miércoles, 4 de septiembre de 2013

EXODO: Maná caido del cielo


NT: El día quince del segundo mes de la partida se encontraban en el desierto de Sin, entre Elim y el Sinaí, hambrientos y reprochaban a Yavé haberles sacado de Egipto, donde se sentaban junto a las ollas de carne y se hartaban de pan (Ex. 16.1-3).

CM: Ya llevan los israelitas más de mes y medio desde que salieron de sus casas y están aún lejos de llegar a su destino, en medio del desierto y sin entender esta égida. ¡Con lo cómodos que estaban en Egipto!

No es muy comprensible que estuvieran tan hambrientos si llevaban consigo toda clase de animales que podían sacrificar, no hay constancia que se los tragará el mar Rojo al cerrarse, salvo que estos ya hubiesen muerto ante la falta de agua y de comida, pero no dice nada al respecto los textos bíblicos.

NT: Voy a haceros llover comida de lo alto de los cielos, el pueblo recogerá cada día la porción necesaria para ponerle yo a prueba. El día sexto se recogerá el doble (Ex. 16.4-5).

CM: Es asombroso que ante tanta penuria, siempre esta la mano de Moisés, que por mandato divino les saca del atolladero en el que el mismo Yavé les ha colocado. Separar las aguas del mar Rojo, para que pueden pasar, convertir el agua insalubre en potable para que puedan beber y ahora hacer que llueva comida para que puedan comer.

La verdad es que todo esto no parece sino un juego diabólico, en el que solo juega uno (Yavé) y los demás se ven obligados a seguir las reglas. Yavé, pudiendo obrar milagros tan asombrosos, somete primero a su pueblo a la sed y al hambre, y cuando lo ve exhausto, realiza el milagro para que dar muestra de su poder y tengan fe en él. El milagro consistirá nada menos que en caer comida del cielo, pero ¡ojo¡, con la obligación bajo amenaza de tomar solo la porción necesaria, de esta forma le pone a prueba por ver si cumple con su ley. El incumplimiento de su ley puede significar la venida de alguna plaga como las de Egipto.

Este es el Dios de los judíos, de los cristianos y de los musulmanes. De seguir las enseñanzas de este Dios no es extraño concebir este mundo en el que vivimos, en el que ha habido tantas persecuciones religiosas, tantos castigos por incumplir con la ley divina. Afortunadamente nos encontramos en momentos en los que acabaron estas persecuciones en el formato primitivo, aunque se sigue estigmatizando a aquellos que no tienen creencias religiosas.

NT: Moisés y Arón comunican a su pueblo que esta tarde sabrán que es Yavé quien les ha sacado de Egipto y que Yavé habiendo oído las murmuraciones contra él, les dará de comer (Ex. 16.6-8).

CM: Como si el pueblo de Israel no supiera que es Yavé quien le ha sacado de Egipto, muy a su pesar, tenemos a Moisés y a su hermano para recordárselo. Y para que sepáis que es él quien os ha sacado de Egipto, ahora, después de haceros pasar hambre os va a facilitar comida, para que podáis glorificarle, honrarle y reconocerle como su Dios.

Pero Yavé es misericordioso y habiendo oído las murmuraciones contra él, lo que es bastante seguro que fuese premeditado por el mismo, se apiada de su pueblo y obrara un autentico milagro. 

NT: Sucedió que por la tarde subieron codornices que cubrieron el campamento y por la mañana sobre la tierra había una capa de pan, de la que debían recoger un “ómer” por cabeza (Ex. 16.13-16). El que había cogido de más no tenia nada de más y el que había recogido de menos no tenia nada de menos, teniendo cada uno lo que necesitaba (Ex. 16.18). Muchos dejaron algo para el día siguiente pero se pudrió (Ex. 16.19). El día antes del sábado (consagrado a Yavé) debían recoger para dos días, pero algunos fueron el sábado a recoger el maná y Yavé le dijo a Moisés “hasta cuando rehusareis guardar mis mandatos y mis leyes” (Ex. 16.28).

CM: Queda algo confusa toda esta historia. Es de suponer que llegaron suficientes codornices, quizás algo adormiladas con objeto de poder ser cogidas sin demasiado problema, para alimentar a tantas miles de personas. Mientras que respecto del pan deben recoger un ómer por cabeza, respecto de las codornices no establece el número que corresponde por cabeza, como tampoco dice nada respecto de los días siguientes, en los que solo menciona el pan.

En cuanto a éste alimento, aparece en forma de rocío, que al evaporarse queda algo parecido a la escarcha, pues bien, este es el pan del que deben coger un ómer (unidad de medida de la época) por cabeza. Se dice que los israelitas dieron a estos alimentos el nombre de maná y era parecido a la semilla del cilantro y tenia un sabor a torta de harina de trigo amasada con miel (Ex. 16.31). Por lo que debemos suponer que no se trataba de pan elaborado, además en algún momento dice que cocerán lo preciso para el sábado, sino de una especie de semilla que contenía los ingredientes para la cocción. Solo Yavé sabe como consiguió el prodigio de las codornices y de los panes.

Se estable un plan de racionamiento, que no es fácil para un pueblo tan numeroso, recordemos que mas de seiscientas mil personas deambulaban por aquel desierto lastimoso, que el pueblo hebreo incumple hasta conseguir el enfado de Yavé.
         
NT: Yavé ordeno que se llene un ómer de maná para conservarlo y que puedan ver sus descendientes al pan con que alimento a su pueblo en el desierto cuando le saco de la tierra de Egipto (Ex. 16.32). Comieron el maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a la tierra de Canán (Ex. 16.35).


CM: Cuarenta años duro la peregrinación por el desierto hasta llegar a Canán. En ese tiempo quedarían muchos en el camino, por ancianidad, por enfermedad o accidente y nacerían otros tantos niños y niñas marcados a quienes se le formarían en la nueva religión, por los siglos de los siglos. 

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