miércoles, 11 de diciembre de 2013

EXODO: Esclavitud, delitos de sangre y otros delitos

NT (texto): Yavé enumera una serie de leyes que deberán cumplir los israelitas, en relación con la vida y la muerte, el derecho de propiedad, el servilismo y los castigos a aplicar en cada caso (Ex. 21.1-37), (Ex.22.1-30) y (Ex.23.1-19).

CM (comentarios): Yavé se convierte en legislador, digamos que los escribas del Éxodo ponen por  escrito toda una serie de reglas y preceptos para organizar la sociedad hebrea bajo el mandato de Moisés. Dado la condición divina del libro, estas reglas vienen determinadas por la voluntad de Yavé, en nombre del cual Moisés ejerce su liderazgo, su autoridad le viene conferida de Dios y a el y solo a él debe rendir cuentas.

A nadie se le escapa, que si Yavé, se mostrara a los humanos en el siglo presente no dictaría leyes tan fuera de nuestro tiempo como las siguientes:

a)      En relación con la esclavitud, esta es aceptada y reglamentada de manera muy pormenorizada, diferenciando entre siervos hebreos (estos deberán ser liberados al séptimo año si el amo le dio mujer y de ésta tuvo hijos, aunque ni la mujer ni los hijos saldrán de la casa y si el siervo quiere quedarse para no abandonar a mujer e hijos lo hará de por vida y será marcado con un punzón) y extranjeros. Establece también el tratamiento a siervas repudiadas y a las vendidas por su padre (Ex. 21.1-11).

En suma, el ser humano puede ser una propiedad y por ello comprado y vendido.
La esclavitud ha existido desde que tenemos conocimiento de la historia. Las diferentes formas de esclavitud han tenido sus orígenes en la propia estructura social en clases por su condición de nacimiento, las conquistas por acciones bélicas, la captura de nativos africanos para las plantaciones agrícolas en Norteamérica, las derivadas de las colonizaciones y las mas recientes relacionadas como la trata de seres humanos para su explotación en trabajos sumergidos y clandestinos, incluidos los del sexo.

Aunque siguen existiendo formas de esclavitud en pleno siglo XXI, ninguna persona con un mínimo de moral estaría en consentir la utilización del ser humano como mercancía. Y con más razón, así debería ser para cualquier persona que se considere religiosa. Sin embargo no esta claro que este derecho del ser humano a ser libre, a decidir por si mismo, este arraigado en todas las culturas de nuestro tiempo, por muchos principios religiosos en que se sustente.

Por consiguiente, no podemos admitir que toda esta legislación, hoy impensable en las sociedades libres, pueda ser considerada universal y provinente de Dios. Así pues hemos de consentir en que lo escrito en la Biblia no puede ser la palabra de Dios, entonces no podemos considerarla como un texto sagrado o divino, sino fruto de la mentalidad de unos hombres, que en el tiempo en que la escribieron, la esclavitud estaba permitida, consentida y reglamentada.

b)      Respecto de los delitos de sangre o deshonra a los padres, el castigo es la pena de muerte: el que hiere mortalmente a otro será castigado con la muerte; el que hiere a su padre o a su madre, será muerto; el que maldijera a su padre o a su madre, será muerto. Igualmente el que robe un hombre, háyalo vendido o lo tenga en su poder, será muerto (Ex. 21.12-17).

La mayoría de los países han abolido la pena de muerte y aquellos en los que se aplica, se lleva a cabo en contadas excepciones. Ser partidario o no de la aplicación de la condena a muerte a una persona, por la comisión de un delito, es una actitud personal, dándose la circunstancia de que muchas personas no creyentes en el Dios de los judíos, de los musulmanes o de los cristianos, ni en ninguna otra divinidad, son contrarios a esta condena por razones de tipo moral, mientras que muchos creyentes son partidarios de su aplicación, por encima de cualquier tipo de razón moral o de simple clemencia hacia los reos y cuanto mayor es su integrismo religioso y su radicalismo, mas partidario son de su aplicación. En los Estados Unidos de Norteamérica se han dado multitud de casos de condenados a muerte con demasiadas sospechas de que fueron ejecutados siendo inocentes.

Sin embargo la Biblia establece la pena de muerte, incluso en casos en los que no hay delito de sangre, sino deshonra a los padres. Incluso va más lejos cuando estable que no se dejara con vida a la hechicera o que el reo de bestialidad será muerto o que el que ofrezca sacrificios a los dioses, fuera de Yavé, será exterminado (Ex. 22.17-19).

Condenar a muerte a la hechicera, en principio muestra una predisposición negativa contra la mujer, puesto que expresa claramente la femineidad del termino y en términos históricos un cierto desagradecimiento por cuento la hechicería y el chamanismo fueron, quizás, los primeros indicios de religiosidad en el ser humano, mezclado, eso si, con supuestas dosis de magia y estados catárticos.

En cualquier caso, nadie debería ser condenado a muerte por esta razón ni por ninguna otra, como ofrecer sacrificios a otros dioses ajenos a Yavé, debemos entender dioses falsos, puesto que Yavé no reconoce a mas Dios que el mismo. No queda claro, si esta condena debe o no hacerse extensiva a quienes no ofrecen sacrificios a ningún Dios, porque en tal caso, quien escribe estas líneas debería temer por su vida.

Esta consideración de estar con Yavé o contra él, aplicada al terreno de los mortales, tiene consecuencias perversas, porque puede dar pie al origen de dictaduras y tiranías, en las que como sabemos, no impera mas poder que el del déspota, el dictador, el tirano, seguido por una recua de secuaces que ejecutan sus ordenes, mientras que el resto no son sino juguetes atemorizados.

Si hacemos un intento de entender la mentalidad de la época en que fueron escritos estos textos, una vez más habremos de poner en cuestión dichos textos bíblicos como emanados de la voluntad de un supuesto Dios, que imparte una justicia de acuerdo con determinados momentos históricos, en contradicción con su naturaleza eterna y universal.

c)      Las riñas también son contempladas y castigadas con el mismo daño causado o superior, ya sea en personas animales o bienes; se aplicara el ojo por ojo y diente por diente (Ex. 21.18-36). De la misma forma se establecen penas para los delitos que atentan contra la propiedad y para los incumplimientos de los prestamos (Ex. 22.1-14).

De nuevo, hemos de decir que estos tipos de delitos cambian con los tiempos, con las culturas, con las mentalidades, con la aparición de nuevos entornos sociales y consiguientemente las penas también son diferentes, de forma que la divinidad supuesta a estas leyes caen por si misma.

d)     Hay todo un catalogo de leyes y condenas, de lo más dispares y pintorescas, para los tiempos actuales. Solo algunos ejemplos.

- Si uno seduce a una virgen no desposada y tiene con ella comercio carnal, pagara su dote y la tomara por mujer, si el padre rehúsa dársela pagara la dote que se acostumbra para las vírgenes (Ex. 22.15).

¿Qué sociedad aceptaría hoy en día tal precepto, obviando el pago de  dote por virgen? Bueno, hasta no hace mucho tiempo, la perdida de la virginidad era considerada una deshonra para la chica y para toda su familia, de forma que solo podía ser subsanada con el casamiento con el causante. Y también ocurre así en algunas naciones musulmanas, en las que la mujer no ha sido aún liberada del dominio que sobre ellas ejercen los varones (padres, hermanos y esposos). 

- Yavé impone el respeto hacia las viudas y sus hijos; si son dañados se encenderá su cólera y los causantes del mal serán destruidos por su espadas, sus esposas serán viudas y sus hijos huérfanos (Ex. 22.21-23).

De esta forma, Yavé, una vez más, hace pagar a inocentes por el delito de sus parientes, convirtiendo en viuda y huérfanos a la esposa e hijos de aquel que oso hacer daño a otra viuda.

- Si uno diera de palos a su siervo o sierva de una paliza de modo que muriese en sus manos, el amo será reo, pero si sobreviviere uno o dos días, no, pues hacienda suya era (Ex. 21.20).

Es decir, el derecho de propiedad sobre los siervos llega hasta la paliza a muerte, con la sola exclusión de que muera en el acto de la tremenda paliza, así pues, solo hay que evitar que muera en el momento, para evitar ser reo. En este caso no seria valida la condena a muerte, puesto que se trata de un humano inferior.

Es muy desagradable observar como ante los ojos de Dios, de este Dios bíblico, tan alabado por tantos, todos los humanos no seamos iguales. Esto seria una razón más que suficiente para denegar de este Dios despiadado, clasista y defensor de desigualdades.


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