sábado, 31 de enero de 2015

Respuesta al Secretario de la Conferencia Episcopal Espñola

De nuevo ataca la Conferencia Episcopal Española por medio de su Secretario General José María Gil Tamayo. Da en llamar Inquisición Laica a un supuesto movimiento laicista que pretende vincular el hecho religioso a la violencia y el fundamentalismo religioso.

Ha debido tratarse de un escape lingüístico o una traición del subconsciente la alusión a la Inquisición, una organización instaurado por la Iglesia para perseguir, torturar y asesinar a cuantos no se sometieran a su infame y repugnante ortodoxia. Bajo aquella organización se cometieron, durante centenares de años, las mayores atrocidades que puedan llevarse a cabo contra el cuerpo y la mente humana y contra los bienes incautados a las victimas de tales desmanes. Hasta 1834 no fue abolida definitivamente en España. La Iglesia nunca fue sometida a juicio por los crímenes cometidos contra la humanidad. Como se atreve pues a mencionar tal termino sin avergonzarse mínimamente de ello. Ningún movimiento laico o ateo ejercerá nunca el grado de violencia desarrollado por la religión cristiana, ni por ninguna otra, entre otras razones porque la violencia esta excluida del modo de operar de esos movimientos.

Sr. Gil Tamayo, por mucho que a usted le duela Dios no existe, lo digo con la misma contundencia con la que usted puede afirmar lo contrario, y consiguientemente todo el tinglado montado a su alrededor es falso. ¿Se da cuenta de lo que ello significa si estoy en lo cierto? Dos mil años de mentiras, de millones de vidas condenadas a la miseria intelectual por unas falsas creencias. Bastante hacemos los ateos con  respetar sus creencias y sus ritos cuando ustedes no han respetado nuestra descreencia,  entérese de que reivindicamos el derecho a la vida de tantos como murieron por no seguirles, que nos oponemos a que intenten influir con sus mentiras en la acción política, a que, y esto es lo más grave de todo, intenten condicionar las mentes de los niños y niñas desde su nacimiento, en primer lugar con el llamado bautismo, mediante el cual ustedes registran a los recién nacidos como parte de la Iglesia –bien es cierto que con el consentimiento paterno, de cuyo derecho sería preciso entablar un debate- y posteriormente con una educación basada en unas creencias y en unos hechos no contrastados ni histórica ni científicamente, creando personas subordinadas al interés de ustedes, que se atribuyen la representación en la Tierra de un dios inexistente.

Ustedes basaron su poder en la connivencia con el poder político, haciendo creer que la autoridad civil venia conferida por una supuesta autoridad divina con el objetivo de garantizar el orden instaurado, así fue incluso en la España del siglo pasado con el dictador de Franco, y en la amenaza de un castigo postmorti que enraizaba fácilmente en la mentalidad de una gente en un mundo carente de los conocimientos científicos de la sociedad actual. Ustedes fomentaron el atraso cultural y científico de los pueblos, perpetuaron la ignorancia de las personas en connivencia con el poder político, secuestraron el conocimiento existente, evitaron su difusión, persiguieron las nuevas ideas, se opusieron a todo desarrollo cultural que no estuviera fundamentado en la imaginería y ornamentación religiosa, al desarrollo científico en todos sus aspectos, desde la oposición a cualquier visión cosmológica que pudiera poner en evidencia la falsedad de sus argumentos hasta la prohibición de investigar sobre el cuerpo humano para tratar de curar la enfermedad. Hicieron un suculento negocio con la venta de un lugar en el cielo, ¿se dan cuenta? Y se atreven, sin embargo, a tachar de inquisidores a quienes defienden una sociedad laica y pretenden situar en el ámbito de lo privado las creencias religiosas, sean cuales sean.

Sepan que lo que ustedes representan corresponde al pasado, por mucho que el gobierno de España se empeñe en mantener sus privilegios y la legislación le ampare, que algunos de sus ministros se encomienden a imágenes de madera o de escayola para sacar al país de la crisis –allá ellos con su ignorancia- o haga alcaldes y alcaldesas honorarias a sus santos patrones. La realidad, sin fantasmas, sin inquisidores ni demonios al uso, es que se la sociedad es más lacia, menos creyente y no esta dispuesta a tolerar su influencia en la sociedad civil como han hecho hasta ahora. Y si existen movimientos laicos, que los hay, que pretenden la perdida de los múltiples privilegios que la Iglesia tiene en España, estan en su derecho, sin que ustedes deban sentirse amenazados, pero si así se sienten, tanto mejor, será una prueba de que somos más convincentes que ustedes.


Nota: Sorprende además que hablen de la amenaza de un laicismo excluyente cuando tienen un concepto de la libertad religiosa que excluye la libertad de las opciones no religiosas. Ver  http://bibliacritica.blogspot.com.es/2014/10/el-derecho-la-libertad-religiosa.html

sábado, 24 de enero de 2015

NUMEROS: Creando la casta sacerdotal

NT (texto bíblico): Yo he tomado a los levitas en lugar de todo primogénito, que abre la vulva de su madre, y los levitas serán míos como mío es todo primogénito; el día en que yo maté a todos los primogénitos en la tierra de Egipto, me consagré a mí todos los primogénitos de Israel, tanto de hombres como de animales; son míos. Yo, Yavé (Num. 3.11-13).

CM (comentarios): Estas frases serian suficientes para rechazar cualquier creencia religiosa basada en el dios bíblico, un dios que se confiesa y se enorgullece sin tapujos de ser un asesino, “yo maté a todos los primogénitos de Egipto”. Los textos bíblicos están saturados de referencias asesinas (desde sus orígenes, en el llamado paraíso terrenal) y genocidas (desde el supuesto diluvio universal). Así pues La Biblia debería ser un libro condenable por hacer apología del asesinato y del genocidio.

Los levitas son los elegidos para las tareas del sacerdocio y no los primogénitos, a pesar de que ambos son suyos, de su absoluta propiedad y puede hacer por tanto con ellos lo que le venga en gana. Yavé reafirma de forma contundente su calidad de amo, “son míos” y su narcisismo “Yo, Yavé”. 

 Del texto podría deducirse que, en este caso, la calidad de primogenitura es identitaria tanto para la mujer como para el hombre, puesto que entiende como primogénito a quien abre la vulva de su madre, y no está escrito que el primer nacimiento de una mujer haya de ser varón. Quizás al escritor se le haya pasado esta consideración, puesto que no es concebible para los escritores bíblicos un tratamiento por igual al varón y a la mujer.

NT: Enumerad a los hijos de Leví según su linaje y familias. Haz el censo de todos los varones de un mes para arriba… Todos los primogenitos varones fueron veintidós mil doscientos setenta y tres… Para el rescate de los doscientos setenta y tres primogénitos que sobrepasan al número de los levitas, toma cinco siclos por cabeza; este dinero se lo entregara a Arón y sus hijos como rescate. Y así lo hizo Moisés (Num.3.14-51).

CM: Enumera el libro toda la descendencia por familias de Leví, uno de los muchos hijos de Jacob y hace el censo de todos los varones de más de un mes haciendo un total de veintidós mil personas destinadas a hacer cumplir los preceptos de Yavé, a mantener la fe del pueblo de Israel en el dios criminal y asesino, tal como el mismo se califica; es la casta sacerdotal.
El número de primogénitos excede al número de levitas, según el censo, en doscientas setenta y tres varones, y por esta diferencia debe pagarse un precio destinado al culto. De lo que se deduce que ha de haber un levita por cada primogénito y por el excedente se deberá pagar un rescate. No queda muy clara esta relación biunívoca que obliga a pagar por un excedente en el número de primogénitos, ni como se determina cuales son esos primogénitos excedentes ni como se ha de pagar. Además por cada varón que cumpla un año de nacido se incrementara el excedente y con ello se realizara un nuevo rescate, salvo que se produzca alguna defunción. Caprichos de Yavé.

NT: Haz el censo de los hijos de Caat, desde los treinta años para arriba hasta los cincuenta. A continuación enumera los rituales destinados a los descendientes de ésta familia en el tabernáculo. Y así ordena hacer con todos los descendientes de los otros hijos de Leví, Gersón y Merarí (Num. 4.1-49).


CM: En total son ocho mil quinientas personas comprendidas entre los treinta y los cincuenta años los destinados al culto. Por tanto veinte años de vida laboral, entendemos que hasta los veinte años estarían escolarizados aprendiendo de sus mayores los preceptos de Yavé y las diferentes tareas que le serán encomendadas al cumplir la edad fijada. A la edad razonable de cincuenta años pasan a engrosar el grupo de jubilados, aunque para aquellos de larga vida quizás se les hiciera penosa tanta ociosidad. 

jueves, 8 de enero de 2015

Crimen y Religión

Debiera resultar difícil de entender que se cometan asesinatos en nombre de alguna religión (1), pero es lo que ha ocurrido desde que éstas hicieran su aparición y, “probablemente por voluntad divina”, continua ocurriendo en nuestros días. No es raro el día en que no conocemos alguna noticia, lo que no quiere decir que no se produzcan muchas mas, en la que personas, creyentes o no, son perseguidas, torturadas y asesinadas por el incumplimiento de alguna norma que los integristas religiosos consideran como de obligado cumplimiento. Aplican el escarmiento público de manera brutal, -eficaz método  preventivo-, el apaleamiento, la horca, la flagelación y la decapitación; practica ésta última puesta de moda por el grupo terrorista-integrista del autodenominado Estado Islámico. Para sus campañas de comunicación e intimidación utilizan las nuevas tecnologías colgando en Internet el resultado de sus brutales crímenes, pero prohíben a los niños y niñas ver la televisión, utilizar el ordenador o jugar, puesto que han de ser educados para ser futuros yihadistas, o lo que es lo mismo, educados para el ejercicio de la barbarie, de la crueldad extrema, del odio hacia occidente y hacia quienes entre sus correligionarios no asumen sus principios malvados, algunos de ellos recogidos en el Corán e interpretados de manera literal o de la manera más conveniente para sus intereses y llevados a extremos de máxima intolerancia con las victimas.

Este libro citado, como el resto de los libros denominados sagrados, que tantos males ha traído a la humanidad, recoge en el segundo versículo de la Sura II que es el libro que no ofrece duda, es la dirección de los que temen a Alá (siempre el temor); de forma que basta con interpretar que todo lo que allí se dice es cierto y tener la intención de aplicarlo para justificar y alimentar todo tipo de atrocidades en favor de la guerra santa, del trato discriminatorio a la mujer o la identificación de la ley islámica con la ley civil. Y es esto lo que hace el integrismo religioso islamista, la configuración de un Estado Islámico bajo la dirección de una única autoridad religiosa, el califa. 

En el autollamado Estado Islámico persiguen y expulsan a los cristianos, tal como estos hicieron algunos siglos atrás con musulmanes y judíos, ejecutan a quienes permaneciendo en el lugar no aceptan convertirse al Islam, nada diferente de lo que hicieron los cristianos en su momento, persiguen, torturan y ejecutan a quienes profesando el Islam no cumplen con sus preceptos, o al menos en la forma en que ellos entienden que han de cumplirse, tampoco diferente del comportamiento que la Iglesia de Cristo ha llevado a cabo a lo largo de su demasiada larga historia. Quizás la única diferencia esté en el momento histórico en que se desarrollan los hechos. 

Como ocurría en tiempos pasados con el cristianismo, a nadie se le ocurre levantar la voz frente a la barbarie, frente a la ignominia a que someten a personas inocentes, por el miedo tremendo a ser tratado del mismo modo. De esta forma quienes caen dentro del Estado Islámico se ven obligados a colaborar o a ser exterminado. Mientras tanto pasaran ante nuestros ojos imágenes de soldados o periodistas occidentales decapitados, cristianos perseguidos o asesinados, personas de su misma religión flageladas por no asistir a las oraciones, hombres condenadas a muerte por supuestas expresiones blasfemas, mujeres asesinadas por falta de decoro en sus vestimentas y finalmente el sometimiento de la mujer a los deseos del hombre, hasta el punto de someterlas a casamientos forzados y a la esclavitud sexual o a ser asesinadas si persisten en la resistencia.

Repasemos algunos versículos de El Corán que pueden ser considerados como perlas de extraordinario valor para quienes pretenden buscar en ellas justificación moral para sus comportamientos criminales: ¡Oh creyentes! Combatid a los infieles que os rodean, que hallen siempre en vosotros una acogida dura (Sura 9.123). Cuando encontréis infieles, golpeadles en el cuello hasta someterle (¿decapitación?) y estrechad fuertemente las trabas de los cautivos (Sura 47.4). No sois vosotros quienes lo matáis, sino Dios (Sura 8.17). En cuanto al ladrón y a la ladrona, les cortareis las manos como retribución a la obra de sus manos (Sura 5.42). Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres. Las mujeres virtuosas son obedientes y sumisas. Reprenderéis a aquella cuya desobediencia temáis; las relegareis en lechos aparte, las azotareis, pero tan pronto como os obedezca no le busquéis camorra (Sura 4.35). Si vuestras mujeres cometen acción infame, llamad a cuatro testigos. Si sus testimonios concurren contra ella, encerradlas en casa hasta que la muerte le llegue (Sura 4.16)

Los bien pensantes pueden alegar que los “Libros Sagrados”, la Biblia entre ellos, no deben interpretarse al pie de la letra, o que su interpretación debe ajustarse a los tiempos que vivimos, pero lo cierto es que hay quienes lo interpretan de la manera que le es mas favorable para sus intereses; de ésta suerte, para quienes entienden que se encuentran en guerra contra el infiel, los citados textos le vienen como anillo al dedo. Así fue durante largas centurias para el cristianismo por mucho que se pretenda ignorar el pasado. La religión al servicio del poder, cualquiera que sea su modalidad.

Nota: El número de personas ejecutadas por el Estado Islámico, desde su creación en junio de 2014, es superior a 1.800, al margen de las decenas de miles de personas muertas en las acciones bélicas y terroristas.


(1)   Apenas 24 horas antes de la publicación de éste articulo, en nombre de Alá, 12 periodistas han sido asesinados en Paris por unos islamistas radicales.