NT (texto bíblico): Dijo Yavé a Moisés: Toma a
Aaron y sus hijos, las vestiduras, el óleo de unción, el novillo del sacrificio
por el pecado, los dos carneros y el cestito de panes ácidos y convoca toda la
asamblea a la entrada del tabernáculo (Lev 8.1-3). Tras vestirse Aaron y sus
hijos, con la tunica, el efod, el pectoral, la tiara y la diadema de oro
comienza el rito del sacrificio derramando la sangre del novillo por los pies
del altar y quemando sobre el todo el sebo que cubre las entrañas, la redecilla
del hígado y los dos riñones con su sebo. La piel, sus carnes y sus excrementos
se quemaron fuera del campamento, como había mandado Yavé. A continuación se
procede al sacrificio de los carneros que son quemados directamente sobre el
alar y Moisés unto con la sangre el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de su
mano derecha y el de su pie derecho, primero de Aarón y después de sus hijos.
Tomo Moisés el óleo de unción y la sangre y la aspergio sobre Aaron y sus hijos
y sus vestiduras, consagrándolos de esta manera (Lev 8.1-4).
Tras comer la carne y el pan
ácimo, durante siete días no saldrán del tabernáculo.
CM (comentarios): Se trata de un ceremonial de
consagración para el sacerdocio, en el que, como es propio de Yavé no deja nada
al azar, todo es minuciosamente detallado e incluso reiterado para evitar
confusiones indeseadas. No es muy diferente del resto de sacrificios, salvo la
permanencia de siete días en el tabernáculo, para la que disponían de buenas
viandas.
NT: Al octavo día Moisés dijo a
Aarón: Toma un novillo y un carnero y ofrécelos a Yavé. Hablaras a los hijos de
Israel: Tomad un macho cabrio, un becerro y un cordero, un buey y un carnero
para inmolarlos ante Yavé. Tras los
ceremoniales de los sacrificios el pueblo fue bendecido y la gloria de Yavé se
apareció a todo el pueblo, que lanzo gritos de jubilo y se postraron rostro a
tierra (Lev 9.1-24).
CM: No dice en ningún momento que
los leales israelitas comieran de la carne de los animales sacrificados, pero
hemos de suponer que si lo hicieron, en caso contrario ¿como entender la
inmensa alegría del pueblo, lanzando gritos de jubilo y postrándose tal como lo
hacen los mahometanos, aunque estos siempre buscando la orientación a La Meca?
Yavé, tras estos ceremoniales de consagración debía estar pletórico, no solo
por la sumisión de su pueblo, sino sobre todo, porque conseguía establecer su
representación divina en la tierra de manos de los sacerdotes, esta casta
mediadora entre el creador y los humanos.
Es un hito en la historia de la
humanidad porque perpetua el poder de la divinidad sobre los humanos, a través
de la casta sacerdotal, como representante de Dios en el mundo de lo real,
haciendo a esta realidad objeto subordinado a lo supuestamente espiritual; es
el comienzo de la dominación de los hombres por el poder religioso, la realidad
es subyugada a estos otros intereses que se van fraguando con el tiempo hasta
la conjunción de este poder eclesiástico con el poder político o civil, lo que
ha marcado la historia de la humanidad desde el inicio de las civilizaciones.
De esta forma Yavé ya no tendrá
que manifestarse directamente a los hombres, de hecho siempre lo hizo a través
de Moisés, dispondrá de una jerarquía que se ira consolidando con el transcurso
de los años hasta hacerse innecesario. Quizás esta sea la razón por la que en
los últimos milenios Yavé no tiene necesidad de manifestarse, ante la
extraordinaria eficacia de la casa sacerdotal en su función mediadora.
NT: Los hijos de Aarón, Nabad y
Abiú presentaron ante Yavé un fuego extraño, cosa que no le había ordenado (Lev
10.1).
CM: Los hijos de Aarón fueron
destinados por Yavé al ejercicio del sacerdocio, pero parece que dos de ellos,
no aprendieron bien todo lo que se les había enseñado en los ceremoniales de
consagración y echaron incienso sobre el fuego, dando origen a un extraño fuego
que no era del agrado de Yavé. Posiblemente estos pobres hermanos actuaron de
buena fe, pero se equivocaron y ya sabemos con que inclemencia actúa Yavé, la
respuesta fue la siguiente: Entonces salio de ante Yavé un fuego que los abraso
y murieron (Lev 10-2). Sublime.
Así que ese pequeño error humano
fue considerado por Yavé como una afrenta (¿a su honor?) y automáticamente son
asesinados sin más consideración ante la mirada, no atónita, sino complaciente
de Moisés, Aarón, sus otros hijos (es decir tío, padre y hermanos de las
victimas) y el pueblo israelita.
En los textos bíblicos la
voluntad de Dios es incuestionable y acatada comprensivamente. La cuestión es
¿Quién determina la voluntad de Dios? Una vez creada la casta sacerdotal y la
cadena de mando, es el sumo sacerdote quien la determina. ¿Y como sabemos que
es la voluntad de Dios? Este es uno de los grandes misterios de la humanidad,
la forma en que aquellos han convencido a los creyentes de que su voluntad es
la voluntad de Dios, han creado una doctrina en base a sus propios intereses de
dominación y le han estampado la firma de Dios, han suplantado al supuesto
creador, sin que éste haya dado muestras de aprobación o rechazo. Su delegación
ha sido de tal dimensión que en la práctica se ha desentendido de los humanos,
aunque quizás sea mejor así, porque la crueldad divina nunca será equiparable a
la de los hombres, no en vano el poder de los humanos es limitado.
NT: Moisés dijo a Aarón, a
Eleazar y a Itamar, hijos de Aarón: No desnudéis vuestras cabezas ni rasguéis
vuestras vestiduras, no sea que muráis y se irrite Yavé contra toda la
asamblea. No bebáis vino ni bebida alguna embriagante tu ni tus hijos cuando
hayáis de entrar en el tabernáculo no sea que muráis. Para que sepáis discernir
entre lo santo y lo profano, lo puro y lo impuro y enseñar a los hijos de
Israel todas las leyes que por medio de Moisés les ha dado Yavé (Lev 10.6-11).
CM: Tal como sin nada hubiera
pasado, Yavé y su lacayo Moisés continúan con los rituales y esta vez la amenaza se ciñe sobre
Aarón y los dos hijos que le queda y por extensión al pueblo de Israel, que es
testigo pasivo de todos los caprichos de Yavé. Como puede comprobarse a través
de los distintos libros del Antiguo Testamento, la religión hebrea y sus
herederas se basan en el temor a Dios, en el miedo permanente a la voluntad
desconocida de Dios, al castigo por incumplimiento de sus preceptos.
Interiorizado este temor vital y transcendente, la aceptación con sumisión de
cualquier nuevo mandato o precepto emanado por la autoridad sacerdotal estará
garantizada.
La autoridad sacerdotal ha
ejercido a lo largo de los siglos las prerrogativas supuestamente transferidas
por Dios y ha ejecutado las condenas por incumplimientos, e incluso por simples
sospechas de incumplimiento, o por supuestos incumplimientos en base a
intereses espurios personales o colectivos, en forma de castigos físicos,
torturas y muertes individuales y colectivas. Un ejemplo evidente es la puesta
en funcionamiento de la Inquisición, la mayor institución de destrucción,
desolación y muerte habida en la historia de la humanidad, por su carácter
universal y por su permanencia durante varias centurias. El miedo a la muerte
física y a la condena eterna son elementos claves para entender la renuncia a
la individualidad y a las propias ideas y creencias.
NT: Narra los textos la forma en
que han de comerse los frutos del sacrificio, en un momento Moisés pregunta a
los dos hijos de Aarón que quedaban, por el macho cabrio y se encontró con que
había sido quemado, recriminándoles por no haberlo comido en el lugar santo,
tal como le había mandado. Aarón intercede preguntando si habría sido grato a
Yavé comer hoy la victima por el pecado. Moisés se dio por satisfecho (Lev
10.12-20).
CM: A punto ha estado Aarón de
quedarse sin hijos, lo que hubiese supuesto un retraso considerable en la
consolidación del modelo de representación divina, puesto que son los hijos de
Aarón los destinados a comenzar tal tarea. Esta vez es Moisés quien recrimina y
no Yavé (éste directamente actúa), pero Aarón le pone en duda sobre si
realmente han incumplido, si su actitud ha podido ofender a Yavé, pero ¿cómo
saber esto? siendo Yavé tan caprichoso.
Si en este pasaje se pone en duda
una determinada acción como preceptiva o no, significa que aún no están claras
las leyes o preceptos que han de cumplirse para agradar a Yavé, lo que crea una
situación aún mas gravosa en cuanto a la incertidumbre de haber obrado bien o
mal. Saldrán de la duda si la ira de Dios se ha manifestado, si se ha hecho o
no presente en alguna de las múltiples manifestaciones que tiene Yavé de
hacerse notar.