sábado, 30 de agosto de 2014

LEVITICO: Leyes de sentido común y otras absurdas (I)

NT: No hurtareis, ni os haréis engaño y mentira unos a otros. No juréis en falso por mi nombre, no oprimas a tu prójimo ni lo despojes violentamente, no profieras maldición contra el sordo ni pongas ante el ciego tropiezos, no hagas injusticia en tus juicios, no vayas sembrando entre el pueblo la difamación, no odies a tu hermano, no te vengues y no guardes rencor contra los hijos de tu pueblo, amarás a tu prójimo como a ti mismo. Guardad mis mandamientos (Lev 19.11-19).  

CM: En suma ordena cumplir lo que es de natural cumplimiento. Ningún pueblo ha basado sus normas de conducta en el engaño, el robo, el mal al vecino o el rencor. Es loable el propósito de Yavé de hacer cumplir estos preceptos tan elementales, resumidos en el amor al prójimo como a ti mismo.

Lo extraño es hacer compatible estos principios de amor al prójimo con la actitud precedente de Yavé, quien no ha tenido ningún tipo de piedad para con los pueblos ajenos a Israel, ni con su propio pueblo al que somete a un continuo y severo castigo por incumplimientos de los preceptos divinos, cualesquiera que estos sean.

NT: No aparearás bestia de distinta especie, ni sembrarás en tu campo simiente de dos especies, ni llevaras tejido de dos especies de hilo (Lev 19.19). Si alguno yaciere con mujer esclava despojada a otro, no rescatada ni puesta en libertad, castígueseles, no con la muerte, pues ella no era libre. Ofrecerá con su pecado un carnero en sacrificio de expiación ante Yavé  (Lev 19.20-22).

CM: Esta primera frase, acerca de la mezcla de especies, parece fuera de contexto, intercalada entre el amor al prójimo y el siguiente versículo.

Yacer con una mujer esclava, propietaria de otro, es delito, pero no tan grave como si se tratare de una mujer libre, en cuyo caso se establece la pena de muerte. La esclavitud es algo permitido, por tanto el vasallaje y el derecho de propiedad de unos seres humanos sobre otros, de forma que el amor al prójimo esta en función de la condición de tal prójimo, estableciéndose por ello diferente castigo según la condición de la victima.

Si tan sabio y santo es Yavé ¿Cómo pudo aceptar la esclavitud? ¿Por qué no condena la practica de la esclavitud en los distintos pueblos que menciona estos supuestos textos sagrados y entre el pueblo de Israel? A Yavé le importa bien poco las personas, sus siervos, como el mismo no se cansa de decir.

De la misma forma que tampoco condena la pena de muerte, muy al contrario es lo que se le impondría a aquel que yaciere con mujer de otro. No especifica si el castigo se atenúa al existir consentimiento, pero nos tememos que no; Yavé no es un dios de matices, su ley es brutal y no admite atenuantes.     

Una vez más hemos de poner en cuestión que la Biblia sea un texto sagrado, suponiendo que lo sagrado tenga razón de ser, que signifique la palabra de Dios, suponiendo que existen los dioses, ni sea siquiera ejemplar como modelo de conducta. Mas bien establece las bases para el sometimiento de los seres humanos y de las mujeres en primer lugar.

NT: Cuando plantareis árboles frutales de cualquier especie, sus frutos lo mirareis como incircunciso; durante tres años así serán y no los comeréis. Al cuarto año todos sus frutos serán consagrados por Yavé. Al quinto año comeréis ya sus frutos y el árbol aumentara vuestras utilidades (Lev 19.23-24).

CM: En esta parte del Levítico, se entremezclan pasajes que nada tienen que ver unos con otros, pasando de las relaciones carnales, al tratamiento de las especies, a los sacrificios, a éste de los árboles frutales, para volver a los temas anteriores.

Tan poco dado Yavé a dar explicaciones de los motivos de cuantas leyes va sacando a relucir, en este salto contextual, se ha de esperar cinco años, desde los primeros frutos, para que puedan ser saboreados. La razón es que hasta el tercer año los frutos deben mirarse como incircuncisos, será el cuarto año cuando serán bendecidos por Yavé y ya en el quinto, felizmente, podrán ser disfrutados. No deja de ser curiosa la similitud que establece Yavé entre el fruto y el pene, desde luego no por la forma.

Es bastante probable que al propietario de esas tierras le compensara mas llevar al holocausto el correspondiente carnero para el sacrificio que asumir las perdidas de cuatro años de cosechas perdidas. Pero Yavé es caprichoso y poco o nada le importa la penuria de los hombres y mucho menos de las mujeres, ya sabemos que del barro creo al hombre y de una costilla de éste a la mujer, para establecer la inferioridad de ésta respecto del varón.

Que diferencia con los tiempos actuales, que por motivos económicos o poblacionales se busca la mayor productividad de los campos mediante nuevas técnicas de cultivos, en ocasiones intentando emular al propio Yavé cuando se pretenden modificar genéticamente lo que el ha creado. Suponemos que Yavé condenaría al borrado de la faz de la tierra a quienes tienen tal osadía. Pero no da señales de su existencia o no hay escritores que se elijan en portavoces de la voz celestial, quizás porque, salvo algunos ignorantes,  nadie le creería.


En LEV 19.10 Yavé mostró un signo de compasión hacia los pobres y extranjeros, ordenando dejar parte de las cosechas en los campos, así como la fruta caída. Pero debió ser algo pasajero, porque ahora le impide comer del fruto ya sea caído al suelo o del mismo árbol, durante esos cinco años. De esta guisa, el pobre o extranjero, desconocedor del tiempo que llevan plantados aquellos árboles, no se atreverán a comer del fruto caído, no sea que aún este incircunciso y al comerlo peque con ello, obligado a dar en sacrifico algún animal que ni siquiera posee.

1 comentario:

  1. ignorante!!! Para la época en que se comenzó a escribir la Biblia, los hombres ya habían establecido sistemas sociales y económicos que estaban en conflicto con los principios piadosos. Y aunque Dios prohibió en su Ley algunas costumbres de aquellos tiempos, decidió tolerar otras. Ya había sociedades establecidas y Dios estableció principios para su Pueblo Israel! Aunque la Ley de Dios permitió la existencia de un sistema social y económico ya establecido, reguló la esclavitud, de modo que si llegaba a practicarse, los esclavos fueran tratados de forma humana y bondadosa.
    Que manera de escribir sandeces!!!!

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