sábado, 26 de diciembre de 2015

DEUTERONOMIO: Los crímenes en nombre de Dios siguen presentes

NT (texto bíblico): Mande embajadores a Seón, rey de Esebon,… pero no quiso dejarnos pasar… Tomamos todas sus ciudades sin dejar con vida uno solo (DEU. 2.26-37).

CM (comentarios): Continúan los relatos ya expuestos en Números y recordados aquí, en Deuteronomio, que sirven para enfatizar el espíritu de conquista. Yavé tuvo la delicadeza de pedir permiso al rey de Esebon para atravesar su territorio, supongo que a sabiendas de que le negaría el paso, Yavé no podía dejar de conocer la respuesta, no seria Dios; en todo caso, dado su poder infinito, podría haber convencido con sus artes mágicas al citado rey, sin embargo, prefirió la negativa y de esta forma poder asolar el territorio de Esebon; tomando solo los ganados y los despojos de las ciudades, puesto que no quedaron con vida hombres, ni mujeres, ni niños (DEU. 2.34-35). Una vez queda expuesta de manera evidente la crueldad y el perfil genocida del creador.

NT: Subimos por el camino de Basán,… trátalo como trataste a Seón… (DEU. 3.1-11).

CM: Este pasaje, también relatado en el libro anterior, es una repetición de lo acontecido en Esebon, pero en mayor escala, sesenta ciudades fuertemente defendidas, con altas murallas, puertas y cerrojos, fueron destruidas y su población aniquilada, apropiándose de los ganados y de cuanta riqueza fuera posible conseguir fruto del botín de la guerra. Un nuevo exterminio sin que la piedad del todo bondadoso dios fuera presa del mismo. Parece que los escritores bíblicos estuviesen más bien relatando las andanzas de Satán, y no las de su dios.

NT: Tomamos posesión de la tierra… Entonces di órdenes a Josué: así hará Yavé también a todos los reinos contra los cuales vas a marchar. No lo temas, que Yavé, vuestro Dios, combate por vosotros (DEU. 3.12-22).

CM: Yavé hace el reparto de las tierras conquistadas entre las diferentes familias o tribus, entre los señores de la guerra. Y, a continuación, le dice a Josué, el jefe máximo del ejército y sucesor de Moisés que tome nota, es decir, que lo acontecido debe ser la tónica general de las conquistas venideras, la aniquilación del enemigo para evitar toda posibilidad de resistencia tras la derrota. En todo caso, no debe temer, puesto que la mano invisible de Yavé esta presente en el combate para orientarlo hacia la victoria segura. ¡Que extraordinaria enseñanza por parte de un dios que se dice el único y verdadero! Pero, eso sí, el dios de solo una parte de los seres inteligentes, creados por él mismo, como el padre que enfrenta a una parte de su prole contra la otra por razones absolutamente descabelladas. No es de extrañar que a lo largo de la historia del hombre se haya cometido tantos atropellos en nombre de un dios exterminador, un dios guerrero, siempre despiadado y ajeno al sufrimiento de las victimas, dios de una parte. Y cuantas guerras de religión entre creyentes del mismo dios, otorgándose cada uno el privilegio de tenerlo de su parte; ¡cuanta barbaridad, cuanta barbarie! ¡cuanta irracionalidad!
Han pasado más de dos mil años del nacimiento del hijo del único dios verdadero, fruto de la intervención divina sobre un cuerpo humano de mujer y casi quinientos años del nacimiento de un iluminado, que sin declararse hijo de dios, creó otra religión para el mismo dios único y verdadero, pero al que dieron el nombre de Alá. Desde entonces no han dejado de enfrentarse, hasta nuestros días, solo que ahora mediante guerra de guerrillas y guerra urbana. 


sábado, 12 de diciembre de 2015

La Santísima Virgen de los Dolores desposeída de sus títulos

No hace mucho tiempo, en un pueblo de España, cuyo nombre no acierto a recordar, se dieron circunstancias atmosféricas adversas, como en el resto de pueblos de la comarca, no llegaban las lluvias y la pertinaz sequía comenzaba a hacer mella en sus habitantes, los campos se secaban, el agua para el consumo comenzaba a escasear, se clamaba al cielo y a las autoridades civiles, éstas se mostraban incapaces de alterar el rumbo de los caprichos de la naturaleza y las rogativas al mundo celestial se intensificaban cada día, pero no daban resultado positivo, ni una gota de agua.

Los vecinos se sentían defraudados ante la incompetencia del equipo municipal, de los consejeros de agricultura, de economía y de salud del gobierno autonómico, porque las cosechas del año se estaban perdiendo, la economía se hundía, los animales se morían por falta de agua y la salud de los vecinos comenzaba de resentirse. Tampoco las autoridades estatales, sus ministros, eran capaces de resolver la cuestión, si acaso paliar los efectos de la penuria con medidas preventivas ante los cada vez mayores casos de enfermedad y la hambruna, que comenzaba a asolar incluso a las comarcas limítrofes. Ni siquiera las plegarias hacían posible el milagro. Todos comprendieron que la resolución de aquella desgracia no estaba en mano de los políticos de turno ni tampoco en las autoridades celestiales a las cuales se dirigían, aunque quizás de manera equivocada.

Decidieron, por fin, acudir a quien tenían mas cercano, cercana en este caso, la Santísima Virgen de los Dolores, patrona del pueblo, milagrera, reconocida por sus meritos y servicios al pueblo en tiempos pasados y recientes, condecorada por la Guardia Civil, venerada por todos, sacada en procesión en el mes de Septiembre de cada año, con su leyenda, aparecida en un monte cercana al pueblo, unos niños la vieron por primera vez, no se sabe mucho más, tampoco en que época ocurrió, desde luego en tiempos lejanos, pero lo cierto es que es la patrona del pueblo, cuyo nombre no acierto a recordar.

El pueblo, reunido en Asamblea plenaria junto al Alcalde, el párroco y el resto de autoridades locales, las de representación democrática y las otras, las hermandades de cofrades, las monjitas y todas aquellas que vienen a representar la realidad social del pueblo decidieron que era preciso sacar a la Santísima Virgen de los Dolores en procesión solemne, traerla del monte al pueblo, llevarla a la Iglesia Parroquial y ofrecer en su honor una misa a la que quedaría invitado el Señor Obispo, por aquello de darle más solvencia a la petición, no en balde el Obispo es uno de los mas altos representantes de Dios en la Tierra y del que se conoce, además, su inquebrantable fe mariana. El Obispo acepto la invitación, no solo porque pensaba que era su obligación y formaba parte de su responsabilidad sino, porque no decirlo: un baño de multitudes nunca viene mal al ego.

La situación se hacia tan grave que era preciso obrar con prontitud puesto que el servicio de meteorología no anunciaba ningún desplazamiento del anticiclón en la semana próxima. Así pues, de acuerdo con el señor Obispo, se acordó ir a por la Virgen el sábado de mañana, temprano, con objeto de que los vecinos hubieran de madrugar y demostrar a la Santísima Virgen de los Dolores que se sacrificaban por ella. Todo ocurrió tal como tenían planeado, todo el pueblo acudió -bueno, siempre hay personajes que desconfían de estos ritos y permanecen ajenos a los mismos- a las afueras para recibir a la patrona, los mozos que habían de traerla ya estuvieron de madrugada en la ermita junto a un grupo numeroso de voluntarios y voluntarias, también el párroco y las camareras de la Virgen, que es algo así como sus asistentas.

Todos cumplieron con la misión encomendada, se hicieron rogativas colectivas y privadas, se elogio a la Santísima Virgen de los Dolores en público y en privado, el Obispo estuvo magistral. El día termino y todos se fueron a sus casas satisfechos de la decisión tomada, esperanzados, en unos días el anticiclón cambiaria, se desplazaría en alguna dirección de las coordenadas geográficas, se iría con viento fresco y una borrasca traería las necesarias lluvias, se salvaría parte de las cosechas, se recuperaría la tranquilidad y, con un poco de suerte, volvería la prosperidad al pueblo, cuyo nombre no acierto a recordar, y a los pueblos colindantes que se beneficiarían igualmente de tan sabia decisión. En todo caso solo había que tener un poco de paciencia y esperar a que el milagro se produjera.

Pasaban los días y la situación no mejoraba, todos miraban al cielo, aparecían algunas nubes, de paso, venían otras, pero ninguna borrasca, ni grande ni pequeña. Los campos estaban cada vez más secos, la mortandad animal se agravaba cada día, muchas familias se veían obligadas a vivir de la caridad cristiana de sus convecinos y de la escasa ayuda pública que llegaba. El empeoramiento de la situación comenzaba a hacer mella en la población, la desesperanza se hacia un hueco en sus corazones, muchos comenzaban a perder la confianza en la Santísima Virgen de los Dolores, conforme pasaban los días mas personas se sumaban a los descontentos, algunos se atrevieron a clamar contra la Virgen, le achacaban desidia, algunos iban mas lejos y la acusaban de incapaz. 

Pasados unos diez días la división entre los defensores y detractores de la Santísima Virgen de los Dolores se había inclinado del lado de éstos últimos, quienes finalmente lograron convocar una asamblea para el sábado siguiente, en la plaza principal, para debatir las razones que habían llevado a la citada virgen a hacer caso omiso de sus plegarias. Las autoridades civiles lo consintieron a pesar de la negativa del párroco, que a decir verdad también comenzaba a dudar de los poderes de la Santísima Virgen, de ésta y de las otras, pues él sabia muy bien que aunque todos los pueblos tienen su virgen propia en realidad de trata de la misma y si una es milagrera su merito no es de ella sino de la única santa y virgen María, madre única de Jesús.

Llegado el día decisivo los convocantes propusieron desposeer a la Santísima Virgen de los Dolores, patrona del pueblo cuyo nombre no acierto a recordar, de los títulos que se les habían otorgado en los diferentes momentos históricos, las medallas concedidas al merito civil y la de Alcaldesa Perpetua entre otros. La multitud era ya partidaria en su inmensa mayoría de demeritar a la virgen y así fue aprobado, aunque manteniendo el de Patrona, por aquello de no quedarse sin festividad local.

Las lluvias llegaron días más tarde, pero los meteorólogos dieron una explicación científica que nada tenia que ver con las rogativas ni con actuaciones marianas.       


                                                                                  Diciembre de 2015