NT (texto): Yavé enumera una serie de
leyes que deberán cumplir los israelitas, en relación con la vida y la muerte,
el derecho de propiedad, el servilismo y los castigos a aplicar en cada caso (Ex.
21.1-37), (Ex.22.1-30) y (Ex.23.1-19).
CM (comentarios): Yavé se convierte en
legislador, digamos que los escribas del Éxodo ponen por escrito toda una serie de reglas y preceptos
para organizar la sociedad hebrea bajo el mandato de Moisés. Dado la condición
divina del libro, estas reglas vienen determinadas por la voluntad de Yavé, en
nombre del cual Moisés ejerce su liderazgo, su autoridad le viene conferida de
Dios y a el y solo a él debe rendir cuentas.
A nadie se le escapa, que si
Yavé, se mostrara a los humanos en el siglo presente no dictaría leyes tan
fuera de nuestro tiempo como las siguientes:
a)
En relación con la esclavitud, esta es aceptada y
reglamentada de manera muy pormenorizada, diferenciando entre siervos hebreos
(estos deberán ser liberados al séptimo año si el amo le dio mujer y de ésta
tuvo hijos, aunque ni la mujer ni los hijos saldrán de la casa y si el siervo
quiere quedarse para no abandonar a mujer e hijos lo hará de por vida y será
marcado con un punzón) y extranjeros. Establece también el tratamiento a
siervas repudiadas y a las vendidas por su padre (Ex. 21.1-11).
En suma, el
ser humano puede ser una propiedad y por ello comprado y vendido.
La esclavitud
ha existido desde que tenemos conocimiento de la historia. Las diferentes
formas de esclavitud han tenido sus orígenes en la propia estructura social en
clases por su condición de nacimiento, las conquistas por acciones bélicas, la
captura de nativos africanos para las plantaciones agrícolas en Norteamérica,
las derivadas de las colonizaciones y las mas recientes relacionadas como la
trata de seres humanos para su explotación en trabajos sumergidos y
clandestinos, incluidos los del sexo.
Aunque siguen
existiendo formas de esclavitud en pleno siglo XXI, ninguna persona con un
mínimo de moral estaría en consentir la utilización del ser humano como
mercancía. Y con más razón, así debería ser para cualquier persona que se
considere religiosa. Sin embargo no esta claro que este derecho del ser humano
a ser libre, a decidir por si mismo, este arraigado en todas las culturas de
nuestro tiempo, por muchos principios religiosos en que se sustente.
Por
consiguiente, no podemos admitir que toda esta legislación, hoy impensable en
las sociedades libres, pueda ser considerada universal y provinente de Dios. Así
pues hemos de consentir en que lo escrito en la Biblia no puede ser la palabra
de Dios, entonces no podemos considerarla como un texto sagrado o divino, sino
fruto de la mentalidad de unos hombres, que en el tiempo en que la escribieron,
la esclavitud estaba permitida, consentida y reglamentada.
b)
Respecto de los delitos de sangre o deshonra a los
padres, el castigo es la pena de muerte: el que hiere mortalmente a otro será
castigado con la muerte; el que hiere a su padre o a su madre, será muerto; el
que maldijera a su padre o a su madre, será muerto. Igualmente el que robe un
hombre, háyalo vendido o lo tenga en su poder, será muerto (Ex. 21.12-17).
La mayoría de los países han abolido la pena de muerte y aquellos en los
que se aplica, se lleva a cabo en contadas excepciones. Ser partidario o no de
la aplicación de la condena a muerte a una persona, por la comisión de un
delito, es una actitud personal, dándose la circunstancia de que muchas
personas no creyentes en el Dios de los judíos, de los musulmanes o de los
cristianos, ni en ninguna otra divinidad, son contrarios a esta condena por
razones de tipo moral, mientras que muchos creyentes son partidarios de su
aplicación, por encima de cualquier tipo de razón moral o de simple clemencia
hacia los reos y cuanto mayor es su integrismo religioso y su radicalismo, mas
partidario son de su aplicación. En los Estados Unidos de Norteamérica se han
dado multitud de casos de condenados a muerte con demasiadas sospechas de que
fueron ejecutados siendo inocentes.
Sin embargo la Biblia establece la pena de muerte, incluso en casos en
los que no hay delito de sangre, sino deshonra a los padres. Incluso va más
lejos cuando estable que no se dejara con vida a la hechicera o que el reo de
bestialidad será muerto o que el que ofrezca sacrificios a los dioses, fuera de
Yavé, será exterminado (Ex. 22.17-19).
Condenar a muerte a la hechicera, en principio muestra una
predisposición negativa contra la mujer, puesto que expresa claramente la
femineidad del termino y en términos históricos un cierto desagradecimiento por
cuento la hechicería y el chamanismo fueron, quizás, los primeros indicios de
religiosidad en el ser humano, mezclado, eso si, con supuestas dosis de magia y
estados catárticos.
En cualquier caso, nadie debería ser condenado a muerte por esta razón
ni por ninguna otra, como ofrecer sacrificios a otros dioses ajenos a Yavé,
debemos entender dioses falsos, puesto que Yavé no reconoce a mas Dios que el
mismo. No queda claro, si esta condena debe o no hacerse extensiva a quienes no
ofrecen sacrificios a ningún Dios, porque en tal caso, quien escribe estas
líneas debería temer por su vida.
Esta consideración de estar con Yavé o contra él, aplicada al terreno de
los mortales, tiene consecuencias perversas, porque puede dar pie al origen de
dictaduras y tiranías, en las que como sabemos, no impera mas poder que el del
déspota, el dictador, el tirano, seguido por una recua de secuaces que ejecutan
sus ordenes, mientras que el resto no son sino juguetes atemorizados.
Si hacemos un intento de entender la mentalidad de la época en que
fueron escritos estos textos, una vez más habremos de poner en cuestión dichos textos
bíblicos como emanados de la voluntad de un supuesto Dios, que imparte una
justicia de acuerdo con determinados momentos históricos, en contradicción con
su naturaleza eterna y universal.
c)
Las riñas también son contempladas y castigadas con el
mismo daño causado o superior, ya sea en personas animales o bienes; se
aplicara el ojo por ojo y diente por diente (Ex. 21.18-36). De la misma forma
se establecen penas para los delitos que atentan contra la propiedad y para los
incumplimientos de los prestamos (Ex. 22.1-14).
De nuevo,
hemos de decir que estos tipos de delitos cambian con los tiempos, con las
culturas, con las mentalidades, con la aparición de nuevos entornos sociales y
consiguientemente las penas también son diferentes, de forma que la divinidad
supuesta a estas leyes caen por si misma.
d)
Hay todo un catalogo de leyes y condenas, de lo más dispares
y pintorescas, para los tiempos actuales. Solo algunos ejemplos.
- Si uno
seduce a una virgen no desposada y tiene con ella comercio carnal, pagara su
dote y la tomara por mujer, si el padre rehúsa dársela pagara la dote que se
acostumbra para las vírgenes (Ex. 22.15).
¿Qué sociedad
aceptaría hoy en día tal precepto, obviando el pago de dote por virgen? Bueno, hasta no hace mucho
tiempo, la perdida de la virginidad era considerada una deshonra para la chica
y para toda su familia, de forma que solo podía ser subsanada con el casamiento
con el causante. Y también ocurre así en algunas naciones musulmanas, en las
que la mujer no ha sido aún liberada del dominio que sobre ellas ejercen los
varones (padres, hermanos y esposos).
- Yavé impone
el respeto hacia las viudas y sus hijos; si son dañados se encenderá su cólera
y los causantes del mal serán destruidos por su espadas, sus esposas serán
viudas y sus hijos huérfanos (Ex. 22.21-23).
De esta forma,
Yavé, una vez más, hace pagar a inocentes por el delito de sus parientes,
convirtiendo en viuda y huérfanos a la esposa e hijos de aquel que oso hacer
daño a otra viuda.
- Si uno diera
de palos a su siervo o sierva de una paliza de modo que muriese en sus manos,
el amo será reo, pero si sobreviviere uno o dos días, no, pues hacienda suya
era (Ex. 21.20).
Es decir, el
derecho de propiedad sobre los siervos llega hasta la paliza a muerte, con la
sola exclusión de que muera en el acto de la tremenda paliza, así pues, solo
hay que evitar que muera en el momento, para evitar ser reo. En este caso no
seria valida la condena a muerte, puesto que se trata de un humano inferior.
Es muy
desagradable observar como ante los ojos de Dios, de este Dios bíblico, tan
alabado por tantos, todos los humanos no seamos iguales. Esto seria una razón
más que suficiente para denegar de este Dios despiadado, clasista y defensor de
desigualdades.