miércoles, 20 de junio de 2012

GÉNESIS: Abraham y su descendencia

NT: Dijo Yavé a Abraham “a tu descendencia daré yo esta tierra” (G12.7).  Abraham había salido de la ciudad de Ur con su padre Taraj, su mujer Sara y su sobrino Lot con destino a Jarán, en la tierra de Canán.

CM: Abraham debió nacer algo más de 400 años después del diluvio, era descendiente de Sem, hijo de Noe quien vivió 350 años después de la catástrofe. De forma que estuvieron a punto de conocerse, a pesar de haber transcurrido unas 10 generaciones.

Con esta promesa divina de dar a los descendientes de Abraham una tierra ya habitada por los palestinos, se genera un conflicto que perdura en nuestros días y ha dado origen a varias guerras locales y a guerra de guerrillas con la consecuencia de varias miles de muertes.

NT: Según el Génesis en Canaán había sequía y hambre y Abraham decide emigrar a Egipto con su mujer Sara y su sobrino Lot (su padre había fallecido por aquel entonces), allí el Faraón toma a Sara creyendo que es hermana de Abraham (cosa cierta puesto que era esposa y hermana de padre), pero al descubrir que es su esposa la devuelve a Abraham y le expulsa de Egipto. (G12.10-20). Abraham sale de Egipto “muy rico en ganados y en plata y oro” (G13.2) y Lot en “rebaños, ganados y tiendas” (G13.5).

CM: Abraham ante la hermosura de Sara se hace pasar solo por su hermana para salvar la piel, aunque eso suponga que el Faraón la tome por esposa, lo que no aporta demasiadas virtudes a uno de los patriarcas más importantes del judaísmo. Abraham y Lot salen de Egipto ricos a tenor de los amores de Sara con el Faraón.

NT: La riqueza de Abraham y Lot hizo que tuvieran que separarse, para evitar contiendas entre ambos. Abraham habito en la tierra de Canaán y Lot en la hoya del Jordan hasta Sodoma (G13.12). En aquel tiempo habitaba la zona multitud de pueblos-naciones gobernadas por reyes que competían entre si por el territorio. En una de estas guerras Lot fue secuestrado junto a su familia y liberado posteriormente por su tío Abraham.

CM: Es evidente que esta parte de la biblia corresponde con la historia de Mesopotamia (entre 3.000 y 6.000 años hacia atrás en nuestra historia) y es bastante probable que Taraj, padre de Abraham, estuviera ligado a algunas de las monarquías reinantes en Sumeria, pero no queda claro la razón por la que Taraj y su familia abandona una ciudad tan prospera como Ur para emigrar a otra mas pobre. Sorprende que Lot y su tío se separen con objeto de evitar posibles disputas por la tenencia de riquezas, dando a entender que este es origen de disputas entre los hombres, lo que no deja de ser cierto.  

NT: Dios amplia la promesa a Abraham ofreciendo a su descendencia las tierras que van desde el río de Egipto hasta el Eufrates y pueblos vecinos (G15.18-21), área no suficientemente limitada pero que abarca al menos territorios tan amplios como parte de Egipto, el Sinaí, Palestina, Jordania, Líbano y partes de Siria y de Iraq.

CM: ¿Cómo interpretar esta promesa para los descendientes de Abraham? ¿Quiénes son los descendientes de Abraham? Si los judíos reivindican esta descendencia tendrían derecho a estos territorios y por tanto el conflicto esta servido. Pensemos mas bien en una interpretación derivada de luchas tribales en la vieja Mesopotamia antes de ascender a creencias mas perversas.

NT: Sara era estéril y propuso a Abraham que tomara a su esclava Agar para tener descendencia (G16.2). De esta unión nació Ismael cuando Abraham tenía ochenta y seis años.

CM: La propuesta de Sara estaba dentro del código de Hammurabi, lo que confirma el periodo histórico de Abraham.

NT: De nuevo se aparece Yavé a Abraham para comunicarle que será padre de una muchedumbre de pueblos, tendrá grande descendencia, de la que saldrán reyes, morara la tierra de Canaán en eterna posesión, Yavé será su Dios y las nuevas generaciones deberán circuncidar a todo varón en señal de este pacto a los ocho años de nacido, ya sea nacido en casa o comprado a algún extranjero, siendo borrado de su pueblo quien no cumpla con este pacto (G17.1-14). También Yavé comunica a Abraham que bendecirá a Sara para que tenga hijos (G17.16) a lo que Abraham contesta riéndose “Con que a un centenario le va a nacer un hijo, y Sara, ya nonagenaria, va a parir” (G17.17). También Sara ríe también  “¿Cuándo estoy ya consumida, voy a remocear, siendo ya también viejo mi señor? (G18.12)  

CM: Ante tanta presencia de Yavé, Abraham debería estar bastante harto, debió preguntarse como transmitir a sus descendientes tantas promesas divinas y que estos a su vez la transmitiesen a las suyas sin que en el camino quedasen flecos de consecuencias imprevistas, pero todo sea por pasar a la historia de la humanidad como ancestro tan importante. Pero Abraham no debió de ser nada tonto cuando no creyó inicialmente la promesa de Yavé de hacer fértil a Sara, como tampoco ésta, después de noventa años de existencia, además de mostrar un gran sentido del humor (con que voy a ser padre a mis ciento y pico de años). Pero como el papel todo lo soporta, como diríamos hoy en día, dejémoslo hay.

Bien podía haber hecho fértil a Sara en su juventud, poder para ello tenia, entonces, ¿si Abraham estaba destinado a tan amplia descendencia porque permitir la infertilidad de su esposa? 

Respecto de la circuncisión, no parece que sea un mal precepto, aunque solo sea por comodidad, pero no como imposición divina y a los ocho años, ni uno antes ni uno después. Yavé no explica la razón de este mandato, para él un pacto no es sino una ocurrencia que impone a los demás bajo el castigo en caso de incumplimiento. En todo caso Abraham circuncido a todos sus varones incluido el mismo (cuando ya tenia noventa y nueve año, una edad tardía para procrear y para someterse a sacrificios tan dolorosos). Parece que los judíos ortodoxos siguen este mandato al pie de la letra. Por cierto antes de ese momento Abraham se llamaba Abram y Sara Sarai.

NT: Sara engendra a Isaac, con quien Yavé establecerá su pacto sempiterno y con su descendencia después de él (G17.19). Respecto de Ismael lo bendecirá y doce jefes engendrara (G17.20).

CM: Puesto que Yavé es todopoderoso hizo que Sara después de noventa años de vida estéril fertilizara y pariera un varón tan vigoroso.

NT: En tiempos de Abraham las ciudades de Sodoma y Gomorra habían crecido bastante y con ello el pecado. A preguntas de Abraham Yavé contesta que no exterminaría la ciudad de Sodoma, si allí hallare cincuenta justos, cuarenta y cinco, cuarenta, treinta, veinte o diez. (G18.23-33).

Llegaron dos ángeles con forma humana a Sodoma a cuyas puertas estaba sentado Lot, quien les ofreció su casa. Antes de acostarse llegaron a casa de Lot los moradores de Sodoma para conocer a los recién llegados y Lot con objeto de salvar a sus  visitantes de las intenciones de los vecinos ofrece a estos a sus dos hijas vírgenes para que hagan  con ellas lo que bien les parezca (G18.8). Los visitantes, enviados de Yavé, salvan la situación y dice a Lot que saque a su familia de la ciudad porque Yavé va a destruirla (G18.12-13).

A la mañana siguiente, tras la huida, uno de los ángeles le dice a Lot que no miren hacia atrás, que no se detengan hasta llegar a la montaña si no quieren perecer (G19.17). A continuación Yavé hace llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego quedando ambas ciudades destruidas y toda la hoya (el valle) y cuantos hombres había en ellas y hasta las plantas de la tierra (G19.24-25). La mujer de Lot tuvo la osadía de mirar hacia atrás y quedo petrificada en un bloque de sal (G19.26). 

CM: Parece una película de malvados. Se supone que todo el valle era un antro, un área de perversión, sin que quede explicitado cual era el mal que habitaba en aquellas ciudades, en todo caso Yavé vuelve a demostrar su infinita maldad al llevar a la muerte a todos sus habitantes, excluidos la familia de Lot. Yavé había prometido a Noe y sus descendientes que no volvería a exterminar a todo ser viviente (G9.11), pero se refería a un exterminio universal y a un diluvio, no decía nada de una lluvia de azufre y fuego.

Es extraño creer que en estas ciudades malvadas no hubiese al menos diez justos, en cuyo caso no habrían sido exterminadas, porque Yavé es tan justo y misericordioso que no pagarían justos por pecadores (G18.32).  Parece que la familia de Lot estaba compuesta por el, su mujer y sus dos hijas, ¿Qué hubiera pasado de tener una familia mas numerosa? ¿La habría sacado de la ciudad para exterminarla o se habrían salvado todos sus habitantes?

Parece que Yavé tiene un especial interés en salvar a una sola familia de sus exterminios, como ya hizo con Noe, aunque en este caso la mujer de Lot pago con su vida al querer contemplar la tragedia que dejaba tras de si. ¿Qué sentido tiene hacer una estatua de sal a quien mirase hacia atrás, sino castigar la desobediencia, aunque el mandato sea caprichoso? ¿Y qué sentido tiene tanta destrucción? ¿O bien Dios es un ser maligno además de omnipotente o sencillamente la destrucción de Sodoma y Gomorra, de haber existido ambas ciudades, fue fruto de una de las muchas erupciones volcánicas (azufre y fuego) a las que nos tiene acostumbrado nuestro querido planeta Tierra? Hay una tendencia en los humanos de rancia religiosidad de achacar los males a un designio divino, incluso en los tiempos modernos, quizás porque en el inconsciente permanece la imagen de un Dios vigilante, cruel e inhumano, al que hay que temer ante la posibilidad de acabar eternamente en el fuego del infierno y lejos de las dulzuras del cielo tras la inevitable muerte. Si la intención de los escritores de la Biblia era atemorizar a la humanidad, sabe Dios con que oscuras intenciones, bien que lo consiguieron y bien se han aprovechado de este temor las distintas religiones monoteístas. Si ya es un infierno para muchos humanos y mucho más en la larga y oscurantista edad media, es demasiado cruel vivir además con el miedo en el cuerpo para después de la muerte.

Por comentar brevemente la decisión de Lot de sacrificar a sus hijas en aras de la hospitalidad y de protección de unos enviados de Dios, no cabe sino poner de manifiesto una vez más sino el sometimiento a la voluntad divina y el valor de la mujer como objeto al servicio del hombre.

NT: Las hijas de Lot no tenían marido e idearon, para tener hijos, acostarse con su padre, primero lo hizo la mayor y después la menor, sin que aquel las sintiera puesto que fue embriagado para ello, dando como resultado un hijo para cada una de ellas dos (G19.31-38).

CM: Aquí Yavé se equivoco de plano, puesto que las dos hijas de Lot fueron salvadas de la destrucción de Sodoma y Gomorra, porque entendía que eran justas, salvo que Dios considere justo embriagar a su propio padre para acostarse con el y engendrar un hijo, ¿Qué dicen los cristianos, judíos y musulmanes de tal aberración? ¿Qué justificación encuentran a tal comportamiento? ¿Qué moral es esta? ¿Qué enseñanzas son éstas?

NT: Volviendo a Abraham, éste partió hacia Guerar, en donde reinaba Abimelec, quien tomo a Sara creyendo que era hermana de Abraham, pero en sueño le fue revelado que en realidad era su esposa. Habiendo actuado el rey sin mala intención pregunto a Abraham porque lo hizo y este respondió “Es que me dije: de seguro que no hay temor de Dios en este lugar y van a matarme por causa de mi mujer. Aunque es también en verdad mi hermana, hija de mi padre, pero no de mi madre, y la tome por mujer; y desde que me hizo Dios errar fuera de la casa de mi padre, le dije: has de hacerme la merced de decir en todos los lugares a donde lleguemos que eres mi hermana” (G20.11-13). Abimelec entrego a Abraham ovejas y bueyes, siervos y siervas y puso la tierra a su disposición y mil monedas de plata (G20.14-16).

CM: Es la segunda vez que Abraham reniega de Sara como esposa y deja que la posea otros, consiguiendo con ello una fortuna (la primera vez fue en Egipto), lo que prueba que además de ser un ser incestuoso es un cobarde, entregando a su esposa y hermana a terceros para salvarse el mismo. Teme por su vida porque en el lugar no haya temor de Dios, de nuevo el miedo a Dios. Todo esto con la aceptación y beneplácito del todopoderoso que en ningún momento le afea su conducta, al fin y al cabo Dios no se molesto en crear a Eva, sino que aprovecho una costilla de Adam para darle vida, con lo que condena a la mujer a una condición de inferioridad respecto del hombre. Por cierto, debe ser el único caso en la humanidad en que un varón da la vida a otro ser.

NT: Habiendo nacido Isaac, hijo de la infértil y nonagenaria Sara y del centenario Abraham y llegado al destete, los padres organizan un banquete (G21.8) en el que Ismael, el primer hijo de Abraham y de su esclava egipcia Agar, se burlo de su hermanastro lo que hizo que Sara pidiese a Abraham que despidiese a su esclava y a su hijo (G21.10). Dios intermedio y dijo a Abraham “No te de pena por el niño y la esclava; haz lo que te dice Sara, que es por Isaac por quien será llamada tu descendencia. También al hijo de la esclava le haré un pueblo, por se descendencia tuya” (21.12-13).

CM: Que excusa tan injusta (la burla de un niño hacia su hermano) para despedir a la esclava y su hijo bastardo. Pero así estaba escrito en la mente de los escritores de las sagradas escrituras y así lo contaron. Por esta vez y dado que Dios le tenia reservado a Ismael un futuro prometedor no pasaron demasiadas calamidades, salvo errar por el desierto hasta la mayoría de edad, bajo la mirada complaciente de Yavé.

NT: Dijo Dios a Abraham “Anda, toma a tu hijo, a tu unigénito, a quien tanto amas, a Isaac y ve a la tierra de Moriah y ofrécemelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te indicare (G22.2).

CM: ¿Cómo calificar este deseo de Dios? ¿Sadismo, crueldad? ¿Cómo puede alguien leerse este pasaje de la Biblia sin sonrojarse, sin sentir repulsa de un Dios que pide al padre el sacrificio de su hijo muy amado? ¿Qué explicación puede encontrarse ante tamaña aberración? ¿Quiénes escritores pudieron concebir tales crueldades y con que objeto? ¿Cómo habiendo tantas otras aberraciones en la Biblia, esta pueda ser defendida como libro sagrado por gran parte de la humanidad? De nuevo encontraríamos la explicación en el temor a lo desconocido, la ignorancia del débil y el interés del poderoso.

NT: Abraham obedeció, corto leña para la cremación, tomo a su hijo Isaac y se dirigió al lugar que Dios le había encomendado. Isaac pregunta a su padre que donde esta la res para el holocausto, a lo que contesta Abraham: Dios se proveerá. (G22.3-8). Llegado al lugar Abraham tomo el cuchillo y tendió luego su brazo para degollar a su hijo (G22.10),  momento en que le para Dios, “no lo hagas, porque ahora he visto que en verdad temes a Dios,…” (G22.12).

 CM: Dios lo hizo para probarle y descubrió que Abraham le teme, una nueva y extraordinaria contradicción bíblica, puesto que si es omnisciente, si todo lo sabe, debería saber que Abraham le temía o por el contrario no es tan sabio y por consiguiente no seria Dios. Salvo que solo quisiera gastarle una broma, en cuyo caso goza de una extraordinaria mala leche.

Por su parte Abraham, que no hacia otra cosa que obedecer y escurrir el bulto, se puso presto a cumplir la orden divina y sacrificar a su propio hijo. El sometimiento, la sumisión, el temor ¿es este el interés de las religiones? Parece que si, aunque Dios no se muestre, pero para eso están sus representantes. ¿Quién los ha elegido? Porque no hay evidencias que Dios tenga que ver con esta elección de Papas, obispos, imanes, … Pero lo cierto es que estos representantes de Dios ejercen su misión y son reverenciados por los fieles. ¡Que interesante¡
                                   
NT: Tras este relato, Yavé bendice a Abraham y promete alargar su descendencia y la de su hermano Najor, que quedo en Ur, tierra de los caldeos y de uno de cuyos hijos, Batuel, nació Rebeca (G23.17-24).

Abraham antes de morir encarga a uno de sus siervos dirigirse a su tierra original para encontrar mujer para su hijo Isaac, puesto que no quería que éste casara con una mujer de los cananeos (G24.3) hallando a Rebeca (G24.15).

CM: Queda claro el deseo de Dios de unir a Isaac con mujer de su propio pueblo y además de su misma parentela, su sobrina Rebeca. Así que Dios muestra preferencia por el pueblo caldeo, dando pie al enfrentamiento entre pueblos.

NT: Tras la muerte de Sara volvió Abraham a tomar mujer de nombre Quetura, con quien tuvo seis hijos (G25.1-2) y murió a los ciento setenta y cinco años.

CM: No parece una edad apropiada para morir, pero la longevidad de los personajes bíblicos debe estar medida en un tiempo diferente, aunque ya Sara se reía ante la posibilidad de tener descendencia dada la ancianidad de su marido y la suya propia. Aun así, tras la muerte de Sara, Abraham sigue procreando, lo cual es más que dudoso. Pero dado que la Biblia es palabra de Dios, todo es posible.


Privilegios consolidados, derechos reivindicados

           Dos mil años de civilización cristiana, de una religión aburrida y absurda. Un larguísimo periodo de consolidación del poder eclesiástico, de extensión del pensamiento de la iglesia católica por los imperios de la vieja Europa, evangelizadora en los nuevos territorios ocupados de África, Asia y las dos Américas. Dos milenios de dominación del pensamiento individual y colectivo, de casamiento con el poder político, cómplice, participe y autora de múltiples atropellos.

A pesar de este dominio obstaculizador del progreso de la humanidad, nadie duda de los grandes avances acontecidos en el ámbito cultural, social, científico y humano y también en lo político, desde aquellos tiempos del imperio romano. Pero ¿Qué habría sido de la civilización sin esa presencia dominante de la idea religiosa, basada en la resignación, en el temor y en la promesa de un futuro después de la muerte? ¿Habríamos llegado a donde estamos algunos siglos atrás? ¿Estaríamos hoy donde la humanidad estará dentro de algunos años?

Ciertamente han caído la mayoría de los argumentos que sustentaban a las religiones, sin embargo los grandes hitos del descubrimiento científico, las evidencias a favor de la evolución de las especies y del ser humano en particular, no han impedido que las religiones sigan ejerciendo su inmenso poder, que el cristianismo sigue manteniéndose en un integrismo rancio alimentado por una jerarquía eclesiástica reaccionaria y remando contracorriente, que el islamismo mas radical se sustente en el odio hacia los infieles, incluido el odiado Occidente o que el judaísmo viva anclado en  la Biblia.

Echemos una mirada hacia atrás, hagamos un recorrido mental, a penas un minuto, para visualizar esos 2.000 años de historia de nuestra Europa. Cada cual que lo haga desde su propia visión, que vendrá determinada en función de sus conocimientos de la historia, incluso de sus ideas  religiosas y políticas. Hay descubrimientos innegables, la sociedad ha avanzado en el conocimiento de la naturaleza y de las leyes que la rigen, la pequeñez del hombre y de su entorno ante un universo que se nos presenta como inconmensurable deberían, al menos, cuestionar el hecho religioso. Durante ese periodo la sociedad se ha visto sumida en múltiples guerras, en ocasiones en defensa de la “verdadera religión”, ora la cristiana ora la musulmana y de la idea religiosa, de la ortodoxia y en contra del pensamiento libre. Por la religión se han cometido atropellos múltiples, persecuciones, ejercitado la tortura y se han llevado a cabo crímenes de lesa humanidad.

Sin embargo se sigue hablando de civilización cristiana, se quiere decir con ello que somos hijos de esta civilización y al mismo tiempo parte de ella y continuadoras de la misma, pretendiendo que esto es así de manera universal y por consiguiente para los no cristianos, los no religiosos y para los no creyentes en el dios de los cristianos, ni en ningún otro dios presente o venidero.

Quizás es hora de dar paso a otra civilización, la civilización del conocimiento,  de la razón, de la evidencia. Quizás sea preciso romper muchos tabus, vencer muchos miedos, no callar, cuestionar, denunciar, exigir. Veamos a que tenemos que enfrentarnos.

Hace unos meses, ocurrió en Madrid un hecho que rasgo las vestiduras de la parafernalia eclesiástica y rancia política de la capital. Unos jóvenes universitarios entraron en una capilla, esto es, un lugar dedicado al culto católico, ubicada en el recinto de la Universidad Complutense de Madrid. Querían protestar por la presencia en un recinto universitario de un edificio de tal característica y lo hicieron de manera que, según el código civil, pudieron cometer delito de escarnio hacia la religión católica.

Ya es significativo que en ésta nuestra nueva sociedad se confieran derechos exclusivos en un recinto universitario, un lugar de estudio, de conocimiento, a una organización religiosa, por muy mayoritaria que sea. Como significativo es la existencia de estos lugares de culto en los hospitales públicos y en los cuarteles o que gran parte de los actos públicos de carácter político o militar vayan acompañados de la presencia de personal eclesiástico, de símbolos religiosos y de declaraciones y pronunciamientos en nombre de dios y de la moral cristiana. De forma similar los actos religiosos más relevantes son igualmente acompañados de autoridades públicas, representantes del pueblo, del poder civil, como las procesiones de la semana santa, del corpus Christi y las festividades religiosas-patronales locales.

La IC gestiona gran parte de la educación de los niños y niñas en España y ejerce una influencia extraordinaria en los poderes del Estado para llevar a cabo su misión evangelizadora y condicionadora del pensamiento individual y colectivo para cuyo propósito goza de una serie de privilegios y ayudas económicas que la hacen cada día más poderosa.

            La IC recibe del Estado Español, según un estudio de Europa Laica, que recoge datos del año 2010, del orden de 10.000 millones de euros anuales, lo que significa algo mas del 1% del Producto Interior Bruto, una extraordinaria cifra fruto de las exenciones tributarias a las que se acoge la IC, de las aportaciones vía IRPF o de la financiación de sus centros de enseñanza entre otros.

No queda ahí el asunto, sino que la IC sigue acumulando riquezas gracias a la posibilidad otorgada en el año 1988, con las modificaciones llevadas a cabo en la Ley Hipotecaria, por la cual se concede a la IC la potestad de inmatricular edificios, solares o terrenos que no estén inscritos a nombre de nadie, privilegio que antes solo se otorgaba a las instituciones del Estado Español.

 Según la fundación Ferrer i Guàrdia la IC es propietaria, a través de sus más de 40.000 instituciones (diócesis, parroquias, órdenes y congregaciones religiosas, asociaciones, fundaciones, universidades, etc.) de un enorme patrimonio consistente en bienes mobiliarios, inmobiliarios (ej. posee aproximadamente el 70% del suelo habitable de Toledo, Ávila, Burgos y Santiago y unas 120.000 hectáreas en tierras agrícolas), suntuarios (enorme patrimonio en joyas, trajes, etc.), obras de arte y capital en fundaciones. También participa en el sector financiero español (fundamentalmente cajas de ahorro) y posee innumerables empresas mediáticas y de comunicación social, así como del mundo editorial. Es partícipe, además, de acciones en multitud de grupos empresariales de diversos ámbitos.

¿Es legítimo, que se financie una institución religiosa, con el dinero de todos los ciudadanos, creyentes y no creyentes, partidarios y contrarios a esta y a otras religiones? ¿Es moral que se otorguen estos beneficios a una organización que ha causado tanto daño a la humanidad a lo largo de dos milenios y concretamente en el Estado Español, en donde ha estado en perfecta connivencia y simbiosis con la dictadura del  general  Franco?

¿Es legítimo que la IC este liberada del pago de impuestos o de que sus cuentas sean absolutamente opacas al fisco? ¿Por qué goza de tales privilegios en una sociedad democrática y en un estado presuntamente aconfesional?

Uno de los marcos normativos en que se basa esta financiación son los Acuerdos sobre asun­tos económicos firmados entre el Estado Es­pañol y la Santa Sede en 1979, que hablan de diferentes vías de financiación como la asigna­ción tributaria de los contribuyentes que así lo quieren y las exenciones y beneficios fiscales del patrimonio eclesiástico. Pero a esto es preciso añadir otras aportaciones del Estado relacionadas con conciertos educativos y sanitarios o de mantenimiento del patrimonio de la IC.

            La iglesia católica goza de tantos privilegios porque así ha sido históricamente, porque hay una base social que lo avala y porque ningún gobierno es capaz, ni siquiera de cuestionar esta situación, ante el temor de enfrentarse a la todopoderosa Iglesia Católica y su jerarquía representada en la influyente Conferencia Episcopal. En un país en donde política e Iglesia van de la mano, hay un riesgo importante de manipulación del voto en beneficio de los partidos mas conservadores.

No hace demasiados años, España vivía en una dictadura en la que la autoridad del dictador se reconocía como venida directamente de dios. Y el dictador entraba y salía de las iglesias bajo palio, una especie de palco móvil de cuatro varales techado de ornamentos dorados de protección divina utilizada para llevar las custodias, lugar en los que se deposita el cuerpo consagrado de Cristo. Esto muestra hasta que punto la religión estaba incrustada en el poder político representado en este caso por un dictador que acabo con un régimen democráticamente elegido y tomo el poder tras una espantosa guerra civil

Aquella España de procesiones, de comuniones, de misas de domingo, de prohibiciones, de miedos, anclada en el tiempo, separada del mundo por un régimen que abolió la libertad de pensamiento, era el caldo de cultivo para una educación de las conciencias infantiles, sin cortapisas, como si estuviésemos en la mismísima edad media. Basta con remitirse a los catecismos de la época, en los que se exponían las verdades únicas e incuestionables que había que creer. Y así tras el sello del bautismo la educación religiosa estaba presente y patente en la vida de los jóvenes, y de los mayores, la acción católica, las catequesis, la adoración nocturna y así hasta las múltiples festividades religiosas con sus procesiones, todas las cuales se conservan hasta hoy mismo sin grandes diferencias respecto del pasado.

¿Qué diferencias hay respecto de este poder omnímodo de la IC entre ese ayer y el presente? Desde mi punto de vista no ha cambiado gran cosa, la IC mantiene las mismas ideas en cuanto a la universalidad de su creencia religiosa y persiste en la idea que querer educar a los niños y niñas en esa idea religiosa y en los principios arcaicos que la sustentan, por muy alejadas que estén de la realidad social o de las evidencias científicas. La IC ante la nueva situación de un estado democrático se muestra beligerante con los nuevos temas que necesariamente ha de abordar la sociedad, la laicidad del estado, el divorcio que sigue sin reconocer, el aborto, los contraconceptivos, la muerte digna, la eutanasia, etc.

Coincidamos pues en que la IC no esta dispuesta a cambiar lo mas mínimo en sus planteamientos, a pesar de la nueva realidad social y científica, ni a abandonar sus múltiples privilegios, tanto económicos como de influencia en las conciencias de los seres humanos.

Sin embargo ha cambiado la base social de la iglesia. Según datos del CIS correspondientes al año 2010, en torno a un 21% de la población española se declara como no creyente o atea, porcentaje bastante superior al 9,8% de veinte años atrás.  Y como dato muy significativo este porcentaje sube hasta el 30% para jóvenes entre 15 y 29 años.

 Cabria, a tenor de estos datos, pensar que la IC ha perdido base social y por consiguiente seria posible reducir sus privilegios, ser tratada como un ente privado, sometido consiguientemente a las reglas de juego que se marcan para cualquier ámbito civil. ¿Por qué entonces no se avanza en esta línea? Básicamente porque los partidos políticos no están por la idea de enfrentarse a la IC (léase Conferencia Episcopal) lo que hace que ésta haga gala de un poder superior al que le confiere su base social, menos numerosa y menos militante. No solo esto, sino que en algunas Comunidades Autónomas sus gobiernos, estando en consonancia con la IC,  potencian ámbitos en donde ésta tiene una influencia extraordinaria, como es la educación privada o concertada. Con todo ello se mantiene la consolidación de la idea religiosa en una sociedad moderna, anclándonos en el pasado e impidiendo la orientación hacia un futuro diferente.

Es preciso acabar con estos privilegios y reivindicar el derecho a la libertad de conciencia y de pensamiento, al progreso, a una nueva civilización. Confiemos en la evolución natural de la sociedad española y en las acciones del movimiento laico y ateo.