Sería lo único en lo que podría
estar de acuerdo con el citado arzobispo, naturalmente si supiera lo que esta
diciendo, pero me temo que quería decir otra cosa bien distinta. Cierto es que
estamos acostumbrados a que los obispos y demás representantes de la Iglesia,
de la Católica o de cualquiera otra, tomen las palabras para si y darles el
sentido que les interesa. La cuestión de fondo es la preocupación de la Iglesia
por el alejamiento de los hombres (y mujeres, que como sabemos son ignoradas
salvo como transmisoras, en el seno de la familia, de los valores cristianos)
de Dios. Lo que es desgracia para unos es beneficio para la humanidad.
Por esta razón la sociedad esta
en crisis, y en esta situación tan poco prometedora para el arzobispo, la
citada Universidad debe centrarse en Dios, no en la ciencia, no en el
conocimiento, no en las virtudes ciudadanas, sino en avivar la fe, y esto se
convierte en responsabilidad histórica, en algo necesario, apremiante e imprescindible.
Urge, pues, una nueva evangelización.
Palabras de Cañizares.
Quizás el señalado arzobispo no
se haya parado a pensar que la sociedad esta preocupada por otros asuntos y
demanda otras cosas, que se aleja de Dios porque éste no le aporta nada, no esta
presente en las desgracias humanitarias, es indiferente al sufrimiento humano,
consiente las guerras, la esclavitud y las desigualdades sociales y permite que
se asesine en su nombre. Pero también la sociedad reniega de Dios porque son
mentiras las creencias en las que se basan las religiones, la católica y todas
las demás, como falsas son las supersticiones y todas las creencias que niegan
la razón, el conocimiento científico y se oponen al desarrollo libre e
intelectual de los seres humanos. La ignorancia es una de las claves en las que
se sustenta la fe, impuesta y no propuesta a los menores desde los inicios de
su desarrollo físico, cerebral e intelectual, momento en el que se inicia
igualmente el posicionamiento ideológico que en modo alguno es ajeno al interés
religioso.
Sr. Arzobispo, hágase eco de su
bonita frase y póngala en practica. Deje que los niños se formen física e
intelectualmente, no intervenga, haga como si Dios no existiese –estoy seguro
de que esto no le supondrá un gran esfuerzo intelectual- deje que otros le
enseñen a pensar libremente, usted no por supuesto, porque orientaría el
pensamiento del menor hacia sus creencias, que como sabemos se sustenta en
mentiras, entre otras, el temor a caer en las llamas del infierno después de la
vida. El miedo es otra de las claves en las que se sustentan las religiones
monoteístas derivadas del judaísmo.
Proponga a los niños y niñas
formados en libertad, digamos que en su mayoría de edad, un acercamiento a
Dios, sin esas prisas, sin la premura de la que usted habla. Pero ni usted ni
nadie de la Iglesia, ni de la suya ni de ninguna otra, se atrevería a tanto,
porque saben que en una educación integrista religiosa esta la garantía de su
existencia, como también saben que ustedes van contra la historia, la misma que
ustedes han intentado y conseguido parar durante siglos, pero que, sin embargo,
vislumbran que se les escapa, que no pueden detener el avance científico, el
conocimiento de él derivado, los nuevos valores de la sociedad, razón ésta por
la que ustedes piensan que el hombre se aleja de Dios y es preciso hacer algo
con urgencia. Pero sepan que no es posible perseguir la herejía como antaño,
cuando utilizaban los mismos métodos que ahora emplean los representantes del nuevo
integrismo religioso del llamado Estado Islámico, ¡cuanta capacidad de olvido!
ni con nuevos métodos porque ya no es posible, sus creencias están en retroceso
y todas las medidas que tomen serán en balde.
FEnáticos!.
ResponderEliminarLa religión es un arte para el consuelo.
E. Cioran