sábado, 6 de febrero de 2016

DEUTERONOMIO: Adoctrinando a los jovenes

NT (texto bíblico): Esta es la ley de Moisés (DEU. 4.44-6.9).

CM (comentarios)
: Se trata de un relato para los israelitas que han nacido durante la travesía, la mayoría jóvenes que no han llegado a sufrir todas las inclemencias de su dios por no haber nacido aún; sus antepasados han muerto castigados por su dios o fallecidos de muerte natural o de cansancio y fatiga. A ellos se dirigen estos pasajes en los que les pone al corriente de las andanzas de sus antepasados y de las leyes y mandamientos que Moisés, recibiendo órdenes directas de su dios, puso ante los ojos de los hijos de Israel, preceptos todos ellos de obligado cumplimiento y que da pie al estado teísta.

La inmensa mayoría de los israelitas de los tiempos narrados por la Biblia, antes de la llegada a Egipto y posterior huida, no sabría escribir en la arcilla, en el formato cuneiforme o en forma de jeroglífico, suponiendo que los tiempos correspondan con periodos históricos reales, ni tampoco interpretar lo escrito, por lo que habrían de memorizar los preceptos tanto civiles como religiosos.  Recuerda Moisés que la alianza de Yavé con sus antepasados es igualmente una alianza con ellos mismos y con las generaciones venideras, así pues continua la atadura, aunque no esta del todo claro si afectará por igual a judíos y a los futuros cristianos y musulmanes, tan empeñados todos ellos en la idea de perpetuar este mundo como “de sufrimiento necesario” para alcanzar el fin supremo que es la fantasía de otro mundo después de la muerte; consuelo de las mentes débiles.

También les recuerda el gran descubrimiento de las grandes religiones: la existencia del cielo, naturalmente arriba, y el infierno, por supuesto abajo; creencias que muchas personas tienen de forma literal y otras figurada a pesar de los siglos transcurridos, del conocimiento de la esferidad de la Tierra y de su giro sobre si misma y alrededor del Sol, por no citar los descubrimientos científicos en relación con el origen y evolución del universo o de la evolución de las especies. Pero en más fácil creer que pensar, asentir que cuestionar, de ésta forma las personas serán dóciles, manejables, quietistas, conformistas, conservadoras, maleables, manipulables. 

El pasaje se encarga de recordar a los neófitos que Dios es muy celoso, que castiga la iniquidad hasta la cuarta generación (pero que culpa tendrán los pobres niños y niñas inocentes, que durante toda su vida tendrán que cargar con los supuestos pecados de sus padres, abuelos o tatarabuelos). Pero, ya sabemos, así es Yavé, celoso, o mejor dicho vengativo, cruel y, por supuesto, asesino cuando se encarga de enviar plagas y otros castigos con la consiguiente mortandad de poblaciones enteras.

Los nuevos fieles deben saber que Yavé no dejará impune los delitos de tomar su nombre en vano,  deberán santificar las fiestas y adorarle. Les recuerda otros preceptos que son de sentido común como los de no matar, no robar, no mentir, honrar a los padres o no cometer adulterio, lo que no esta en contradicción con la poliginia (un hombre con varias mujeres) aunque sí en contra de la poliandria.    


Por supuesto, Yavé es único, deberá ser amado con todo el corazón, con toda el alma; y así deberá ser inculcado a los hijos en las sucesivas generaciones.  

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