NT: Llegado el momento hizo
soplar Yavé sobre el mar toda la noche un fortísimo viento solano, que lo seco
y se dividieron las aguas. Los hijos de Israel, entraron en medio flanqueados
por murallas de agua a ambos lados y seguidos por los egipcios en sus carros, a
caballos y a pie. Hizo Yavé que las ruedas de los carros se enredasen entre si
impidiendo el avance. Entonces dice Yavé a Moisés que extienda su mano sobre el
mar y las aguas se reunirán sobre los egipcios hasta recobrar su estado
ordinario (Ex. 14.21-27). Las aguas, al reunirse, cubrieron carros, caballeros
y todo el ejército del faraón, que habían entrado en el mar en seguimiento de
Israel y no escapo uno solo, cuyos cadáveres vio Israel en las playas (Ex.
14.28-30). Israel creyó en Yavé y en Moisés, su siervo (Ex. 14.31).
CM: Todo es comprensible si los
acontecimientos transcurren bajo los designios de Dios, de otra forma no seria
posible encajar el rompecabezas. Los egipcios llegan y en vez de actuar de
inmediato dejan que se haga la noche para actuar al día siguiente, mientras
tanto descansan a unos metros de los israelitas, sin pensar en que Yavé les
tenga preparada alguna de las suyas. No están suficientemente escarmentados. La
noche se la pasa Yavé soplando en silencio para que las aguas vayan separándose,
sin ruido, con objeto de no despertar a los egipcios y se les frustre la huida.
Una vez que las aguas están separadas, sorprendente imagen de las dos murallas
de agua a derecha e izquierda contendiendo su caudal a la espera de una orden
de Moisés, para volver a su estado ordinario, los israelitas cruzan con sus
niños en brazo, sus gallinas, corderos, vacas, asnos y resto de animales de
carga. Bien esta que los israelitas, tan creyentes en Moisés se metieran en
aquel cañón temporal, al fin y al cabo por detrás tenían a los egipcios, de
quienes huían y al frente la esperanza, la tierra prometida, aunque tampoco hay
muestras de que fuera tan deseada.
Pero, los egipcios, que solo
creían en el faraón y en sus dioses locales, ¿cómo no se sorprendieron al ver
el mar abierto? ¿cómo llegaron a precipitarse tras los israelitas, sin temer a
morir entre las aguas? ¿es que no imaginaban que las aguas se abrían
exclusivamente para los israelitas y no para ellos?
No es posible entender, como el
faraón, Amenhotet II (si fue realmente éste el faraón que gobernaba en Egipto
en esos tiempos), o cualquiera otro que fuese, dirigente de uno de los primeros
pueblos que dieron a la humanidad muestras de conocimientos en ámbitos tan
diversos como la escritura, la organización social, el arte y las matemáticas,
un pueblo acostumbrado a las guerras con
sus vecinos, de las que salían vencedores, no consiguió vencer a un pueblo que
vivía en su propio territorio y no poseía un ejercito formado, ni siquiera
armas, y que además huía cargado con niños y animales.
Y a tenor de lo escrito murieron
todos los egipcios, se entiende que los que se adentraron en el mar terreno,
puesto que debemos suponer que el faraón no murió, así que debió quedar en la
orilla con sus generales. Como siempre es la tropa la que se lleva la peor
parte.
Son objeciones absurdas puesto
que no es posible analizar con lógica aquello que no lo tiene, se trata de una
historia inverosímil, que despojada de todas sus componentes mágicas tiene los
mínimos visos de realidad, comenzando por la propia existencia de Moisés.
Lo importante es que Yavé mostró
su poder al pueblo egipcio y que los israelitas le temieron y creyeron en él y
en Moisés, su siervo. Esta es pues la enseñanza de la Biblia, temor, el miedo
en el cuerpo y sometimiento a él y a su representante en la tierra, Moisés,
representante del poder civil y religioso. Y así es por los siglos de los
siglos, un temor absoluto al Dios absoluto, ejecutor del bien y del mal,
conocedor de nuestros actos, vigilante y opresor. Solo queda articular todo un
entramado alrededor de este temor y de establecer una jerarquía de
representación de este Dios en la tierra con atribuciones para ejecutar los
designios divinos, aliada con el poder civil, cuyos representantes son
igualmente hijos de Dios y sometidos a al autoridad religiosa.
Quienes defienden la ortodoxia
religiosa, algo que esta próximo al fanatismo religioso, que a su vez esta
próximo a las guerras en defensa de la idea religiosa, son contrarios al avance
de las civilizaciones y si esto ha ocurrido en tiempos más recientes, cuando la
Iglesia Católica negaba la deslocalización de la Tierra en el sistema solar,
bien pudiera ser los escritos bíblicos fruto del rechazo de sus autores a los
avances de la civilización egipcia, como lo fue a la construcción de torres de
altura (Babel) o al conocimiento inicial del primer hombre al querer conocer el
saber de la manzana prohibida. En suma, las enseñanzas de las religiones nos
mueven a aceptar sin mas ideas y creencias, con independencia de los tiempos,
sin contemplar los avances experimentados por el ser humano en su larga
trayectoria, en los que las religiones no han sido sino obstáculos al avance científico
y al desarrollo del pensamiento critico, bajo la amenaza de supuestos castigos
eternos tras la muerte y promesas del mas allá.
NT: Cruzado el mar rojo,
marcharon durante tres días sin hallar agua potable hasta llegar a Mara, en
donde Yavé hizo el agua potable y les dijo: Si escuchas a Yavé, tu Dios, si
obras lo que es recto a sus ojos, si das oído a sus mandatos y guardas todas
sus leyes, no traeré sobre ti ninguna de las plagas con que he afligido a
Egipto (Ex. 15.22-26). Y llegaron a Elim, donde había fuentes y setenta
palmeras y acamparon allí junto a las aguas (Ex.15.27).
CM: O sea, que el pueblo de
Israel tampoco las tiene todas consigo, también es objeto de la amenaza de su
protector, si no le obedece le podrá castigar con plagas como las de Egipto.
Dirianse los israelitas:
conociéndole tal como le conocemos, más nos vale no llevarle la contraria.
Obras lo que es recto a sus ojos, les dice (Yavé tiene la costumbre de
dirigirse a su pueblo como si se tratara de una persona y a hablar de si mismo
en tercera persona, así cuando dice “si obras lo que es recto a sus ojos” se
refiere a si mismo), no lo que es recto a la conciencia personal de cada uno.
Hay que hacer lo que es recto
según Yavé y ¿que es recto para él? Acostumbrados como nos tiene a sus
actuaciones nada racionales y caprichosas en exceso, ¿cómo adivinar su
pensamiento? Lo que si sabemos de él es que es muy aficionado a acumular
desgracias sobre sus supuestos enemigos y castiga a los suyos cuando no actúan
según sus criterios y de tomarse la justicia por su mano. Si es esto lo que
deben hacer los israelitas en su destino, no parece que sea un ejemplo de
misericordia.
Veremos mas adelante cuales son
estos preceptos y leyes que se han de guardar bajo el temor, ante la permanente
amenaza del castigo en las formas mas crueles que pueda imaginarse.
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