martes, 21 de enero de 2014

El miedo como fundamento del poder

De los textos bíblicos podría deducirse que el miedo es el fundamento del poder, el temor a dios, o el temor al jefe, al poder emanado de dios para mejor gloria de los poderosos. Las religiones pretenden, y lo consiguen, abolir la libertad del individuo, su capacidad de pensar libremente, de cuestionar los criterios del poder, abonando, de esta forma, el terreno para la implantación de la tiranía en sus distintas formas; según los tiempos. Abolida esa libertad en base al temor a un dios cruel, castigador y despiadado, la tiranía será ejercida por quien corresponda. Esta es la enseñanza de los llamados textos sagrados, que han sido el instrumento vital de los poderosos para el ejercicio de su poder en la tierra, en donde los padecimientos, los sufrimientos, las penalidades y servidumbres de los humanos son dadas por efímeras ante la eternidad que nos espera después de la muerte, cuyo futuro es mas relevante y esperanzador que el valle de lagrimas terrenal; siempre que nos hayamos portado bien.  
Se castiga cualquier mínimo incumplimiento de lo preceptivo (el pecado) como medida ejemplarizadora, en evitación de perjuicios mayores que puedan poner en cuestión el ejercicio del poder. Se castiga, pues, no ya la rebelión contra el poder instituido, sino el mero cuestionamiento del poder, como se castiga cualquier atisbo de pensamiento individual o colectivo ajeno a los intereses del poder establecido. ¿Qué han hecho a lo largo de la historia los señores de los imperios? Ejercer el poder por mediación de la gracia divina. En los tiempos modernos la mediación puede ser otra pero no sus fundamentos.
Por fortuna, en ocasiones, la rebelión triunfa sobre la tiranía.


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