de mayo de 2014

El hecho religioso (Parte V y última). Privilegios económicos.

La Constitución española menciona expresamente a la Iglesia Católica en el Art. 6.3, como hemos comentado anteriormente, con quien se establecerán relaciones de cooperación. Estas relaciones ya estaban establecidas antes de la aprobación de la Constitución, en tiempos de la dictadura franquista. Se trata de los Acuerdos entre el Estado y la Santa Sede, aún vigentes aunque renovados en noviembre de 1979. Estos acuerdos son más bien el establecimiento de una serie de privilegios para la IC entre los que se encuentran:
           
        1.- La ayuda al sostenimiento económico de la IC por parte del Estado español (acuerdos económicos, Art. II)
2.- La exención total y permanente de la Contribución Territorial Urbana y de los impuestos sobre la renta, sobre el patrimonio y sobre Sucesiones, Donaciones y Transmisiones Patrimoniales (acuerdos económicos, Art. IV)
3.- El Estado reconoce el derecho fundamental a la educación religiosa (acuerdos enseñanza, preliminares)
4.- La educación que se imparta en los centros docentes públicos será respetuosa con los valores de la ética cristiana (acuerdos enseñanza, Art. I)

En estos acuerdos “La IC declara su propósito de lograr por si misma los recursos suficientes para la atención de sus necesidades. Cuando fuera conseguido este propósito, ambas partes se pondrán de acuerdo para sustituir los sistemas de colaboración financiera expresada en los párrafos anteriores por otros campos y formas de colaboración económica entre la IC y el Estado” (Art. II.5). Naturalmente la IC no ha tenido ningún interés en autofinanciarse ni el Estado se ha preocupado de que tal propósito se cumpla.

Por otra parte, la ley de Mecenazgo de 2002, que regula el régimen fiscal de las entidades sin ánimo de lucro, considera como tal a la IC y a todas las entidades y centros dependientes de ella, cuando ciertamente sabemos que estas no siempre están exentas de lucro.

La consecuencia de estos acuerdos es que la IC obtiene un beneficio estimado (ante la falta de transparencia de estas cuentas) del Estado Español del orden de 11.000 millones de € anuales (asignación IRPF, exenciones tributarias, centros de ideario católico, asistencia sanitaria y obra social, mantenimiento del patrimonio y otros conceptos).

Por si fuera poco la ley Hipotecaria y su modificación llevada a cabo durante el primer gobierno de Aznar, concede a la IC la potestad publica de inmatricular a su nombre bienes (eclesiásticos o no, urbanos, rústicos o solares). De esta forma se esta adueñando de bienes que eran considerados por los ciudadanos como municipales (el ejemplo mas sangrante es la apropiación, por este derecho, de la Mezquita de Córdoba).

El poderío económico de la IC, le sirve para una ejercer una extraordinaria influencia en los poderes del Estado y condicionar el sistema educativo para sus intereses evangelizadores dirigidos a los niños y niñas, desde la más corta edad, cuando sus mentes están dispuestas a recibir todo tipo de influencias del exterior.

            Según la fundación Ferrer i Guàrdia la Iglesia Católica es propietaria, a través de sus más de 40.000 instituciones (diócesis, parroquias, órdenes y congregaciones religiosas, asociaciones, fundaciones, universidades, etc.) de un enorme patrimonio consistente en bienes mobiliarios, inmobiliarios (ej. posee aproximadamente el 70% del suelo habitable de Toledo, Ávila, Burgos y Santiago y unas 120.000 hectáreas en tierras agrícolas), suntuarios (enorme patrimonio en joyas, trajes, etc.), obras de arte y capital en fundaciones. También participa en el sector financiero español (fundamentalmente cajas de ahorro) y posee innumerables empresas mediáticas y de comunicación social, así como del mundo editorial. Es partícipe, además, de acciones en multitud de grupos empresariales de diversos ámbitos.

A modo de resumen:

            No podemos negar el hecho religioso y su dimensión publica, nos guste o no, pero esto no significa que las instituciones públicas le otorguen una importancia mayor que la que le corresponde socialmente. La práctica religiosa debe circunscribirse al ámbito de lo privado, como ocurre con otras realidades sociales, como puede ser el ateismo, y en ningún caso permitírsele connotación de servicio público.

La Constitución española no establece la confesionalidad del Estado, de forma que podría deducirse de ello que el Estado Español es laico y como tal debería de  existir una separación clara entre el Estado y cualquier Iglesia por muy mayoritaria que sea. Sin embargo, en la práctica las evidencias legislativas y de costumbre vienen a demostrar lo contrario.

Por consiguiente para ir hacia un Estado laico es preciso:

            1.- Modificar la Constitución para establecer la laicidad de manera expresa eliminando cualquier referencia a confesiones religiosas
            2.- Derogar definitivamente los Acuerdos con la Santa Sede (el Concordato) y que se haga efectiva la autofinanciarse de la IC y de cualquier otra confesión religiosa o no religiosa.
3.- Derogar la actual Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980 y sustituirla por otra de Libertad de Conciencia que proteja todo tipo de creencias y convicciones, sean de naturaleza religiosa o de cualquier otra.
4.- Suprimir la simbología religiosa de los actos oficiales y de los espacios de titularidad publica. Los actos confesionales no deberán tener carácter oficial, ni los oficiales carácter confesional.
5.- Eliminar el derecho de la IC a inmatricular bienes, recogido en la Ley Hipotecaria.


lunes, 12 de mayo de 2014

El hecho religioso (Parte IV). Privilegios sociales.

A pesar de ésta lejanía de la población española respecto de las posiciones defendidas por la Iglesia Católica, las instituciones del Estado muestran una estrecha colaboración con la jerarquía eclesiástica como prueba la masiva presencia de las autoridades civiles en actos religiosos y de las eclesiásticas en el ámbito civil. 

            A los ya mencionadas manifestaciones de fervor y de suplicas a vírgenes y santas hemos de constatar los juramentos de personalidades publicas ante símbolos religiosos, como crucifijos o biblias, siendo la mas significativa y aberrante la toma de posesión de los presidentes del gobierno de España y de sus ministros, con independencia de su ideología política. Tanto Zapatero y sus ministros como Rajoy y los suyos prometieron o juraron el cargo ante el enorme crucifijo que vemos en la foto de portada. Puesto que el crucifijo es un símbolo religioso católico podríamos deducir que no se cumple el citado artículo 16.3 de la Constitución Española cuando dice que ninguna confesión tendrá carácter estatal.

            Pero no es la única prueba de la falsa aconfesionalidad del Estado Español, aunque si considero que es la mas relevante y significativa. En el calendario laboral son fiestas el día de los Reyes Magos, esos personajes de ficción que fueron a adorar a un niño nacido del dios de los cristianos, el viernes santo (que simboliza la pasión y muerte del hijo de ese dios), el día de la inmaculada concepción (aquello de la virginidad de la madre del hijo de ese dios), el día de todos los santos (aquellos cuya verdad se oculta), el día de navidad (cuando nació el hijo del dios de los cristianos) y los días festivos a criterio de cada comunidad autónoma y de cada capital de provincia, ciudad, pueblo o aldea. Entre estos podemos destacar el día de San Isidro en Madrid, de Sant Jordi en Barcelona, de la virgen de los Reyes en Sevilla, de las Angustias en Granada, del Pilar en Zaragoza, los días de la Asunción de la virgen, del Corpus Christi, de Santiago y cierra España y así un sinfín de santos, santas y vírgenes patronales que celebran su festividad con honores militares y civiles. A esto hay que añadir la multitud de cristos justicieros, con cruces a cuestas, crucificados, yacentes y resucitados, que precesionan en la semana privativa de la Iglesia Católica, durante la que se prohíben todas aquellas manifestaciones que puedan restar protagonismo a la santa madre iglesia o alterar el orden establecido. En todas estas actividades destacan la presencia en puesto relevante de las autoridades civiles, que ven una ocasión primordial para conquistar o mantener el voto católico.

            Mención especial merecen los funerales de Estado, ya sea por soldados muertos en actos de servicio, por actos de terrorismo o por expresidentes de gobiernos, como el reciente tras la muerte de Adolfo Suárez, en donde estaban presentes todas las autoridades desde el Jefe del Estado, el presidente y expresidentes del gobierno, ministros, presidentes de Comunidades Autónomas, presidentes del Congreso y del Senado y los máximos representantes del Poder Judicial, bajo la batuta del todavía máximo representante de facto de la jerarquía eclesiástica y exponente del reaccionarismo más rancio, caduco y cavernícola, el cardenal Rouco Varela, quien en todo momento pretende dar lecciones de su entupida moral.

            Ocurre lo mismo en multitud de actos civiles, como la inauguración de obras publicas, en las que aparece la representación eclesiástica católica del ámbito correspondiente bendiciendo y fotografiándose con el resto de representantes del mundo civil, o en las paradas y desfiles militares en donde el obispo castrense, con su orgullosa presencia, da el correspondiente carácter religioso de la actividad militar. O la existencia de capillas para la oración y culto en centros públicos, como universidades, hospitales o cuarteles en una muestra más de la falsa aconfesionalidad de Estado Español.

En el ridículo caen ya los nombramientos de vírgenes como alcaldesas honorarias, y la guinda al mas alto nivel la ponen las beatificaciones y santificaciones de hombres de la Iglesia por supuestos actos milagreros. La ceremonia mas aberrante tuvo lugar el 12 de octubre de 2013 en Tarragona, en donde se  beatificación 522 supuestos mártires victimas de la actuación marxista en la pasada guerra civil española, esa guerra que es preciso olvidar cuando las victimas son las del bando republicano, naturalmente con la presencia de las autoridades del Estado.

            Por último, la IC tiene a su cargo gran parte de la educación de los niños y niñas (a través de sus colegios concertados o privados) en España y ejerce una influencia extraordinaria en los poderes del Estado para llevar a cabo su misión evangelizadora y directora del pensamiento individual y colectivo, como prueba la desaparición de la asignatura “educación para la ciudadanía” y el mayor peso dado a la enseñanza de la religión en la nueva ley “para la mejora de la calidad educativa”.


            ¿Y que hay de los privilegios económicos?

lunes, 5 de mayo de 2014

LEVITICO: Código cívico-religioso

NT (texto bíblico): Si uno pecare, oyendo a otro imprecar y siendo testigo de la imprecación, porque lo vio, o de otro modo lo conoció y sin embargo no lo denuncio,… o si tocare sin darse cuenta algo impuro,… o vanamente jurare… confesará su pecado y ofrecerá a Yavé una hembra de ganado menor y el sacerdote le expiara de su pecado. Si no tuviese res ofrecerá dos tórtolas o dos pichones y si tampoco puede llevaran un décimo de flor de harina. (LEV. 5.1-13)

Si uno por ignorancia prevaricase, pecando contra las cosas santas que son de Yavé, ofrecerá un carnero… (Lev 5.14-26).

CM (comentario): En la misma línea se establecen diferentes tipos de incumplimientos de menor consideración y la forma de expiar el pecado cometido. Son los casos de delación obligada, falsos juramentos, posesión ilícita de cosas y otros delitos menores. Todo un código cívico-religioso, propio de una sociedad primitiva y teísta que, afortunadamente y salvo en las sociedades islamistas, ha sido superado gracias al desarrollo científico-técnico y a la evolución en paralelo del pensamiento racional.

NT: Ordena Yavé que el holocausto arderá sobre el altar de la noche a la mañana y el fuego del altar se tendrá siempre encendido. El sacerdote, revestido de la tunica de lino, quitara la ceniza… y quitadas las vestiduras de lino la llevara fuera del altar a un lugar puro. El sacerdote alimentará el fuego con leña todas las mañanas. (Lev 6.1-6).

El sacerdote tomara un puñado de flor de harina con su aceite y todo el incienso y lo quemará sobre el altar, en olor de suavidad, como memoria a Yavé. Lo que reste de la ofrenda lo comerán Arón y sus hijos. Y continua Yavé diciendo a Moisés: He aquí la ofrenda que han de hacer Arón y sus hijos el día de su unción: un décimo de efá de flor de harina, como oblación perpetua. Se freira en la sartén amasada con aceite… el sacerdote ungido con su linaje ofrecerá esto como oblación. Esta es la ley de la hostia por el pecado. Es cosa santísima, quien quiera que toque la carne se santificará. La comerán los varones de los sacerdotes. (Lev 6.7-23).

CM: El mantenimiento del fuego durante la noche y alimentarlo a la mañana para todo el día, o tiene un significado simbólico respecto a mantener vivo el lugar del sacrificio o se trata de una cuestión practica ante la pejiguera de tener que encender el fuego antes de cada sacrificio, dada la ausencia de instrumentos mas cercanos hoy día como la mecha o la cerilla.

El rito tiene un gran parecido con el de la misa católica, en la que se ofrece a los fieles el cuerpo y la sangre de Cristo. El sacerdote vestido con su traje de ceremonial, el altar o lugar del sacrificio, el incienso para dar ese olor suave que se respira en las iglesias, la hostia sagrada hecha de flor de harina, la redención del pecado, todo para mayor gloria del creador, por si estuviera necesitado de ensalzar su ego.

En los siguientes versículos (Lev 7.1-38) se estable como se ha de realizar el sacrificio por el delito y el sacrificio pacifico y la forma y días en que han de comerse la carne del sacrificio. Establece Yavé que aquel que estando impuro comiere la carne de la victima pacifica ofrecida a Yavé será borrado de su pueblo, mostrando una vez mas su grado de crueldad y falta de piedad. Cabria preguntarse que será entonces de todos aquellos católicos que estando en pecado (impuros por tanto) y no se han confesado, ni arrepentido, ni hecho propósito de enmienda, se acercan al sacerdote a recibir el delicioso bocado de la carne de Cristo convertida en hostia por la gracia del ofertante. Deberían ser borrados de su pueblo, que no se si quiere decir expulsado de su comunidad o exterminado de la faz de la Tierra, en todo caso, debe ser grande el delito a los ojos de Yavé.


También establece Yavé que no se comerá sebo de animal muerto y será borrado de su pueblo quien se atreva a comer sebo del animal sacrificado, como también será objeto de borrado si se atreviera a comer sangre, ni de ave, ni de bestia, en ninguno de los lugares en que habitáis. Yavé parece no haber tenido en cuenta la hambruna en que con frecuencia se encuentra gran parte de la humanidad, pero dado el conocimiento que ya tenemos de la condición de Dios, no es algo que parezca preocuparle demasiado, no en vano el mismo ha sido el artífice de innumerables hambrunas y exterminios tal como la misma Biblia nos relata en los libros precedentes: Génesis y Éxodo.

jueves, 1 de mayo de 2014

El hecho religioso (Parte III). La realidad española

       Hasta la muerte del dictador Franco, en el año 1975, el régimen sostenía que la autoridad del tirano procedía directamente del mismo Dios (lo que por otra parte no es de extrañar dado el carácter sanguinario del dios del Antiguo Testamento, padre del dios del Nuevo Testamento según el cristianismo) y la religión católica se configuraba como un pilar fundamental de la dictadura. La Iglesia Católica se encargaba de adoctrinar las conciencias de los españoles y de inocular el virus del nacional-
catolicismo en la mente de los niños y niñas desde sus primeros pasos en el desarrollo de su personalidad, de ahí la importancia de que se mantenga la educación religiosa católica en los centros escolares.  

 La Constitución de 1978, redactada sin un proceso previo al franquismo, declara en el articulo 16.3 que “Ninguna confesión (religiosa) tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrá las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Hay quienes deducen de este apartado la declaración de aconfesionalidad del Estado, sin embargo la mención expresa a la IC en su enunciado y el resto del texto hacen sospechar que se trata de una formula para el reconocimiento implícito de una realidad pasada y del mantenimiento de los tradicionales privilegios de la IC, fundamentados la mayoría de ellos en la existencia de los Concordatos (en materia económica, educativa, jurídica y militar) del Estado Español con la Santa Sede (o sea, con el Estado Vaticano). Los partidos políticos, con independencia de su ideología, han mantenido el estatus conferido a la IC y en ocasiones sus privilegios han sido incrementados de forma vergonzante, en contradicción con la menor adscripción religiosa católica de la población española.

La sociedad española ha evolucionado hasta el punto de mantener un profundo divorcio con las creencias mantenidas por el catolicismo y una oposición a la influencia que la Iglesia mantiene en las instituciones del Estado y a los privilegios de los que aún goza. Por decirlo de otra forma, la condescendencia de la clase política con el poder religioso es muy superior al que le concede la sociedad.

Según datos del barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) del año 2013 en cuanto a adscripción religiosa de los españoles, en torno a un 26% de la población española se considera no creyente o atea, porcentaje muy superior al 9,8% de hace veinte años. Y como dato muy significativo este porcentaje supera el 35% para jóvenes entre 15 y 29 años. A estos datos habría que añadir que entre quienes se consideran católicos la mayoría no van a misa ni a otros oficios religiosos (59,1%), aunque si asisten a otros actos de carácter social o festivo como bautizos, comuniones, bodas o procesiones y romerías. En consonancia con esta tendencia los católicos  españoles, en su mayoría, no comparten los criterios de la Iglesia Católica en materia de aborto, matrimonios entre personas del mismo sexo, la convivencia fuera del matrimonio (cada vez más parejas conviven fuera del matrimonio y el numero de matrimonios civiles ha superado al eclesiástico) o incluso están en contra de la permanencia de sus actuales privilegios y de la presión que ejerce sobre los gobiernos para mantenerlos.  Todos estos datos están analizados por otros centros de estudio como la Fundación Ferrer i Guardia y diferentes observatorios sobre la laicidad en España.

            Estos datos serian más que suficientes para reducir el enorme peso que el lobby eclesiástico (Conferencia Episcopal y sus adláteres) ejerce en las instituciones del Estado, sin embargo éstas no parecen que estén en disposición de encarar esta nueva realidad social y encaminarse hacia un Estado verdaderamente laico, para lo que seria necesario dar por terminado los acuerdos con el Vaticano y reformar la Constitución.

Sin embargo, aunque la realidad actual española sea tan distante de lo establecido en la legislación en la materia que estamos considerando, la llegada al poder del Partido Popular ha supuesto un reforzamiento del poder de la IC que ha visto la ocasión propicia para eliminar la asignatura de “Educación para la ciudadanía” y recuperar la educación religiosa en la escuela, intentar acabar con la ley de plazos en la interrupción libre del embarazo, condenar como perversa las homosexualidad y congratularle de cómo los ministros del gobierno llegan al espantoso ridículo de orar ante vírgenes y santas con el propósito de acabar con la crisis económica o de imponerles medallas por supuestos meritos civiles o militares.    


Y ¿Qué decir de los funerales de Estado y de la presencia de las autoridades civiles en los oficios religiosos?