DEUTERONIMIO: La destrucción del enemigo: objetivo bíblico. Y la posesión de la mujer,
y si es hermosa tanto mejor.
NT (texto bíblico): Cuando te acerques a una
ciudad para atacarla, le brindaras la paz. Si la acepta y te abre, la gente de
ella será hecha tributaria y te servirá. Si en cambio quiere la guerra la
sitiaras y pasaras a todo los varones al filo de la espada, pero las mujeres,
los niños, los ganados y cuanto haya en la ciudad lo tomaras como botín. Así
harás en todas las ciudades lejos de ti, pero en las ciudades de las gentes de
Yavé no dejaras con vida a nada de cuanto respira… (DEU. 20.10-18).
CM (comentarios): Es la ley de la guerra,
rendirse o morir, es lo que le queda al pueblo invadido. La rendición lleva
consigo el vasallaje, el sometimiento al pueblo invasor, el abandono de sus
costumbres, de sus dioses, de su cultura. La negativa supone la muerte para los
hombres y la esclavitud para mujeres y niños, y la desposesión de todos sus
bienes. Así se hará con todos los pueblos sometidos, y así lo han llevado a
cabo durante siglos y siglos los invasores en todos los lugares. Y en el caso
de guerra entre hermanos, a los deseos de conquista se le suma el odio, y por
ello el resultado será aún mas brutal, nadie ni nada quedara con vida, es el
exterminio, la desaparición del hermano por haberse desviado del camino
supuestamente correcto; no cabe más crueldad ni abominación; pero así es el
Dios de los judíos, de los cristianos y de los musulmanes, genocida,
implacable, exterminador, malvado.
NT: Si para apoderarse de una
ciudad enemiga tienes que hacer un largo asedio, no destruyas la arboleda, come
sus frutos y no lo tales, que no es un hombre que pueda reforzar la defensa
contra ti. Si no tiene frutos puedes derribarlos para hacer ingenios con que
combatir la ciudad hasta que caiga (DEU. 20.19-20).
CM: Extraordinario el
utilitarismo del creador, una misma cosa puede servir para objetivos diferentes
(alimentación o instrumento de guerra) en función de su fruto. Y maléfica la
comparación del árbol y del hombre, cuando se trata de enemigo, mientras el
primero tiene una utilidad el segundo es un obstáculo y como tal ha de ser
derribado; una muestra más del desprecio hacia la vida por parte de quien
supuestamente la creo.
NT: Si en la tierra que Yavé te
da en posesión fuere encontrado un hombre muerto en el campo, sin que se sepa
quien le mato, tus ancianos y jueces medirán la distancia hasta la ciudades del
contorno. Los ancianos de la más cercana tomaran una becerra que no haya
trabajado, la llevarán a un valle oculto que no haya sido arado ni sembrado y
allí la desnucaran. Entonces vendrán los sacerdotes para bendecir el nombre de
Yavé y los ancianos lavaran sus manos sobre la becerra y dirán “no han
derramado nuestras manos esta sangre ni la han visto nuestros ojos” (DEU.
21.1-9).
CM: Extraño ritual para declarar
la inocencia del pueblo o expiar de la posible culpa y exonerar con ello al
pueblo de Israel, al tiempo que con la muerte del becerro se bendice y rinde
cuentas a Yavé. Aquí paz y después gloria.
NT: Cuando en la guerra haga
cautivos, si entre ellos viere una mujer hermosa y la deseas, la tomarás por
mujer, la entraras en tu casa y ella se raerá la cabeza y se cortará las uñas;
llorara a sus padres por un mes, después entraras a ella y seréis marido y mujer.
Si después te desagradare, le darás la libertad y no la venderás por dinero ni
la maltrataras, pues tu la humillaste (DEU. 21.10-14).
CM: Ya sabemos que las mujeres no
son poseedoras de ningún derecho, están a la merced del hombre por decisión
divina, por esta razón el hombre puede tomar a las mujeres que desee y
abandonarlas cuando le venga en gana, mientras que un comportamiento
mínimamente desleal de la mujer respecto del varón merece la condena e incluso
la muerte. Como objeto que la mujer es para el hombre tiene un valor y es el de
la hermosura, de suerte que si es por ello apetecida por el hombre éste es
libre de tomarla y de repudiarla una vez saciado; pero previamente y en
compensación podrá llorar a sus padres por un mes (del posible marido que
tuviera no hace mención alguna, suponemos que Yavé no considera que pueda haber
amor de por medio) y no ser maltratada ni vendida tras el repudio, pies
bastante tuvo por se humillada. Así pues ¿que será de la mujer no hermosa, o de
quien siéndolo no fue tomada como esposa por algún soldado israelita?
Probablemente sería poseída (violada) por los soldados, tal como ha ocurrido en
todas las guerras, pasadas y presentes, abandonada o vendida como esclava. No
dejo de preguntarme que encuentran las mujeres en Dios para creer en él, cuando
las trata de manera tan perversa.
NT: Cuando un hombre tenga dos
mujeres, una amada y otra aborrecida y el hijo primogénito fuera de la
aborrecida, será este quien tenga el derecho de primogenitura, dándole de sus
bienes dos tantos (DEU. 21.15-17).
CM: Por una vez parece
comportarse con “justicia” el divino Yavé y respeta el derecho de primogenitura
en la persona y no en sus orígenes maternos. Desconfiando siempre de Yavé,
quizás este comportamiento tan natural se deba a que en el momento de la
concepción la aborrecida fuera la amada, y que la nueva amada llegará al hogar
algo más tarde y suplantara el papel de la primera.
Reitero mi postura en contra de este dios, y pobres de los que leen esto y no piensan
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