Dios envía un diluvio de carácter
universal que origina la muerte de toda la humanidad salvo la familia de Noe.
El mismo Dios lo anuncia a través
de los escritores bíblicos: “Voy a arrojar sobre la tierra un diluvio de aguas
que exterminara toda carne que bajo la tierra tiene hálito de vida. Cuanto hay
en la tierra perecerá” (G6.17). El mismo
Dios excluye a aquel que responde al nombre de Noe y a su familia, junto a una
pareja de los animales vivientes (G6.11-G6.22).
Se cumplió la amenaza, tal como
queda escrito en el Génesis: “Diluvio durante cuarenta días, tanto crecieron
las aguas que cubrieron los altos montes de debajo del cielo. Pereció toda
carne que se arrastraba sobre la tierra: las aves, las bestias, los vivientes
todos que pululan sobre la tierra y todos los hombres (G7.17-G7.21). Se cumplió
el castigo divino.
¿Cuántos seres humanos murieron
como consecuencia de este acto cruel de Dios? A tenor del literal bíblico pasaron 7
generaciones desde la aparición del primer hombre sobre la tierra, suponiendo
que cada descendiente generase al menos 3 descendientes a su vez, la tierra
estaría poblada por más de cuatro mil personas y esto excluyendo a los abuelos
y resto de ascendientes. Naturalmente, sin tener en cuenta el desastre
ocasionado a la naturaleza como consecuencia de las inundaciones y la perdida
del resto de seres vivos.
Atenuantes posibles:
Dios parece arrepentido del
genocidio que acababa de cometer al sentenciar: “No volveré ya mas a maldecir a
la tierra por el hombre, pues los deseos del corazón humano, desde la
adolescencia, siempre tienden al mal; no volveré ya a exterminar todo lo
viviente, como acabo de hacer. Mientras dure la tierra habrá sementera y
cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche” (G8.21-22).
Para añadir mas adelante: “Hago
con vosotros pacto de no volver a exterminar a todo viviente por las aguas de
un diluvio y de que no habrá mas un diluvio que destruya la tierra” (G9.11). Y
como señal del pacto establece el arco en las nubes (debemos entender el Arco
Iris).
Sin embargo no podemos deducir de
tal sentencia arrepentimiento alguno. ¿Se arrepiente Dios realmente de lo que
ha hecho?
¿Hasta que punto puede
considerarse como atenuante éste arrepentimiento? ¿Ha cumplido Dios su pacto de
no agresión? De hecho no tenemos noticias de ningún otro desastre universal que
arrasara a todos los hombres excepto a una familia de privilegiados elegidos
por Dios en los últimos 10.000 años. Sin embargo, la Tierra como planeta ha
estado y esta sometida a sus propios caprichos traducidos en forma de
terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, lluvias torrenciales, tornados,
que asolan áreas importantes de población con resultado trágico de miles de
muertos, probablemente muchos más que los que cayeron en el diluvio universal,
época en que la tierra debió estar mucho menos poblada ¿Tiene Dios alguna
responsabilidad en estos cataclismos? ¿No será que Dios esta incumpliendo su
palabra, a pesar de que el Arco Iris salga después de la tormenta? Si no tiene una
responsabilidad activa, cabria suponer que la tiene por pasiva, por abandonar al fruto de su
creación a tan desgraciados designios.
Junto a estas catástrofes
naturales, el hombre, esa imperfección de la creación, ha inventado armas de
destrucción masiva, ha combatido y dominado a sus semejantes, semejantes a Dios
según la propia Biblia, ha exterminado a poblaciones enteras, y lo que es más
grave, en muchas ocasiones en nombre de Dios, pero, aunque esto es obra del
hombre y no de Dios, ¿hemos de exonerar a Dios de responsabilidad en los actos
de los hombres?
Con independencia de estas
consideraciones, el arrepentimiento de Dios es falso, como veremos en otro
momento, pues aparecen múltiples episodios con nuevos y aún más salvajes
crímenes cometidos por Dios.
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