miércoles, 12 de junio de 2013

Caso I. Crimen contra la humanidad. Diluvio universal.

Dios envía un diluvio de carácter universal que origina la muerte de toda la humanidad salvo la familia de Noe.

El mismo Dios lo anuncia a través de los escritores bíblicos: “Voy a arrojar sobre la tierra un diluvio de aguas que exterminara toda carne que bajo la tierra tiene hálito de vida. Cuanto hay en  la tierra perecerá” (G6.17). El mismo Dios excluye a aquel que responde al nombre de Noe y a su familia, junto a una pareja de los animales vivientes (G6.11-G6.22).

Se cumplió la amenaza, tal como queda escrito en el Génesis: “Diluvio durante cuarenta días, tanto crecieron las aguas que cubrieron los altos montes de debajo del cielo. Pereció toda carne que se arrastraba sobre la tierra: las aves, las bestias, los vivientes todos que pululan sobre la tierra y todos los hombres (G7.17-G7.21). Se cumplió el castigo divino. 

¿Cuántos seres humanos murieron como consecuencia de este acto cruel de Dios?  A tenor del literal bíblico pasaron 7 generaciones desde la aparición del primer hombre sobre la tierra, suponiendo que cada descendiente generase al menos 3 descendientes a su vez, la tierra estaría poblada por más de cuatro mil personas y esto excluyendo a los abuelos y resto de ascendientes. Naturalmente, sin tener en cuenta el desastre ocasionado a la naturaleza como consecuencia de las inundaciones y la perdida del resto de seres vivos.

Atenuantes posibles:

Dios parece arrepentido del genocidio que acababa de cometer al sentenciar: “No volveré ya mas a maldecir a la tierra por el hombre, pues los deseos del corazón humano, desde la adolescencia, siempre tienden al mal; no volveré ya a exterminar todo lo viviente, como acabo de hacer. Mientras dure la tierra habrá sementera y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche” (G8.21-22).

Para añadir mas adelante: “Hago con vosotros pacto de no volver a exterminar a todo viviente por las aguas de un diluvio y de que no habrá mas un diluvio que destruya la tierra” (G9.11). Y como señal del pacto establece el arco en las nubes (debemos entender el Arco Iris).

Sin embargo no podemos deducir de tal sentencia arrepentimiento alguno. ¿Se arrepiente Dios realmente de lo que ha hecho?

¿Hasta que punto puede considerarse como atenuante éste arrepentimiento? ¿Ha cumplido Dios su pacto de no agresión? De hecho no tenemos noticias de ningún otro desastre universal que arrasara a todos los hombres excepto a una familia de privilegiados elegidos por Dios en los últimos 10.000 años. Sin embargo, la Tierra como planeta ha estado y esta sometida a sus propios caprichos traducidos en forma de terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, lluvias torrenciales, tornados, que asolan áreas importantes de población con resultado trágico de miles de muertos, probablemente muchos más que los que cayeron en el diluvio universal, época en que la tierra debió estar mucho menos poblada ¿Tiene Dios alguna responsabilidad en estos cataclismos? ¿No será que Dios esta incumpliendo su palabra, a pesar de que el Arco Iris salga después de la tormenta? Si no tiene una responsabilidad activa, cabria suponer que la  tiene por pasiva, por abandonar al fruto de su creación a tan desgraciados designios.

Junto a estas catástrofes naturales, el hombre, esa imperfección de la creación, ha inventado armas de destrucción masiva, ha combatido y dominado a sus semejantes, semejantes a Dios según la propia Biblia, ha exterminado a poblaciones enteras, y lo que es más grave, en muchas ocasiones en nombre de Dios, pero, aunque esto es obra del hombre y no de Dios, ¿hemos de exonerar a Dios de responsabilidad en los actos de los hombres?


Con independencia de estas consideraciones, el arrepentimiento de Dios es falso, como veremos en otro momento, pues aparecen múltiples episodios con nuevos y aún más salvajes crímenes cometidos por Dios. 

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