jueves, 31 de marzo de 2016

DEUTERONOMIO: Obediencia y temor a Dios

NT (texto bíblico): Acuérdate. Desde que salisteis de Egipto habéis sido rebeldes a Yavé. Provocasteis la ira de Yavé… (DEU. 9.7-10.11).

CM (comentarios): Quien habla es Moisés y recuerda las veces que los israelitas dudaron de Yavé, que se rebelaron, relata las cuarenta noches de ayuno y la ruptura de las tablas de la ley ante la corrupción del pueblo construyendo un becerro de oro para adorarle, y como intercedió ante Yavé para calmar su ira. Recuerda la muerte de su hermano Aaron. No parece que Yavé fuese un dios persuasivo, convincente, sino más bien que su autoridad venia impuesta por el miedo, por el temor a sus acciones, a sus represalias, al terror al que sometía a su pueblo y a todos los pueblos por donde pasaban los israelitas.

NT: ¿Qué es lo que de ti exige Yavé, tu Dios, sino que le temas y cumplas sus mandamientos y sus leyes? De Yavé son los cielos y la tierra y cuanto ella contiene. Y solo con tus padres se ligo amándolos y con su descendencia, a quienes ha elegido de entre todos los pueblos (DEU. 10.12-15).

CM: No hay duda alguna sobre el fundamento de las religiones inspiradas en la Biblia, el temor al incumplimiento de las leyes escritas en ella, circunstancias que se pueden extremar hasta donde se quiera en función de la interpretación de cada secta religiosa. Sin embargo no deja de ser sorprendente que las religiones monoteístas cristianas y musulmanas reconozcan como único dios al dios del Antiguo Testamento, como también reconocen a los personajes que en ella figuran, Abraham y Moisés principalmente, un dios que elige al pueblo de Israel como su pueblo, al frente del cual se pone para expulsar de sus territorios a aquellos otros pueblos que por voluntad del mismo dios van a conquistar. De la misma forma los israelitas podrían sentirse ofendidos ante la usurpación que esas religiones han hecho de su dios.

NT: Circuncidad vuestros corazones y no endurezcáis mas vuestra cerviz. Amad vosotros también al extranjero, porque extranjeros fuisteis en Egipto. Teme a Yavé, sírvele, adhiérete a él y jura por su nombre. Vuestros hijos no vieron las enseñanzas de Yavé… (DEU. 10.16-11.21).

CM: Se pide a los israelitas que no endurezcan su cerviz, es decir que sean sumisos, obedientes, y que amen a los extranjeros, suponemos que también a los extranjeros en sus propias tierras, las conquistadas por Israel. A continuación reconoce que las nuevas generaciones no conocen las enseñanzas de Yavé, los prodigios realizados en Egipto contra el faraón, lo que hizo con su ejercito cuando cruzaron el mar Rojo, es decir todo aquello que ha hecho por el pueblo de Israel, de forma que las generaciones futuras se cuidaran de adorar a otros dioses, porque de lo contrario la cólera de Yavé caerá sobre ellos y cerrara el cielo, y no habrá mas lluvia y la tierra no dará frutos y desaparecerán de la faz de la tierra. De forma que parece entenderse que Yavé se irá, desaparecerá y dejará que los hombres se valgan por si mismo, pero que sepan de las enseñanzas de Yavé, de su poder, de sus instrumentos de castigo, de su falta de misericordia, de su inclemencia, de su dureza, de la necesidad de que el pueblo este humillado, servil y obediente, atributos que menciona una y muchas veces para recalcar que la religión se basa en la obediencia ciega, en la anulación de la personalidad. Podría entenderse que estos mensajes va en exclusiva para el pueblo de Israel, pero la mayoría de los pueblos han decidido –en ocasiones por la fuerza- también ser aludidos por esta mensajería, aunque para desgracia de Yavé la mayoría de este mundo, que dice haber creado, no cumple con sus preceptos y muchos otros le ignoran, y no por ello ha conseguido borrar a nadie de la faz de la tierra, las desgracias ocurridas no se deben a su maldad, sino a la naturaleza o a los propios humanos. Así que Dios, Yavé o como le quieran llamar, cuenta bien poco salvo en la mente de algunos que persisten en mantener viva una existencia que no es sino fruto de la debilidad de la mente de los humanos.

NT: Porque si cuidáis los mandamientos Yavé arrojara ante vosotros a todos los pueblos, vuestras fronteras se extenderán, nadie podrá resistir ante vosotros… (DEU. 11.22-32).


CM: Son reiterativos hasta la saciedad, la necesidad de cumplir con los mandamientos divinos ha de ser gravada en los cerebros de las generaciones futuras así como el castigo que les espera ante el incumplimiento de los mismo. Es destacable el celo que ponen los anónimos escritores bíblicos en hacer apología de la conquista, de forma que el pueblo israelita habría de verse obligado a conquistar todos los territorios fronterizos y extenderse hasta los confines del planeta. Por fortuna los israelitas han incumplido este mandato divino o han fracasado en su intento, sin que su dios haya intercedido por ellos. Una vez más debemos certificar la muerte de Dios.

viernes, 18 de marzo de 2016

DEUTERONOMIO: Una sociedad sumisa


NT (texto bíblico): Acuérdate de todo el camino que Yavé, tu Dios, te ha hecho hacer en cuarenta años por el desierto, para castigarte y probarte, para conocer los sentimientos de tu corazón y saber si guardas o no sus mandamientos. El te afligió, te hizo pasar hambre y te alimento con el maná, para que aprendieras que no solo de pan vive el hombre, sino de cuanto procede de la boca de Yavé  (DEU. 8.1-6).

CM (comentarios): Cuarenta años de exterminio, durante los cuales los que no murieron de muerte natural o por enfermedad encontraron la muerte como castigo por incumplir los mandamientos, las severas órdenes de su dios, o no le adoraron suficientemente. Todos aquellos que no se resignaron a una aventura incierta, que dudaron de la palabra de Yavé, fueron eliminados de la faz de la Tierra. Solo los obedientes, los sumisos, los temerosos del castigo sobrevivieron. Es ésta la sociedad que proclama la Biblia, una sociedad de creyentes en un supuesto ser superior, al que teman y adoren al mismo tiempo, sometida a unos valores que anula la personalidad, la individualidad, la capacidad de pensar libremente, la critica, y somete, por el contrario, a la persona a la obediencia ciega, al cumplimiento de unos deberes absurdos y a unos comportamientos discriminatorios sobre las mujeres, a la aceptación del dolor y del sufrimiento como norma, a una educación restrictiva y al inmovilismo. Y, si es preciso, preparar a los varones para la guerra santa. Es lo que ha ocurrido durante siglos y por desgracia sigue siendo actualidad en los momentos presentes en ciertas zonas del planeta.

NT: Ahora Yavé va a introducirte en una buena tierra,… Guarda de olvidarte de Yavé, de observar sus mandamientos,… porque pereceréis, como las naciones que Yavé hace perecer ante vosotros (DEU. 8.7-20).

CM: El anónimo escritor bíblico describe una vez más las excelencias de la tierra prometida y conquistada, lo que han tenido que sufrir los supervivientes o sus padres - la mayoría ha debido nacer durante la travesía-, lo bien que van a vivir, en casas hermosas, con una ganadería fructífera y colmado de bienes. Todo ello es debido a Yavé a quien deberán estar agradecidos de por vida y por generaciones futuras, porque de lo contrario les espera la muerte, perecerán como lo han hecho, de la mano de Yavé, los desafortunados habitantes anteriores de esta tierra tan fértil. Este es pues el mensaje, el temor al castigo divino, la mayor y más eficaz formula de sometimiento jamás inventada. Solo basta creer en ese dios justiciero para estar sometido al director espiritual que corresponda (de hecho la segunda dinastía borbónica de la España del siglo XXI se inclina ante el Papa de Roma y besa su mano en señal de humillación y sometimiento, para vergüenza de muchos españoles).
  
NT: Estáis hoy para pasar el Jordan y marchar a la conquista de naciones mas numerosas y poderosas que tu,… Haz de saber que Yavé, tu Dios irá delante de ti como fuego devorador, los humillará ante ti y lo destruirás,… Y lo hago para cumplir la palabra que di a Abraham, Isaac y Jacob, no por tu justicia, porque eres pueblo de dura cerviz (DEU. 9.1-6).

CM: Se dirige al pueblo de Israel en segunda persona. Van a terminar la conquista con el cruce del río Jordan, la tierra de Enac, como siempre alentando a las tropas a exterminar al enemigo, un pueblo lleno de maldad a juicio de Yavé porque adoran a otros dioses, seguramente menos crueles y malvados que Yavé. Éste no reconoce al pueblo de Israel merecedor de las tierras conquistadas, es decir el grado de sumisión no es suficiente a sus ojos ansiosos de adoración extrema, de forma que sigue con su proyecto por la palabra dada a los anteriores personajes bíblicos de esta perversa historia. Una vez más Yavé reconoce haberse equivocado, ha confiado en el pueblo elegido por él mismo para llevar a cabo una misión extravagante y éste pueblo no ha creído suficientemente en el proyecto, se ha revelado, ha dudado y por consiguiente ha debido ser castigado por Yavé que ha tenido que hacer uso de demasiadas armas persuasorias, de cuyo uso gozaba a tenor de las veces que se vanagloria de su poder y de su crueldad. Quizás debamos de concluir que como estratega deja mucho que desear si tiene que recurrir con tanta frecuencia a la violencia para imponer sus mandamientos.


martes, 15 de marzo de 2016

Los ateos somos gente alegre

El pasado fin de semana tuvo lugar la II Convención de Ateos y Librepensadores de Madrid con excelentes conferencias sobre temas que nos interesan a los que creemos en la verdad, en la capacidad humana de raciocinio, en el humanismo, en el pensamiento critico y en los descubrimientos de la ciencia. Y, por supuesto, en el debate y en la confrontación de ideas.
Se trataron asuntos muy variados, desde el abordaje de la ciencia, de su metodología, de los descubrimientos que nos han permitido a los humanos tener un conocimiento de nuestros orígenes, ajenos a historias descabelladas e inasumibles en los tiempos actuales, hasta temas tan presentes como el enriquecimiento de la Iglesia Católica mediante la apropiación de bienes pertenecientes al pueblo soberano y el auge del yihadismo islamista.
Temas como el Pensamiento mágico y la superstición, las pseudociencias, y las religiones como expresión de ese pensamiento mágico fueron expuestos y desarrollados de manera detallada y con proyección desde los orígenes de la humanidad.
El origen del Universo, su evolución hasta los primeros átomos, la formación de protoestrellas, estrellas y galaxias, de nuestro sistema solar, las primeras formas de vida, los distintos procesos geológicos que han transformado la Tierra hasta su estado actual, la llegada de los primeros mamíferos y la aparición posterior de los homínidos y de la inteligencia. Nada fue obra de ningún ser superior, sino de la propia naturaleza.
El derecho de las personas a tener una muerte digna, a no ser sometidas a sufrimientos innecesarios en procesos irreversibles o no deseados, la libertad de elegir nuestro propio fin, nuestra vida no es propiedad de ningún dios, de ningún supuesto ser superior, de algo o alguien que esta en la mente de algunos, sino de nosotros mismos. El testamento vital como forma de hacer valer nuestro deseo ante un final sin sufrimiento.  
Un análisis del Islam desde su nacimiento, las distintas facciones que lo conforman, su desarrollo histórico, el teísmo como forma de gobierno, hasta conducir al actual estado con el auge del integrismo islamista y la aparición de los movimientos yihadistas (Al Qaeda, Boko Haram y el Estado Islámico (Isis/Dáesh), por citar a los mas conocidos y violentos), la mayoría de ellos con una estructura militar de dudosa financiación, que pregonan la lucha armada como forma de persecución de infieles y herejes, y del que Occidente tiene una parte importante de responsabilidad.
La Iglesia aprovecha el inmenso poder que le viene de la historia pasada y de su  confirmación por parte de los gobiernos de turnos, y basándose en él y en las prerrogativas que le concede la legislación en vigor  aprovecha para registrar a su nombre todo aquello que queda en una especie de limbo impuesto por la costumbre, tales como poner a su nombre aquello que era considerado como patrimonio del pueblo: iglesias, capillas, camposantos, huertos y terrenos anexos, y todo aquello que hay en su interior, joyas, retablos y obras de arte, en su afán acaparador enloquecido y ruin.

Las conferencias, el debate, la participación, forman parte del ansia de saber, de conocer la verdad de nuestra existencia, el origen de la vida, su evolución y el futuro que ésta nos depara, muy lejos de las intenciones de los creyentes a los que la verdad le viene dada, impuesta quizás desde la infancia, sin análisis, sin sentido critico, sin preguntas. Pero las jornadas se vieron también envueltas de un ambiente festivo, disfrutamos de la buena música, de una Solfónica que canta la esperanza de un mundo mejor, de otros músicos que nos alegran con sus canciones burlescas, irónicas y sarcásticas de la realidad actual. Y naturalmente la convivencia de gente sana, que procura un mundo mejor y que no tiene cuernos de demonios.  

miércoles, 9 de marzo de 2016

Ofensa a los sentimientos religiosos

Es lamentable que en los tiempos presentes se considere delito la supuesta ofensa a los sentimientos religiosos. Es así como se contempla en la legislación de algunos países en los que, por el contrario, se reconoce el derecho a la libertad de expresión.
Por ello, cuando se es crítico con las ideas que sostienen a las religiones, se corre el riesgo de que alguien se pueda sentir ofendido en su creencia o que alguna organización anacrónica, defensora acérrima de la ortodoxia religiosa, intolerante, antidemocrática y adinerada, aproveche la oportunidad para imponer su integrismo religioso, y castigar al malvado e insolente que osó burlarse de sus rogativas, ridiculizar sus imágenes, cuestionar sus creencias o “profanar” un recinto religioso. Lo que para algunos puede suponer una ofensa a los sentimientos religiosos, para otros no es sino una manifestación de la libertad de expresión; así ocurre cuando se hacen bromas con cristos, vírgenes y profetas, se caricaturizan las celebraciones y ritos religiosos o se protesta contra una concentración o manifestación religiosa. La ofensa depende de los sentimientos y de la ideología de  quien se siente ofendido, y de quien es llamado a enjuiciar el hecho supuestamente ofensivo, pudiendo ser objeto de pena de multa o cárcel. No hay razón por la que los sentimientos religiosos hayan de adquirir tal predominio sobre otro tipo de sentimientos, sujetos todos ellos a la crítica, al repudio o al rebatimiento.
Quizás los creyentes debieran leer los llamados “libros sagrados” -Antiguo Testamento- en los que se sustentan las tres religiones monoteístas mayoritarias -y por consiguiente su fe religiosa- de una manera sosegada, critica y racional -en la medida que ello sea posible-, y también los específicos del Cristianismo (Nuevo Testamento) y del Islam (el Corán). Podría el lector creyente que se acerque de ésta manera a los citados textos llegar a la conclusión no equivocada, de que adjetivar a Dios con determinados calificativos, por parte del no-creyente, no es una ofensa para sus sentimientos religiosos, puesto que es así como la misma Biblia recoge la figura de su Dios; sino que muy al contrario son los citados “libros sagrados” los que suponen una ofensa para cualquier ser humano, incluidos los propios creyentes.
Decir que el Dios en el que cree es un ser exterminador (¿quizás genocida?) es constatar lo allí escrito, concretamente en Génesis 6.5 (voy a exterminar con el hombre, a los ganados, reptiles y aves del cielo, pues me pesa de haberlos creado), en Génesis 18.23 (¿pero vas a exterminar al justo con el malvado? –pregunta de Abraham antes de la destrucción de Sodoma-), en Éxodo 17.8 (y exterminó a Malaec y a su pueblo al filo de la espada), en Deuteronomio 12.29 (cuando Yavé, tu Dios, haya exterminado a los pueblos…), en Deuteronomio 19.1 (cuando Yavé haya exterminado a las naciones…), por poner solo algunos de los ejemplos en los que Yavé manda asolar los pueblos que los israelitas van conquistando en su camino hacia la tierra prometida. Podrían citarse igualmente las plagas de hambre, sed, miseria y muerte con las que Yavé castiga al pueblo egipcio.
Decir que el Dios venerado por la mayoría de la humanidad es un dios asesino, no debe ser una ofensa a los sentimientos religiosos de nadie, pues el termino va asociado al de exterminador que el mismo Dios se reconoce a si mismo, además de las innumerables referencias bíblicas al respecto: Números 16.21 (apartaos de esa turba, que voy a destruirla en seguida –ante la sedición de Coré; murieron varios centenares de personas-), Deuteronomio 7.1-6 (derrumbareis sus altares, romperéis sus cipos y daréis al fuego sus imágenes talladas –tras expulsar a jeteos y otros pueblos-), Deuteronomio 13.6 (y sea tu mano la primera que se alce contra él para matarle, le lapidareis hasta que muera –por seguir a otros dioses-), Levítico 10.2 (entonces salio de ante Yavé un fuego que los abrazó y murieron ante Yavé –castigo a los dos hijos de Arón por cometer un error-); y como éstos hay multitud de pasajes en los que ordena matar a otros o lo hace el mismo Yavé. 
Decir que las tres religiones monoteístas son vejatorias para con la mujer no es ninguna ofensa, sino constatar una certeza recogida en los citados libros en los que se sustentan dichas religiones: Génesis 3.16 (multiplicaré los trabajos de tus preñeces, parirás con dolor a tus hijos y buscarás con ardor a tu marido que te dominará), Levítico 12.1 (cuando de a luz una mujer y tenga un hijo, será impura durante siete días; como en el tiempo de su menstruación…, si da a luz una hija, será impura durante dos semanas), I Corintios 14.34-35 (las mujeres cállense en las asambleas. Si quieren aprender algo, que en casa pregunten a sus maridos), I Timoteo 2-11 (no consiento que la mujer enseñe ni domine al marido, sino que se mantenga en silencio), el Corán: Sura II v19 (si vuestras mujeres cometen acción infame, encerradlas en casa hasta que la muerte las lleve o Dios le procure algún medio de salvación), Sura IV v38 (los hombres son superiores a las mujeres, a causa de las cualidades por las cuales Dios ha elevado a los hombres por encima de aquellas. Las mujeres virtuosas son obedientes y sumisas. Reprenderéis a aquellas cuya desobediencia temáis, la azotareis hasta que os obedezcan). Son solo algunos ejemplos.
Y así podríamos citar innumerables párrafos en los que el mismo Dios da muestras de su crueldad, de su homofobia o de su misoginia, por poner algunos de los adjetivos con las que se le podría calificar, y de los que se vanagloria.

Un buen creyente llegaría a la conclusión de que ese Dios tan perverso no puede existir.

miércoles, 2 de marzo de 2016

DEUTERONOMIO: La estupidez humana



NT (texto bíblico): Y si Yavé os ha elegido, no es por ser vosotros los mas en numero entre todos los pueblos, pues sois el mas pequeño de todos. Has de saber que Dios guarda la alianza  y la misericordia hasta mil generaciones a los que aman y guardan sus mandamientos, pero destruye a quien le aborrece (DEU. 7.7- 12).

CM (comentarios): Así que el pueblo de Israel es elegido, no por ser mayoría, sino mas bien por capricho, dicho de otra forma para fastidiar a la mayoría, por cierto también creada por él; pero como odia su propia creación ve en esta elección la mejor forma de castigar a los demás, incluido a los propios elegidos, quienes han de estar pendientes de la permanente amenaza del castigo divino, hereditario, por lo visto, para cientos de generaciones venideras. Lo que no queda del todo claro es como siguen también, milenios después, pendientes de esta espada castigadora los no judíos, a quienes este dios salvaje les importa un bledo; las razones quizás estén en que no conocen los textos bíblicos y los jerarcas de las distintas religiones ya se han encargado de amedrentar con el castigo eterno a las débiles mentes de los humanos. Es lamentable que después de tantas civilizaciones por las que pasado el ser humano se mantengan, en ciertos países, las mismas leyes establecidas en los malditos textos sagrados, sobre todo las relacionadas con el trato a las mujeres y las costumbres y hábitos que impiden el desarrollado de la individualidad, de la libertad de pensamiento y de expresión, con la amenaza de un castigo mortal, en ocasiones bajo tortura.

NT: Si escucháis sus mandatos y los guardáis,… tu Dios te amará, te bendecirá y te multiplicará; bendecirá el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, tu trigo, tu mosto, tu aceite, las crías de tus vacas y ovejas. Serás bendito sobre todos los pueblos, no habrá estériles en ti ni en tus ganados. Yavé alejará de ti todas las enfermedades, no mandará sobre ti ninguna de las plagas malignas de Egipto. Devorarás a todos los pueblos que Yavé va a entregarte; tus ojos no lo perdonarán y no servirán a sus dioses, porque eso sería para ti la ruina. Y si se te ocurre decir ¿Cómo voy a poder expulsar a esas naciones, que son mas numerosas que yo? no la temas, acuérdate de lo que hizo tu Dios con el faraón y con todo Egipto,… allí estará Yavé, aun tábanos mandará contra ellos hasta hacer perecer a los sobrevivientes o a los que se escondiesen. No temas, tu Dios expulsará a esas naciones…, nadie podrá resistirte hasta que los hayas destruido. Consumirás por el fuego las imágenes de sus dioses… (DEU. 7.13-26).

CM: Apoteosis del Dios bélico y maligno que se pone al frente de las tropas para aplastar al enemigo, sus propios hijos pues también fueron creados por el mismo dios, por tanto un dios filicida. Es lo que manda Yavé a los judíos, que aún siendo un pueblo pequeño, domine al resto de las naciones, por la fuerza, destruyéndoles, aniquilándoles totalmente, no respetando ni su cultura, ni sus costumbres, ni sus creencias, porque Yavé es grande y el único dios, pero inmisericordioso, contra lo que otros puedan manifestar, cruel, asesino, instigador, vengativo, magnicida y genocida. Ejemplarizante el mensaje bíblico, no es un mensaje de paz, de convivencia entre los pueblos, de entendimiento, de ese amor que tanto predican las religiones, sino de odio, de sometimiento por la fuerza, de dominación, de aniquilación del contrario; no muy diferente de las guerras de religión que han tenido lugar en las diferentes naciones europeas y del cercano orienten que se han ido sucediendo a lo largo de la historia y cuyo espíritu aún se mantiene en muchos lugares de nuestro entorno.

Dios guiará el ejército judío, como ha guiado muchos siglos después a otros ejércitos enfrentados entre sí, luchando por la conquista o reconquista de territorios, siempre en nombre del mismo Dios, enfrentado consigo mismo pero libre de morir en la batalla, porque la ignorancia de los humanos lo consiente. ¿Qué hace al hombre ser tan estúpido? ¿Es innato a su propia naturaleza? ¿O es que su propia debilidad de carácter les hace asumir lo inasumible? ¿Para cuando la revolución de las mentes, la apoteosis del pensamiento libre?

Y ¿cómo creer que la adoración al dios salvaje y cruel le llenará de parabienes, le salvará de la enfermedad e impedirá que caiga sobre él la ira de su dios? como si el éxito en la vida estuviera asociado a las creencias religiosas, al cumplimiento de sus deberes cívico-religiosos, como si la enfermedad fuera un castigo de Dios por no venerarle convenientemente. Cuanta estupidez. Estupidez que aún perdura incluso en las sociedades abiertas, democráticas, desarrolladas, civilizadas y supuestamente cultas, y que es el modo de comportamiento en los todavía estados no laicos y teístas, en donde la pobreza es el denominador común para la mayoría de la población.