lunes, 7 de abril de 2014

EXODO: Todo a punto, y fin del Éxodo

NT (texto bíblico): Moisés convoca a su pueblo y les comunica cuanto Yavé ha ordenado hacer (Ex. 35.1-19). Todos los que eran hábiles en determinadas tareas, hombres y mujeres, se ofrecieron para colaborar y aquellos que disponían de objetos valiosos (anillos, cadenas, brazaletes,…) u objetos de oro, plata, bronce, etc., pieles o cualquier otra cosa de valor lo entregaron para contribuir a la obra de Yavé (Ex. 35.20-29).

CM (comentario): Es difícil explicarse como todavía podían disponer de oro, después de haberlo ofrecido anteriormente para construir el becerro de dicho material. Considerémoslo como licencias literarias del autor. En todo caso, gran parte de estas riquezas que el pueblo israelí transporta en la egida es fruto de las donaciones del pueblo egipcio, que de esta forma contribuye a los honores a Yavé. En éste pasaje ha debido de basarse la iglesia de Roma para acumular la inconmensurable riqueza que posee, fruto de donaciones con el sano propósito de aliviar el tiempo de espera en el purgatorio y de expolios de toda naturaleza.  

NT: Yavé ha elegido a Besalel, hijo de Uri y a Oliab, hijo de Ajisamec, al primero como orfebre y al segundo como escultor (Ex. 35.30-35).

CM: No sabemos si estos ciudadanos eran realmente artistas, especialistas, a los que Yavé, conocedor de las habilidades de todos los hombres dada su sabiduría infinita,  encarga realizar esas tareas o por el contrario, haciendo uso de su infinito poder les confirió el don del diseño, de la talla y del arte de esculpir en ese mismo momento. En este último caso, imaginamos la extrañeza de ambos personajes al sentirse de forma repentina poseedores de un extraordinario don que antes no poseían.

NT: Iniciadas las obras, resulta que las ofrendas del pueblo son superiores a las necesidades y Moisés hace publico que no se traigan más dones (Ex. 36.3-7).

CM: El libro parece querer mostrar la extraordinaria generosidad del pueblo israelita para con su dios, puesto que es difícil imaginar que el pueblo disponga en exceso de objetos de tanto valor. La iglesia romana jamás osaría decir a sus fieles que dejen de enviar remesas de bienes; en su infinita codicia, en España, esta poniendo a su nombre todo aquello que no tiene dueño o tradicionalmente era considerado del pueblo, como  huertas, solares, iglesias y sus anexos, cementerios y por supuesto la casa del cura, naturalmente con el beneplácito y el respaldo legal del gobierno.

NT: Se construyo el tabernáculo (Ex. 36.8-38), el arca y la mesa (Ex. 37.1-16), los candelabros y el altar (Ex.37.17-29), el altar del holocausto y el atrio (Ex. 38.1-20).

CM: El libro detalla la elaboración de cada uno de los elementos que conforman el recinto para el sacrificio, tal como Yavé había ordenado hacer a Moisés en el monte Sinaí.

NT: El total del oro empleado en la obra es de veintinueve talentos con setecientos treinta siclos, la plata se eleva a cien talentos y mil setecientos setenta y cinco siclos, el bronce subió a setenta talentos y dos mil cuatrocientos siclos (Ex. 38.24-31).

CM: La cuestión es determinar cual es la conversión de talentos a la unidad de medida moderna, como el kilo o el gramo. Si tal como parece, el talento en aquellos tiempo es el equivalente a 34 Kg., se necesitaron mas de 986 Kg. de oro, más de 3400 Kg. de plata y más de 2380 Kg. de bronce. En total más de 6766 Kg. Una cifra demasiado elevada para transportar por el desierto; aunque con la ayuda de Dios toda carga se hace menos dura y más llevadera.

NT: Se confeccionaron las vestimentas sacerdotales y se engalanaron con piedras preciosas (topacio, esmeralda, rubí, zafiro, diamante, ópalo, ágata, amatista,… engastadas en capsulas de oro y anillos de oro. Hicieron de oro puro la diadema sagrada y grabaron en ella “Santidad a Yavé” (Ex. 39.1-31).       

CM: Cuanta diferencia entre el cielo y la tierra, entre el reino de Yavé y el de los humanos, en aquel no hay bienes materiales, todo es inmaterial, según dicen, pero Yavé parece echar de menos lo material, todo aquello que ha sido posible gracias a su obra creadora y sobre todo lo que es lujo para los hombres, el oro, el metal más preciado y las piedras preciosas, y el lino y la púrpura y cuantos materiales más valiosos, como si quisiera que su mundo, el mundo que el mismo ha creado, lo sea de esplendor, de lujo, de excesos, de ansia de poder, cuando en su inmensa sabiduría debe saber que los bienes materiales lujosos solo estarán en posesión de los más poderosos.

NT: El día primero del año segundo fue alzado el tabernáculo (Ex. 40.17) y todo fue dispuesto como estaba previsto. Entonces la nube cubrió el tabernáculo y la gloria de Yavé lo lleno (Ex. 40.34). Y si la nube no se alzaba, no marchaban hasta el día en que se alzaba. Pues la nube de Yavé se posaba durante el día sobre el tabernáculo y durante la noche la nube se hacia ígnea a la vista de todos los hijos de Israel, todo el tiempo que duraran sus marchas (Ex. 40.37-38).

CM: Y de esta forma acaba el relato del Éxodo. El pueblo de Israel, emprende la marcha hacia la tierra prometida una vez que Yavé ha comunicado a su pueblo, a través de Moisés, los mandamientos, la ley sagrada de obligado cumplimiento para el pueblo hebreo (no sabemos si hemos de extenderlo al resto de la humanidad, no elegida por su creador) y han sido creado todos los elementos para la construcción de tabernáculo.


Así que ahora el pueblo de Israel ha de transportar la enorme carga de siete mil kilos en oro, plata y bronce (materiales que ya debían poseer con anterioridad en forma de adorno y ahora transformados en objetos de culto) y todas las paredes del tabernáculo y demás elementos del altar. Siempre guiados por la nube sagrada que durante el día se alza sobre el tabernáculo y entonces el pueblo emprende su ruta, mientras que en la noche la nube se hace ígnea, suponemos que se hace gris oscura y por tanto no visible y entonces paran para descansar, lo que parece razonable por otra parte. Salvo que no entendemos bien como trasladaban el tabernáculo.

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