(Aclaración. Lomce: Ley Orgánica para la mejora de la calidad
educativa. Gobierno de España. 9/12/2013)
Acaba de publicarse en el BOE
(24/02/2015), sí en el Boletín Oficial del Estado, de un Estado que se dice
aconfesional pero que en la practica no lo es, el currículo de la enseñanza de
la Religión Católica de la Educación Primaria y Secundaria.
Como individuo no creyente me
siento ofendido con las declaraciones que en la citada publicación se
manifiesta por parte del Estado, en éste caso del Ministerio de Educación,
Cultura y Deporte. Que la enseñanza de la religión deba ser una oferta
obligatoria para los centros y voluntaria para los alumnos y alumnas, como
establece la Lomce, es cuestionable, como el hecho de que sea puntuable en el
currículo académico de los alumnos. Para quienes defendemos una educación laica
no solo lo cuestionamos sino que negamos ambos extremos y afirmamos que la
religión debe formar parte del ámbito de lo privado, de lo familiar y en ningún
caso debe involucrar a las instancias del Estado.
Pero éste Estado nuestro no es
indiferente a la cuestión religiosa, por el contrario apoya la extensión de las
creencias religiosas y favorece muy especialmente a la Iglesia Católica en su
tarea de proselitismo y adoctrinamiento de nuestros infantes y jóvenes, con el
consiguiente aporte económico en forma de ayudas directas e indirectas
(desgravaciones, exenciones fiscales…). Y como aporte especial, como
complemento a los textos sagrados del Antiguo Testamento, los evangelios y el
resto de libros que componen la Sagrada Biblia, nuestro Estado Católico español
aporta como contribución ideológica especial el Boletín Oficial del Estado.
La Resolución de 11 de febrero de
2015 (BOE 24/02/2015), cuya lectura no recomiendo a quienes gocen de un mínimo
sentido de lo racional, viene a dar por sentada la importancia que la
asignatura de Religión tiene para el desarrollo pleno e integral de la
personalidad de los alumnos, dando por supuesta la dimensión religiosa del ser
humano. En el mismo ámbito de justificación de la enseñanza religiosa cristiana
da como hecho probado que de esta forma se ensanchan los espacios de
racionalidad, cuando a continuación viene a afirmar la evidencia (no científica,
por supuesto) de la existencia de Dios, un Dios uno y trino a la vez (ya
sabemos, el Padre, el Hijo concebido sin intervención corporal masculina lo que
permitió a su madre conservar su virginidad y el Espíritu Santo que vienen a representar en forma de paloma).
Siguiendo con el acto de fe del
BOE hemos de reconocer que la iniciativa creadora de Dios tiene una finalidad:
establecer una relación de amistad con el hombre (no la mujer puesto que como
sabemos por la Biblia se trata de un ser inferior, que no merece consideración
alguna). Fuimos creados para ser felices, pero solo si creemos en Dios, puesto
que el rechazo a Dios tiene como consecuencia en el ser humano la imposibilidad
de ser feliz, aunque nunca leí tal cosa en el Antiguo Testamento, de hecho nada
más comenzar el relato bíblico, cuando en los comienzos de la creación solo existían
cuatro personas del genero Homo: Adán, Eva y sus dos primeros hijos, resulta
que surge la envidia y uno de ellos asesina con perversidad a su hermano. En
cualquier caso, el BOE da por supuesto que los no creyentes, ateos, agnósticos,
librepensadores, o creyentes de otras religiones no somos felices, a esta
calaña a la que pertenecemos se nos niega el derecho a ser felices por nuestra
descreencia.
Para alcanzar la felicidad, o al
menos tener la posibilidad de llegar a ella, hemos de asentir con el BOE en que
Dios se manifiesta al hombre, que Jesucristo es el destinatario de la
revelación de Dios, que es Hijo de Dios, que los animales y el ser humano no se
dan el ser a si mismo sino Otro que los hace ser, porque la realidad es signo
de Dios y habla de su existencia. El BOE es dogma de fe, solo queda que la ley
mordaza recoja la descreencia, el ateismo, la libertad de pensar, en suma el
raciocinio como delito.
El BOE de esta forma pretende
poner fin a los trabajos desarrollados por Charles Darwin que se esforzaba en
hacernos creer lo contrario, es decir que los humanos y el resto de los seres
vivos somos frutos de un proceso evolutivo llevado a cabo a la largo de
millones de años, eso sí, utilizando el método científico como instrumento de búsqueda
de la verdad.
Por fortuna el BOE no cuestiona
ni la esferidad de la Tierra, ni hace mención alguna a la vieja teoría
geocéntrica que tantos quebraderos de cabeza costo a la Iglesia Católica por
querer mantenerla y no enmendarla durante siglos.
No entro en los contenidos, en
las materias que conformaran los libros de texto, en los que el BOE entra de
manera muy pormenorizada, recogiendo lo enviado por la Conferencia Episcopal,
mas sabedora que el propio Estado en materia teológica. Pero que nadie se
alarme puesto que el mismo BOE subraya que todo lo dicho esta lejos de una
finalidad catequética o de adoctrinamiento.