Sin embargo las religiones,
pasados los años no han conseguido evitar el ansia de saber del ser humano, de
tal forma que todas las ideas preconcebidas que sustentaban a las tres grandes
religiones monoteístas han quedado desechadas por la nueva realidad; ni la
Tierra es el centro del Universo, ni siquiera nuestro Sol, como tampoco es
sostenible ninguno de los relatos bíblicos, por mucho que los creacionistas se
empeñen en negar la evolución de las especies o en conseguir favores de
supuestos seres celestiales a través de la oración. Ni cielo ni infierno, ni ángeles
ni demonios, ni dioses ni seres mágicos, solo naturaleza, física y química, por
mucho que les duela a muchos; creamos en las personas, en nosotros mismos, en
nuestra capacidad de innovación, de descubrimiento, de desentrañar los
“misterios” que nos rodean, sin recurrir a seres mágicos e invisibles que no
son sino fruto de nuestra imaginación fundamentada en la ignorancia de los
siglos que nos han precedido.
Ahí queda el blog para quienes
quieran rastrear en él y obtener una visión racional de nuestra existencia.
Entre conocimiento y fe prefiero lo primero porque alimenta la mente del ser
humano, genera confianza y, aunque la felicidad es muy relativa, diría que
ayuda a ser feliz, aunque hay quienes prefieren la felicidad del
ignorante.
Por último quiero mostrar mi
agradecimiento a todos aquellos que han seguido el blog y a los administradores
de aquellos otros blog que han permitido su publicación.
Hasta siempre.