miércoles, 26 de febrero de 2014

EXODO: Moisés, el exterminador

NT (texto bíblico): Yavé le dio a Moisés dos tablas de piedra con el testimonio, escritas por el dedo de Dios (Ex. 31.18).

CM (comentarios): El literal de la Biblia es imposible de tomarlo en consideración fundamentalmente por las contradicciones que representan, cuando no por lo absurdo de las situaciones; bien es cierto que habría de tomarse, en ocasiones, de forma figurada ¿cuándo hay que considerarlo como figurado y cuando no? La Biblia esta concebida al margen de la dimensión temporal, por consiguiente no resiste la evolución del conocimiento, de ahí que sus seguidores sean personas conservadoras que desprecian el presente y con ello la ciencia y la tecnología. Todavía hay muchas personas que interpretan la Biblia al pie de la letra (integristas cristianos, islámicos y judíos) cayendo así en lo ridículo, en lo grotesco, en lo patético, pero también en el fanatismo, y esto si es grave puesto que trae consecuencias muy nefastas para los no creyentes y discrepantes con la doctrina, incluido asesinatos individuales y colectivos. Sigue ocurriendo en nuestro siglo XXI.    

NT: Viendo el pueblo que Moisés no bajaba del monte Sinaí, pidieron a Arón que les fabricase un dios que vaya delante de ellos, puesto que de ese tal Moisés, que les había sacado de Egipto, no había noticias desde hacia tiempo (Ex. 32.1). Arón mando tomad todos los arillos de oro y tras fundirlo construyo un becerro que representara a Yavé y ante él ofrecieron sacrificios al día siguiente y comieron y bebieron y se pusieron a danzar (Ex. 32.2-6).          

CM: En cuanto Moisés esta ausente durante un tiempo el pueblo se siente desorientado, no sabe que hacer ni como actuar, y a Arón, que tan eficaz se había mostrado en otras ocasiones, no se le ocurre otra idea que fundir todo el oro que llevan como pendientes (debía de tratarse de una costumbre arraigada en el pueblo) para hacer una figura que representara al mismo Yavé. No es de extrañar que tanta obsesión divina por el oro se transmitiera al pueblo de Israel y estos creyeran que era la mejor manera de adorar a su dios. Se lo debieron de pasar la mar de bien, puesto que comieron y bebieron y bailaron, probablemente hasta el amanecer del día siguiente, un autentico desmadre colectivo. Pronto sufrirían las consecuencias de tan altos desmanes.

NT: Yavé manda a Moisés bajar a encontrarse con su pueblo prevaricador, y de cerviz dura. Déjame que  se desfogue contra ellos mi cólera y los consuma (Ex. 32.7-9).

CM: De nuevo se muestra a un Dios intolerante que no perdona el más mínimo desmán de su pueblo, a pesar de que, en su ignorancia, se deshacían de parte de sus bienes para crear una figura con el objetivo de complacer y de adorar al mismo Yavé. Pero no entendían que Yavé no quiere ser representado bajo forma alguna, así pues no cabe sino que la ira de Dios se extienda sobre su pueblo y lo consuma, sin que sepamos muy bien cual es el significado exacto de esta palabra en el contexto, pero nos podemos temer lo peor, es decir el exterminio; es lo mejor se sabe hacer.

Pero Moisés le implora clemencia y le convence con el siguiente argumento: que dirán los egipcios ¿les saca de Egipto para después hacerlos perecer en las montañas y para exterminarlos de sobre la tierra? Acuérdate de Abraham, Isaac y Jacob, a quienes promestistes descendencia. Así que Yavé quedo arrepentido y el pueblo de Israel perdonado. Sí, así es, arrepentido Yavé ¿pero que dios es éste Yavé?

Esta vez Moisés tuvo habilidad para enfrentarse a su dios (corrió un serio peligro, es cierto, porque la ira divina podría haber sido descargada sobre su osadía) y llegar a convencerle para que contuviera su cólera, de forma que se situó por encima de Dios en sabiduría, otra contradicción más de este libro que tantos seguidores tiene. Aunque la clemencia duro poco.

NT: Bajó Moisés con las dos tablas que Dios le había entregado escritas por ambos lados y al oír la algarabía del pueblo, entro en cólera y tiro las tablas y las rompió. Tomo el becerro de oro y lo quemo hasta reducirlo a cenizas, que mezclo con agua, haciéndosela beber a los hijos de Israel (Ex. 32.17-20).

 CM: Así pues, todo quedo en balde, no fue un accidente sino fruto de la ira de Moisés, alguien al que le deberíamos suponer una mayor templanza. No fue cualquier cosa lo que arrojo al suelo y rompió, sino una parte importante de la ley divina, escrita por el mismo Dios en la piedra, y por ambos lados. Aunque de alguna forma debemos comprender la ira de Moisés, puesto que después de convencer al mismo Dios para que aplacara su cólera y no exterminara al pueblo de Israel, éste se encuentra todavía con la euforia festiva; en ese momento duda si el pueblo merece tal perdón.

Pero, en su cólera, Moisés no solo destroza las tablas en formato piedra que Yavé le había entregado, sino que rompe el becerro, sin tener la precaución de recoger los restos de oro para otros menesteres, dado el interés de Yavé en hacer objetos de oro que adornaran el templo de su adoración.

NT: Aron justifica la acción de su pueblo por su maldad, “tu sabes cuan inclinados al mal es este pueblo” (Ex. 32.22). Moisés reúne entonces al pueblo y le manda ceñir su espada sobre su muslo e ir al campamento de puerta en puerta y matar cada uno a su hermano, a su amigo, a su deudo. Y esto fue lo que hicieron los hijos de Levi y perecieron aquel día unos tres mil del pueblo. Moisés, les dijo “hoy os habéis consagrado a Yavé, haciéndole cada uno oblación del hijo y del hermano; por ello recibiereis hoy bendición” (Ex. 32.25-35).

CM: De forma que el pueblo elegido es un pueblo inclinado al mal, en tal caso podría Yavé haber elegido al pueblo egipcio, que tanta generosidad mostró con los israelitas, cuando estos, contra su propia voluntad se vieron lanzados al desierto en busca de una tierra prometida que no llega. Esta duda del pueblo le hace merecedor del castigo, un castigo que Yavé, en un acto de cólera y de irresponsabilidad, pretende que sea de exterminio total, absurda idea, y que Moisés convierte, por su propia cuenta en un exterminio parcial. Tres mil personas son asesinadas de manera premeditada y brutal por sus propios hermanos.

Moisés debería, por tanto, pasar a la historia como el primer exterminador en masa, después del propio Yavé, naturalmente, que tantos males envío a los humanos por puro capricho. Podremos suponer, que Moisés, tan acostumbrado a la maldad divino, debiose parecer que su decisión y orden de asesinato era una pequeñez. Obra de un aprendiz.

¿Es esta la forma como debemos resolver los problemas en la Tierra? ¿Asesinando a unos cuantos para dar ejemplo? Es lo que cabria deducir de este apartado del Éxodo. Al menos, es la forma en que Moisés, el líder político y espiritual, resuelve el conflicto.

Moisés, se siente satisfecho, en ningún momento arrepentido y alaba a su pueblo porque con esta brutal matanza se han consagrado a Yavé, han hecho oblación, es decir han sacrificado a seres humanos y por eso recibirán la bendición de ese dios cruel y primitivo,  al que tantos hombres y mujeres de esta Tierra nuestra adoran todavía, de forma irreflexiva e irracional.


viernes, 14 de febrero de 2014

La perfumería de Dios

NT: Ordena Yavé construir un altar para quemar en él incienso. Será de madera de acacia revestido todo él de oro, incluida las patas, de las que colgaran sendas anillas de oro. Arón hará sobre él expiación una vez al año con la sangre de la victima expiatoria y se continuara de generación en generación (Ex. 30.1-10).

CM: Esta nuevo altar es exclusivo para quemar incienso y expiar los pecados con la sangre de la victima, rito que queda instituido para las generaciones venideras de judíos, dando a entender que las costumbres no cambian. Es obsesiva la pretensión de Yavé de recubrirlo todo de oro, pareciese que la material y lo espiritual deban ir unidos, al menos cuando se le honra. La Iglesia Católica ya se ha encargado de convertir lo espiritual en un magnifico negocio.

NT: Dijo Yavé: Cuando enumeres a los hijos de Israel, cada uno deberá entregar para el tabernáculo medio siclo como rescate por su vida (Ex. 30.11-16).

CM: Es decir, que formar parte del censo suponía una exposición a la muerte y con esta entrega el israelita quedaba exonerado de peligro alguno. Queda instaurado el primer impuesto religioso para contribuir al culto, debiendo hacerse por igual para todos, ricos y pobres, quizás para destacar la igualdad de los seres humanos antes Dios, aunque éste, pudiendo hacer, porque es todopoderoso, que la desigualdad no sea tan grande en la Tierra la permite, siendo indiferente a ella.

El siclo es una unidad de medida de peso que en este caso debía corresponder, el medio siclo, con una moneda de plata de aproximadamente 5 gramos. Como todo lo establecido en la Biblia es para perpetuarse, se debe entender que esta medida ha de variar en cuantía conforme pasan los años, por aquello de la devaluación de la moneda y de mayor gasto en los ritos religiosos. Pero, mientras el valor de las cosas aumenta con el tiempo, la miseria es ajena al paso del tiempo.

NT: Yavé encarga a Moisés hacer un pilón de bronce para las abluciones, en donde Arón y sus hijos se lavaran pies y manos antes de entrar en el tabernáculo, para que no mueran (Ex. 30.17-21).

CM: De nuevo la eterna amenaza de la muerte, subsanada con la ablución de pies y manos, antes del culto. Esta vez no manda recubrirlo de oro, naturalmente no es un elemento para el sacrificio ni para la adoración sino la antesala al tabernáculo y destinado a los sacerdotes.

NT: Aún Yavé ha de decirle a Moisés como ha de preparar el óleo y la tiamama para la unción, que no se ha de derramar sobre cuerpo de hombre alguno, sino que será exclusivamente para Yavé (Ex. 30.22-38)

CM: Yavé establece las medidas que ha de usar para fabricar el aceite con el que le ungirán y se las comunica a Moisés, intermediario de por vida entre Yavé y sus fieles: quinientos siclos de mirra de primera, doscientos cincuenta siclos de cinamomo aromático y otro tanto de caña aromática, quinientos de casia, un hin de aceite de oliva. Con esta mezcla rociara el tabernáculo, el arca, la mesa y todos los utensilios.

También hará una mezcla con estacte, uña aromática, gálbano e incienso purísimo, a partes iguales y hará con ello una timiama, conforme al arte de la perfumería, salado, puro y santo. Una vez pulverizado lo pondrá en el tabernáculo.

Yavé muestra, por tanto, sus excelentes dotes de perfumero, conocedor de todas las sustancias posibles para hacer la mezcla mas aromática posible, no en balde es el creador de todas las cosas y conocedor de sus propiedades. Pero es importante que tengan en cuenta que estas mezclas solo tienen como destino los ritos en su honor y nunca deberán utilizarse para otro fin, porque quien lo hiciere será borrado de en medio de mi pueblo (Ex. 30.33 y 30.38). De nuevo la amenaza de muerte ante el incumplimiento de un mandato divino, que debe perpetuarse en el tiempo.

NT: En estos versículos se desvela el artífice de las obras que Yavé ha encargado hacer, se trata de Besalel, de la tribu de Judá, manufacturero, labrador de metales y piedras preciosas y Odolías, de la tribu de Dan, su socio (Ex. 31.1-6). Yavé estable el sábado como día santo y el que lo profane será castigado con la muerte (Ex. 31.13-14).

CM: así pues, Yavé disponía de un autentico artista para llevar a cabo tanta orfebrería, aunque no tengamos noticias fuera de la Biblia de su existencia, debiera haber pasado a la historia del arte como uno de los primeros genios en la materia. Sin embargo, de momento no conocemos nada de quienes fueron los arquitectos o perfumeros, pero si destaca Yavé que puso la sabiduría en el corazón de todos los hombres hábiles para que ejecutaran cuanto había ordenado.

Es una lastima que no haya continuado poniendo sabiduría en el corazón de los hombres después de tantas milenios de calamidades en la historia de los seres humanos, pero parece, a tenor de lo que refleja la Biblia, que todo lo que hace Dios es para agradar a si mismo.

Pues bien, se establece el sábado como día festivo y se trabajara los restantes seis días de la semana. El sábado queda, pues, destinado a servir a Dios, como también hiciera él después de crear el mundo en seis días, dejando el séptimo para descansar, cosa realmente extraña, porque es inimaginable concebir cansancio en quien es todopoderoso e incansable, si tal cansancio fuera posible concebiríamos a un Dios fatigado, perezoso e incluso, porque no, depresivo, sobre todo después de contemplar los múltiples errores en su obra, llegar a la conclusión de que queriendo hacer una obra perfecta, hizo algo indigno de él, no hay más que contemplar a la máxima criatura de la creación, el hombre, una mezcla de bondad y maldad, de contradicciones irresolubles, e incluso capaz de negar a su propio creador.


Así pues el sábado es el día de descanso, para los judíos, para los cristianos será el domingo. Y ¡cuantos muertos podríamos contar si realmente se cumpliera la sentencia anticipada de Dios, de condenar a muerte a todos aquellos que incumplan con el mandato de no trabajar en el día dedicado al señor! Claro que si ello hubiera de cumplirse, el día santo no habría vuelos, ni viajes en ferrocarril, ni funcionarían las fabricas, ni habría servicios de mantenimiento, ni se establecería en la sociedad el debate de si abrir o no los comercios en día tan señalado, pero ¿Cómo iba Dios a pensar que las cosas fueran a evolucionar de tal manera? quizás Dios no prevería que el mundo que él creo iba a cambiar de forma tan extraordinaria, o quizás el hombre, su figura máxima, desoyéndole se ha dedicado a investigar por su cuenta y a hacer que la sociedad evolucione y que no sea necesario hacerle sacrificios, ni temer a sus amenazas de muerte por cualquier incumplimiento por grave que éste sea.

viernes, 7 de febrero de 2014

ÉXODO: El rito y los sacrificios


NT (texto): Yavé manda hacer vestiduras para Aaron: un pectoral, un efod, una sobretúnica, una túnica a cuadros, una tiara y un ceñidor y nombre a los hijos de Aarón sacerdotes. Se emplearan para ellas oro y telas tejidas en jacinto, púrpura y carmesí y lino fino (28.1-5). Yavé dice como se han de hacer (Ex. 28.6-43).

CM (comentarios): Acabados los detalles de la morada y del altar, llega la hora de engalanar a los sumos sacerdotes, aquellos elegidos por el propio Yavé para servir de intermediarios entre él (Dios) y el pueblo. Es decir la representación de la divinidad en la tierra, que en connivencia con el poder civil (en este caso identificados ambos) tanto han ayudado a subyugar a los seres humanos.

Yavé establece un régimen político-religioso hereditario, son los hijos de Aarón los encargados de llevar a cabo tan alta misión, obviando la posibilidad de que existan otras personas (naturalmente varones, ya sabemos que Dios es un ser machista) más capacitadas para el cargo.

En cualquier caso, la realización de sacrificios al ser supremo requiere cierto engalanamiento, a los ojos de Dios, de tal forma que se requiere de toda una liturgia adornada de las vestimentas adecuadas, cuanto más sofisticadas mejor. Así pues el efod (prenda que se apoyara en los hombros y colgará para soportar el pectoral) debe ser de oro e hilo torzal de lino, violeta, púrpura escarlata y carmesí, artísticamente entretejidos, ¡Cuánto detalle! Llevara dos hombreras y un cinturón de igual tejido y sobre cada hombrera una piedra de ónice talladas en las que irán grabados los nombres de los hijos de Israel.

El pectoral será cuadrado y del mismo material, guarnecido de pedrería (sardónica, topacio, esmeralda, rubí, zafiro, diamante, ópalo, ágata, amatista, crisolito, ónice y jaspe) y engarzadas en oro.  El pectoral ira unido al efod mediante anillos de oro, como no podría ser menos. En fin todo un lujo para un pueblo errante que tantas calamidades y persecuciones habían sufrido en el todavía cercano Egipto. Pero recordemos que el pueblo egipcio, por temor, por generosidad o por ignorancia ofreció al pueblo israelita, en su égida, todo cuanto poseía en riquezas materiales. Pero al tratarse de un libro sagrado, cualquier cosa es posible por increíble que parezca.

El efod lleva una sobretúnica hecha de jacinto adornada con granadas de jacinto, de púrpura y de carmesí, alternando campanillas de oro todo en derredor, con objeto hacerse oír al entrar y salir del santuario. Un detalle adicional que llevará el sumo sacerdote Aarón será una diadema laminada en oro puro. Para Aarón y sus hijos se harán túnicas, tiaras y calzones de lino que llevaran desde la cintura hasta los muslos.

Todo lo anterior será ley perpetua para Aarón y para toda la descendencia después de él.

Sorprende este afán divino por el lujo excesivo, por lo material. Lujo que ha heredado al Iglesia Católica, ejemplo de organización poderosa, que bajo el paraguas de las esencias religiosas y del más allá, goza de un extraordinario poder mundano, en forma de bienes inmuebles, incontables obras de arte de incalculable valor e innumerables intereses económicos y financieros en el ámbito internacional.

NT: Es hora de consagrar a los sacerdotes. Yavé encarga tomar un novillo y dos carneros, junto con panes y tortas ácimas y vestir a Aron y sus hijos con  las vestimentas confeccionadas para el rito. Degollara el novillo, derramara su sangre al pie del atar, separara las entrañas y las quemara en el altar y separara la carne y todo lo demás y lo quemara fuera del campamento. Después deguellara uno de los corderos y regara con su sangre el atar y después lo descuartizara y lo quemara en el altar. Con la sangre del otro cordero untara el lóbulo de la oreja derecha de Aron y de la de sus hijos y ungirá a Aron y sus hijos y sus vestimentas junto con el óleo de unción. De esta forma serán consagrados. Este cordero no será quemado sino consagrado (Ex. 29.1-22).

Después tomará los ácimos y los agitara y quemara sobre el altar y agitaras medio pecho del cordero como ofrenda ante Yavé, del otro medio lo cocerán y Aron y sus hijos lo comerán junto con los ácimos del cestillo y si queda algo será quemado porque nadie más lo podrá comer porque es cosa santa (Ex. 29.23-34).

CM: Naturalmente hoy día este tipo de sacrificio resulta primitivo y salvaje, si bien en aquellos tiempos remotos podría parecer absolutamente natural, de hecho las primeras civilizaciones han sacrificado animales e incluso a personas para rendir culto a su dios, aplacar su ira y obtener supuestos beneficios. Pero la idea de perpetuar el sacrificio a través de las sucesivas generaciones pareciese hacernos ver que Yavé, en su intemporalidad, no tuviera una concepción clara del transcurrir del tiempo en el ser humano a lo largo de la historia, pues debería haber supuesto que esta forma de sacrificio puede resultar brutal en otros momentos históricos. Como no deberíamos dudar de este conocimiento supremo y total de Yavé, hemos de suponer que los escritores bíblicos se tomaban demasiadas licencias e interpretaciones a cerca de las palabras de su dios.

Yavé no deja de precisar hasta el mínimo detalle, como debe llevarse a cabo el sacrificio para cada uno de los animales, que partes deben ser quemadas y cuales no, la separación de las entrañas, la forma en derramar la sangre, el significado de manchar de sangre los lóbulos derechos de las orejas de Aron y sus hijos.

NT: deberán cumplir cuanto Yavé ha mandado, durante siete días y cada día ofrecerás el novillo en sacrificio sobre el altar para expiación del pecado y lo ungirás y santificaras. El primer cordero será ofrecido por la mañana y el segundo entre dos luces. Allí me haré yo presente, dice Yavé, a los hijos de Israel y será consagrado por mi gloria y conocerán que soy su Dios, que les he sacado de las tierras de Egipto (Ex. 29.35-46).
          
CM: Una vez más Yavé hace recordar a su pueblo que es su Dios, al que deben honrar, y que les ha sacado del pueblo donde tantas calamidades pasaban. Para ello deben hacer todo esta serie de sacrificios adornados con detalles de extremado cuidado, así los corderos se ofrecerán con un décimo de harina de flor, amasado con un cuarto de aceite de oliva y una libación de un cuarto de vino.

Y así se establece y queda instituido para las generaciones futuras que deberán cumplir con estos ritos bajo la dirección del sumo pontífice, encarnado en la figura de Aron entonces y de sus descendientes en tiempos venideros.


Y todo ello para expiar el pecado cometido por nuestros primeros ancestros, de quienes no disponemos ya de memoria histórica, lo que no deja de ser pernicioso, que después de tantas generaciones estemos sufriendo por un pecado que no hemos cometido. Salvo que su objetivo no sea otro que mantener a la humanidad en el pecado, es decir en remordimiento y por tanto en la necesidad de ser perdonado y con ello de estar sometido a la voluntad de Dios y por tanto de sus representantes, sumos sacerdotes, contra su libre albedrío. 

miércoles, 5 de febrero de 2014

La vida para los obispos españoles

            La Conferencia Episcopal Española se siente segura y fortalecida con el actual gobierno del Partido Popular. Tras conseguir imponer que la religión en la escuela sea evaluable y compute para la nota media académica, ahora esta a punto de lograr, si no lo impide la movilización ciudadana, la prohibición y penalización del aborto, que para ellos no se trata de un derecho sino de un delito.

            No deja de sorprender la defensa que hacen de la vida de los no-nacidos quienes a lo largo de los siglos han despreciado la vida, fomentado crueles guerras de religión, perseguido a quienes no profesaban su misma fe o sencillamente discrepaban de algunos aspectos de su dogma religioso, condenando a la tortura o a la hoguera a los discrepantes; quienes en tiempos recientes bendecían las condenas a muerte del dictador Franco; quienes no se opusieron a la ejecuciones del nazismo o fueron cómplices pasivos del mismo; quienes condenaron el conocimiento científico y con ello la practica de la medicina, impidiendo de esta forma que miles de personas pudieran permanecer con vida.

            A los obispos españoles les preocupa sobremanera la enseñanza de la religión (el adoctrinamiento religioso), la perversidad homosexual (cuando no son ellos quienes la practican), la familia cristiana (cuando son ellos los menos indicados, pues no tienen ni idea de que significa tener hijos, salvo los no reconocidos) o el nacimiento fruto de embarazos no deseados por múltiples razones (mucha hipocresía). ¿Algo más les interesa a los obispos españoles? Sí, la riqueza. La Iglesia Católica es la sociedad económica más poderosa de nuestro país, acumula más patrimonio que ninguna otra, salvo el propio Estado, que además ha concedido a la Iglesia el poder de inmatricular o apropiarse “legalmente” de inmuebles de nadie, iglesias, edificios o solares rústicos y urbanos (modificación de la ley hipotecaria llevada a cabo por el ex-presidente Aznar). Por no mencionar su innumerables negocios y participaciones en el accionariado de grandes empresas y naturalmente dejando a un lado los sucios negocios del Vaticano S.
A. La Iglesia Católica Española es poderosa y privilegiada del Estado de quien recibe múltiples ayudas directas con cargo a los presupuestos generales e indirectas mediante la exención de multitud de impuestos; todo ello en virtud de los Acuerdos del Estado Español con la Santa Sede, que los gobiernos socialistas, los únicos que podrían haberlo denunciado, nunca se atrevieron o quisieron hacerlo.       

            No está, sin embargo, entre los intereses de los obispos españoles el sufrimiento ajeno, la penuria en la que viven muchas familias españolas, el paro, los desahucios, la escasez de recursos, el hambre, la disminución de los derechos sociales o la desigualdad creciente. Y que decir de las miles de personas inocentes (como ellos llaman a los no-nacidos, a los que los obispos conceden naturaleza plena) que mueren diariamente por diferentes motivos, victimas de conflictos bélicos, del hambre, del narcotráfico, de la trata de personas, de la enfermedad, sin que a los obispos españoles se les escuche la más minina protesta. Miles de niños y niñas pasan hambre y enfermedad y mueren por desnutrición crónica al no disponer de alimentos ni de medicinas, pero los obispos españoles no emiten ningún comunicado de denuncia al respecto, en última instancia les preocupa que no puedan alcanzar el paraíso.

No, los obispos españoles no se pronuncian ante la injusticia, no hacen declaraciones, ni ruedas de prensa, ni mucho menos se manifiestan, pero si lo hacen para defender sus intereses o para ocultar sus miserias.