viernes, 25 de septiembre de 2015

Hipocresía política y social ante el laicismo


La sociedad española lleva años inmersa en un proceso de secularización como muestra el sinfín de análisis sociológicos que marcan la tendencia en este sentido. Aumenta el número de españoles que no se consideran religiosos, el de católicos que no se consideran practicantes, desciende de forma espectacular el número de matrimonios religiosos superados por las bodas civiles desde el año 2010. De igual manera es cada vez mayor el número de ciudadanos que rechaza el intervencionismo de la Iglesia Católica (IC) en el debate político y que están en contra de los innumerables privilegios de que goza la IC. Esta tendencia presenta la revelante y lógica característica de ser más acusada entre las personas jóvenes, para su mayor preocupación.

Sin embargo, esta realidad sociológica no se refleja en la acción política sometida a los acuerdos, de dudosa constitucionalidad, entre el Estado Español y la Santa Sede (Concordato) que recogen una serie de privilegios de tipo económico (financiación de la IC por parte del Estado, exenciones fiscales,…) e ideológico (educación, presencia en actos civiles,…).

El Partido Popular (PP) no solo ignora esta realidad sino que se atreve a incrementar la presencia de la IC en la sociedad española, tal como se ha evidenciado al incorporar la asignatura de religión en el currículo académico y dar por bueno los contenidos desarrollados por la Conferencia Episcopal Española (CEE), entre los que se encuentran materias que contradicen gran parte de los conocimientos adquiridos por la humanidad gracias al avance de las ciencias a lo largo de las últimas centurias. La capacidad de presión de la CEE y la identificación ideológica del PP con aquella permite la presencia de miembros numerarios o relacionados con el Opus Dei (institución integrista de la IC) en los distintos gobiernos de dicho partido, tal como ocurría en los tiempos de la dictadura franquista.

Los últimos gobiernos socialistas, que se atrevieron a mover algunos de los cimientos del catolicismo con el reconocimiento del derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo y la interrupción voluntaria del embarazo, no se atrevieron siquiera a cuestionar el Concordato a pesar de que éste en el Articulo II,5 recoge el “propósito de la IC de lograr por sí misma los recursos suficientes para la atención de sus necesidades”, ni a derogar el derecho otorgado a los obispos para registrar bienes a su nombre al mismo nivel que el Estado.

No ésta claro que el nuevo escenario político que se esta perfilando, con la aparición de nuevos partidos, haga cambiar sustancialmente la situación a pesar de la improbable conformación de un gobierno de mayoría holgada de alguno de los partidos tradicionales, lo que obligaría a pactos o apoyos directos o indirectos entre partidos con cierto grado de afinidad. A excepción del PP, partido claramente favorable al mantenimiento de la confesionalidad encubierta del Estado, el resto de los partidos recogen en sus resoluciones propuestas encaminadas hacia el laicismo: Ciudadanos y Partido Socialista defienden una escuela publica laica y proponen una revisión del Concordato, Podemos (a pesar de sus dudas) e IU van un poco mas lejos y proponen su derogación. Los distintos acuerdos postelectorales pueden favorecer un avance en la laicidad del Estado, pero las prioridades de otros asuntos y las contradicciones hipócritas de los partidos pueden relegar de nuevo el reconocimiento de la realidad antes expuesta.

Mientras tanto representantes institucionales de los ciudadanos siguen asistiendo a actos religiosos (procesiones, misas patronales, conmemoraciones eclesiásticas,…) o jurando el cargo ante un destacado crucifijo (incluidos los presidentes de gobierno y sus ministros con independencia de su ideología política) y miembros de la IC asisten a actos públicos (inauguraciones de obras publicas, tomas de posesión,…) y organizan funerales de Estado, poniendo de manifiesto una confesionalidad del Estado no recogida en la Constitución y que urge cambiar.

Si la sociedad muestra esa voluntad decidida de la separación de poderes ¿Qué impide que ello se plasme en las leyes y en las costumbres? ¿Porqué los ciudadanos, aún no reconociéndose católicos o practicantes, participan de forma masiva de celebraciones religiosas como bautizos, comuniones o procesiones de imágenes?

Las costumbres arraigadas durante siglos, que llegan a formar parte del inconsciente colectivo, son difíciles de abolir, tanto más cuando se convierten en un instrumento electoralista que lleva a caminar en la dirección contrario al laicismo. Un ejemplo claro se da en Andalucía, donde las procesiones de Semana Santa son utilizadas como un atractivo turístico para el estimulo de las economías locales. Más el colmo de la incongruencia llega cuando asistimos a los nombramientos de vírgenes (patronas locales) como alcaldesas honorarias de sus ciudades o a las rogativas y ofrendas publicas con presencia institucional. 

La coexistencia de estos acontecimientos religiosos con el laicismo que muestra la sociedad española puede explicarse por el carácter festivo de las mismos (fiestas patronales, semana santa, romerías,…) o por su relevancia social (bautizos, comuniones, bodas religiosas). Sin embargo se llega a una contradicción cercana a la hipocresía cuando estas últimas celebraciones (especialmente la primera comunión, por sus connotaciones de adoctrinamiento religioso) tienen lugar en el seno de familias que no son creyentes o no están convencidas de la necesidad de dichos actos.


Una sociedad moderna, entendiendo como tal aquella que goza de un sistema democrático estable y un elevado nivel de desarrollo, precisa que la razón se sitúe por encima de las creencias religiosas, que el conocimiento científico se imponga sobre las antiguas verdades que dejaron de serlo, que las costumbres, los viejos hábitos y las tradiciones dejen paso a nuevas formas de convivencia. Y en este sentido la acción política no debe quedar al margen, si no queremos una sociedad embrutecida.

viernes, 18 de septiembre de 2015

NUMEROS: Nuevo censo y nueva gente

NT (texto bíblico): Después de esto Yavé ordena hacer un nuevo censo de los varones hábiles para el servicio de las armas, a partir de los veinte años (Num. 26.1-65).

CM (comentarios): El texto bíblico enumera cada una de las tribus de Israel y sus distintas familias. De este nuevo censo se desprende un total de seiscientos un mil setecientos treinta hombres, ninguno de los cuales figuraba en el anterior censo, puesto que murieron en la travesía tal como el mismo Yavé había sentenciado. Resulto ser inferior al anterior censo en veintinueve mil varones. Quedaban excluidos los hombres de la tribu de Leví destinados al sacerdocio que hacían un total de treinta mil varones mayores de un mes. Como en el censo anterior las mujeres no tienen cabida en él, el objeto del censo es la milicia, de la que están excluidas las mujeres.

La tierra conquistada fue repartida entre las diferentes tribus, salvo los levitos que no tenían derecho a heredad alguna, pero disponían de otra clase de privilegios, tal como los miembros de las castas sacerdotales de hoy en día.

NT: Acercándose las hijas de Safad ante Moisés: nuestro padre ha muerto y no ha dejado hijos, dadnos una heredad (Num. 27.1-4). Yavé dice a Moisés: diles a los hijos de Israel que si uno muere sin dejar hijos, haréis pasar una heredad a su hija y si no hay hija a sus hermanos,… (Num. 27.5-11).

CM: Establece Yavé, a través de este episodio, los derechos de herencia entre familiares, es decir legisla en materia civil, haciendo patente el vinculo entre lo civil y lo divino y la potestad de lo religioso sobre lo cívico.

Quienes vean en la Biblia la palabra de Dios no podrán entender otra sociedad que aquella en la que las leyes divinas quedan confundidas con las humanas, porque ambas tienen su origen en Dios, es decir, no concebirán una sociedad laica en la que la organización civil de la sociedad este exclusivamente en manos de hombres y mujeres libres, ajenas a las creencias religiosas. Tras miles de años de creencias en éste libro sagrado todavía perduran sociedades basadas en Estados teocráticos y patriarcales.

NT: Yavé muestra a Moisés la tierra que dará a los hijos de Israel y le dice: toma a Josué, hijo de Nun, y pon tu mano sobre él. Ponle ante Eleazar, sacerdote y ante toda la asamblea y transmítele una parte de tu autoridad para que los hijos de Israel le obedezca (Num. 27.12-23).

CM: En estos versículos Yavé nombra a Josué como el lugarteniente de Moisés, quien le confiere parte de su autoridad y siempre bajo la presencia del sumo sacerdote Eleazar, destacando de ésta la sumisión del poder civil a la representación religiosa, tal como ha perdurado durante siglos en muchas de las sociedades del mundo occidental y del cercano oriente.

NT: Cuidad de presentarme a tiempo mis ofrendas,… Enumera, a continuación, las distintas ofrendas que ha de hacérsele y con que periodicidad (Num. 28.1-31).

CM: Yavé, siempre tan preocupado en que los israelitas no descuiden sus tareas de ofrendas con su protector, establece el calendario de fiestas y los honores que han de llevarse a cabo para honrarle. Cada día será preciso sacrificar dos corderos primales como holocausto perpetuo, uno por la mañana y el otro entre dos luces, acompañado de un décimo de efá de flor de harina amasada con un cuarto de hin de aceite de olivas molidas. De manera similar se estable el holocausto del sábado. Y al comienzo de cada mes el holocausto será de dos novillos, un carnero y siete corderos primales, con sus correspondientes aditamentos de flor de harina, aceite y vino, y así todos los meses del año. El primer mes será la Pascua de Yavé, durante siete días se comerá pan ácimo.


Así pues todos los días se deberán llevar a cabo ceremonias, ritos para honrar a Yavé, pero los sábados éstas serán de mayor enjundia y mas aun las de los comienzos de cada mes, siendo el primero del año el mas importante. No se dice si cada uno de estos sacrificios se hacen para toda la población de Israel o cada tribu ha de llevar a cabo la suya dirigida por el sacerdote de turno, no olvidemos que por estas fechas, y según el último censo, solo los varones mayores de veinte años superan el numero de seiscientos mil personas. Pero Yavé no se siente satisfecho con estos exclusivos ritos.

jueves, 10 de septiembre de 2015

De nuevo Cañizares (arzobispo y cardenal)

Hace unos días el Cardenal Cañizares, Arzobispo de Valencia, personaje caracterizado por su integrismo religioso y por sus contradicciones con la lógica, inauguró el nuevo año académico en la Universidad Católica de Valencia con un discurso –quiero decir una homilía, que es algo así como unas palabras, pronunciadas por un representante del supuesto Dios de los cristianos en el planeta Tierra, en las que se imparten enseñanzas en forma de doctrina religiosa– en el que dijo entre otras cosas que “la fe se propone, no se impone”.

Sería lo único en lo que podría estar de acuerdo con el citado arzobispo, naturalmente si supiera lo que esta diciendo, pero me temo que quería decir otra cosa bien distinta. Cierto es que estamos acostumbrados a que los obispos y demás representantes de la Iglesia, de la Católica o de cualquiera otra, tomen las palabras para si y darles el sentido que les interesa. La cuestión de fondo es la preocupación de la Iglesia por el alejamiento de los hombres (y mujeres, que como sabemos son ignoradas salvo como transmisoras, en el seno de la familia, de los valores cristianos) de Dios. Lo que es desgracia para unos es beneficio para la humanidad.

Por esta razón la sociedad esta en crisis, y en esta situación tan poco prometedora para el arzobispo, la citada Universidad debe centrarse en Dios, no en la ciencia, no en el conocimiento, no en las virtudes ciudadanas, sino en avivar la fe, y esto se convierte en responsabilidad histórica, en algo necesario, apremiante e imprescindible. Urge, pues,  una nueva evangelización. Palabras de Cañizares. 

Quizás el señalado arzobispo no se haya parado a pensar que la sociedad esta preocupada por otros asuntos y demanda otras cosas, que se aleja de Dios porque éste no le aporta nada, no esta presente en las desgracias humanitarias, es indiferente al sufrimiento humano, consiente las guerras, la esclavitud y las desigualdades sociales y permite que se asesine en su nombre. Pero también la sociedad reniega de Dios porque son mentiras las creencias en las que se basan las religiones, la católica y todas las demás, como falsas son las supersticiones y todas las creencias que niegan la razón, el conocimiento científico y se oponen al desarrollo libre e intelectual de los seres humanos. La ignorancia es una de las claves en las que se sustenta la fe, impuesta y no propuesta a los menores desde los inicios de su desarrollo físico, cerebral e intelectual, momento en el que se inicia igualmente el posicionamiento ideológico que en modo alguno es ajeno al interés religioso.  

Sr. Arzobispo, hágase eco de su bonita frase y póngala en practica. Deje que los niños se formen física e intelectualmente, no intervenga, haga como si Dios no existiese –estoy seguro de que esto no le supondrá un gran esfuerzo intelectual- deje que otros le enseñen a pensar libremente, usted no por supuesto, porque orientaría el pensamiento del menor hacia sus creencias, que como sabemos se sustenta en mentiras, entre otras, el temor a caer en las llamas del infierno después de la vida. El miedo es otra de las claves en las que se sustentan las religiones monoteístas derivadas del judaísmo. 


Proponga a los niños y niñas formados en libertad, digamos que en su mayoría de edad, un acercamiento a Dios, sin esas prisas, sin la premura de la que usted habla. Pero ni usted ni nadie de la Iglesia, ni de la suya ni de ninguna otra, se atrevería a tanto, porque saben que en una educación integrista religiosa esta la garantía de su existencia, como también saben que ustedes van contra la historia, la misma que ustedes han intentado y conseguido parar durante siglos, pero que, sin embargo, vislumbran que se les escapa, que no pueden detener el avance científico, el conocimiento de él derivado, los nuevos valores de la sociedad, razón ésta por la que ustedes piensan que el hombre se aleja de Dios y es preciso hacer algo con urgencia. Pero sepan que no es posible perseguir la herejía como antaño, cuando utilizaban los mismos métodos que ahora emplean los representantes del nuevo integrismo religioso del llamado Estado Islámico, ¡cuanta capacidad de olvido! ni con nuevos métodos porque ya no es posible, sus creencias están en retroceso y todas las medidas que tomen serán en balde. 

martes, 1 de septiembre de 2015

NUMEROS: Mas crímenes en las espaldas del supuesto creador

NT (texto bíblico): Partieron de nuevo y acamparon en los llanos de Moab, frente a Jericó, al otro lado del Jordán. Balac, el rey, temeroso ante el poder de los israelitas, envío mensajeros a Balam, una especie de adivino, con objeto de que les maldijera, pero éste no quiso hacer nada antes de hablar con Yavé, quien lo impide. No satisfecho Balac, insiste con nuevos mensajeros ante Balam, pero este se niega a pesar de los regalos que le ofrecen. Yavé le ordena que vaya a ver a Balac pero ha de hacer cuanto Yavé le mande. Monta en su asna y emprende el camino, pero un ángel se le interpone y ante los movimientos del asna para volverse la fustiga intensamente hasta que Yavé por boca del animal le pregunta que porque la ha fustigado por tres veces. Entonces Balam vio el ángel en el camino desenvainando la espada, se postro y reconoce su pecado al obligar a la asna a no retroceder. El ángel le deja continuar (Num. 22.1-40).

CM (comentarios): Este largo relato resumido muestra las contradicciones de Yavé negándole la marcha a Balam para después ordenarle ir y a continuación ponerle a prueba impidiéndole el paso mediante un ángel, para después dejarle continuar su camino.

Balam es un personaje supuestamente con poderes en quien confía el rey Balac para maldecir al pueblo israelita, que se acerca a sus fronteras con ánimos de ocupar sus tierras, pero el tal Balam es sorprendente e incomprensivamente un hombre de Yavé, a quien cuenta todo lo que le solicita el rey Balac.

Esta fantasía del ángel en el camino, del asna que intenta retroceder, de Balam que no ve al ángel y fustiga al asna, del asna hablando, muestra la exigencia de Yavé  de tener una fe ciega en él, interpretándose la no visión del ángel como la ausencia de ella. Son tantas las contradicciones a las que somete Yavé a sus creyentes que es preciso ser un redomado sabio para averiguar cuando se esta cerca o lejos del pecado, que es o que no es pecado cuando las acciones no son del agrado de Dios. Es suma la incertidumbre como forma de sometimiento.

NT: Balam, tras alzar siete altares y sacrificar novillos y carneros bendice al pueblo de Israel ante la sorpresa de Balac. Esta ceremonia se repite por tres veces en diferentes lugares y en cada una de ellas las alabanzas al pueblo de Israel son mayores y Balac despide a Balam, no sin antes vaticinar éste las futuras victorias de los israelitas (Num. 23.1-30, 24.1-25).   
 
CM: Según el texto bíblico es Yavé quien habla por boca de Balam, como los diferentes oráculos que han existido y existen en la actualidad, que hablan en nombre de un dios que le confiera una supuesta autoridad que todos acatan.

NT: El pueblo se prostituyo por el trato de las hijas de Moab, asistían a los sacrificios de sus dioses y desato la ira de Yavé, quien ordeno que fuesen colgados todos aquellos que hubieran servido a Baal (Num. 25.1-5). En esto llego un hijo de Israel con una madianita y viéndolo Finés, hijo de Eleazar, hijo de Arón, tomo su espada y los atravesó a ambos sirviendo como expiación. Murieron en aquella plaga veinticuatro mil. A partir de ahí Yavé consolida la alianza con los herederos de Arón de un sacerdocio eterno y ordena a Moisés destruid a los madianitas por tratarse de enemigos (Num. 25.6-18).

CM: Una vez más los hijos de Israel se dan a los placeres mundanos y a la adoración a otros dioses, incumpliendo así las leyes emanadas de la voluntad divina, tan incompresibles para unos seres carnales, no incorpóreos como su creador, pero sometidos a una férrea disciplina que no acepta, ante la desviación, otro castigo que la muerte. De nuevo viene a ponerse de manifiesto la crueldad del creador, la ausencia de tolerancia y comprensión ante las debilidades de los humanos y la frialdad de sus decisiones. Según el texto bíblico Yavé ordeno asesinar a veinticuatro mil israelitas a los que habrían de añadirse los otros tantos miles de los hombres y mujeres de Madián, que adoraban a otros dioses.


No es muy diferente de las muertes que la Iglesia de Roma y sus seguidores ordenaron en siglos pasados contra los infieles, contra quienes adoraban a otros dioses o sencillamente incumplían o dudaban de algunos de los preceptos establecidos como de obligado cumplimiento. Tampoco es diferente de las llamadas a la persecución del infiel por parte de los seguidores del Coran en tiempos pasados y aún en los tiempos presentes por parte de las corrientes  mas integristas de ese movimiento religioso.