viernes, 12 de octubre de 2012

GÉNESIS: Historia de José


NT: José es hijo de Jacob y de Raquel. Israel (nuevo nombre de Jacob) amaba a José mas que al resto de sus hijos por ser el hijo de su ancianidad  (G37.3) y viendo sus hermanos esta preferencia le odiaron (G37.4).

CM: Mal ejemplo da Jacob (Israel) dando muestras de mayor cariño hacia uno de sus hijos. Es fácil advertir que una preferencia evidenciada de lugar a odios entre hermanos. Pero la Biblia esta plagada de estos odios, desde los tiempos ya remotos del paraíso terrenal. ¿Porqué?

NT: José tiene una serie de sueños en los que se ve como dueño y señor del universo, hasta las estrellas le adoran y se lo cuenta a sus padres y  hermanos, quienes desconfían de sus pretensiones (G37.9-10). Sus hermanos maquinan un plan para matarle pero finalmente lo venden a unos ismaelitas por veinte monedas de plata (G37.28). Para ocultar su acción mancharon de sangre de un macho cabrio su tunica y se la llevaron a su padre para convencerle de que una fiera había matado a José (G37.31-33).

CM: Fueran sueños o no los de José, aires de grandeza si debía tener para sentirse adorado por el Sol y a sus hermanos rendidos a sus pies. Si estos sueños eran fruto de una intervención divina anunciándole el futuro que le espera, como elegido por Dios, estaría mas justificado, pero en modo alguno contárselo a sus hermanos de quienes no podía esperar otra cosa que añadir más odio al que ya le tenían. ¡A saber la intención de los escritores¡ con tal de cumplir el mandato divino. La muerte no era lo mas acertado, se habría acabado la historia de Israel, aunque si lo mas lógico desde el punto de vista de la coartada, puesto que convencieron al resto de la familia de que José murió bajo las garras de una fiera.

Finalmente lo venden por veinte monedas de plata, lo que puede significar una cantidad importante en aquella época, aunque no demasiada tratándose de personaje destinado a tan altos vuelos y sobre todo que el fruto de la venta había de repartirse entre todos los hermanos, lo que finalmente supondría algo irrisorio y mucho mas tratándose de una familia muy rica que no parece que estuviera necesitada de unas cuantas monedas.

Por último no midieron las consecuencias de la venta puesto que en cualquier momento podría aparecer por Canaán (era un niño y aún le quedaba larga vida por delante) y ponerlos a todos en un difícil trance. Pero esto no son sino elucubraciones, lo importante es la continuidad del relato.

NT: Los ismaelitas que compran a José se dirigían en caravana a Egipto (G37.25). José fue vendido de nuevo a Putifar, ministro del Faraón (G37.36).

CM: José es por tanto tratado como esclavo y objeto de transacciones comerciales.

NT: Aquí el Génesis hace un paréntesis en el relato de José y nos habla de la descendencia de Judá, otro de los hijos de Jacob y hermanastro de José. Pues bien, Er el primogénito de Judá fue malo a los ojos de Yavé y Yavé le mato (G38.7), entonces Judá dijo a Onan, otro de sus hijos, “entra a la mujer de tu hermano (de nombre Tamar) para suscitar descendencia”, pero éste entendiendo que la prole no seria suya se derramaba en tierra después de entrar en su cuñada, lo que tampoco pareció bien a los ojos de Yavé y Yavé le mato (G38.8-10). La historia acaba de modo escabroso puesto que finalmente Judá, confundiendo a Tamar con una meretriz concibe con ella dos hijos gemelos.

CM: No explica la Biblia las razones por las que Er era malo a los ojos de Dios aunque si el de Onan, que no quería concebir con su cuñada. Pero como Dios, además de todopoderoso es caprichoso decide acabar con la vida de ambos, los mata dice el Génesis literalmente, entonces ¿Por qué las religiones monoteístas nos quieren presentar a Dios como infinitamente justo y bondadoso, cuando la Biblia lo que muestra es justamente lo contrario, un Dios sumamente malo, perverso y caprichosamente injusto? ¿Por qué quieren los representantes de Dios en la tierra hacernos comulgar con ruedas de molino? que empeño en hacernos ver que es blanco lo que realmente es negro y que ignorancia la nuestra de dar por buena las interpretaciones interesadas de estos representantes de la divinidad. Quizás no sea ignorancia sino miedo ante la posibilidad de una condena al fuego eterno después de nuestros días en este mundo terrenal. Ante la amenaza de tortura el inocente reconoce lo que sea preciso.

NT: Vuelve el Génesis a la historia de José en Egipto. Viendo su amo Putifar que Yavé le protege hace a José mayordomo y administrador de sus bienes (G39.5). Pero la esposa de Putifar quiere acostarse con José y ante la negativa de éste le tiende una trampa y es encarcelado, siendo tratado privilegiadamente gracias a la ayuda de Dios (G39.17-G39.21).

CM: De nuevo resulta caprichosa la actitud de Yavé respecto de José, después de hacerle prosperar tanto en casa de Putifar le hace resistente a los encantos de la mujer de su amo, quien prendada de su belleza le pide reiteradamente que se acueste con ella, hasta ir a la cárcel como castigo por un mal que no ha cometido. Pero en la cárcel vuelve a tener los favores de Dios. Es la primera vez que alguno de los personajes bíblicos es encarcelado, y en este caso de manera injusta, pero tampoco parece que la justicia sea uno de los principios del Dios bíblico. Dado que los libros bíblicos muestran la palabra de Dios, es absurdo pensar que éste pueda ser enjuiciado ni encarcelado por los muchos crímenes cometidos, los dos últimos los asesinatos de dos hijos de Judá. Pero sigamos con la historia increíble.

NT: En la cárcel, José tiene la compañía de dos ministros del rey de Egipto (el faraón) que son puestos bajo la custodia de José (G40.2-4).

CM: Los ministerios de los dos ministros encarcelados eran el de coperos y el de reposteros, algo así como el encargado de mantener limpias las copas del faraón y el jefe de su pastelería y el mal cometido podemos intuirlo, que no hacían bien su trabajo a ojos del faraón, porque no parece muy verosímil una conspiración contra el faraón por parte de ministros tan poco relevantes, además en tal caso habrían sido ejecutados directamente. Y José al parecer es preso y carcelero al mismo tiempo, puesto que se encarga de su custodia, goza de la confianza del jefe de la guardia y no hay temor de que se escape.

NT: Los citados ministros tuvieron sendos sueños que son dados a conocer a José para su interpretación. El copero será liberado al tercer día y el repostero será decapitado tal como interpreto José, quien había pedido al copero que intermediara por él ante el rey, cosa que aquel olvido (G40.20-23).

CM: No hay mucho más de este asunto, pero adivinamos que las cualidades interpretativas de José (quien debería suplantar a Sigmund Freud como padre del psicoanálisis).   

NT: El faraón tuvo sendos sueños, el de las siete vacas hermosas y gordas que son comidas por siete vacas feas y flacas (G41.4) y el de las siete espigas granadas y hermosas que son devoradas por siete espigas flacas y quemadas (G41.7). A través del copero, repuesto en su puesto, es liberado José quien interpreta que vendrán siete años de gran abundancia en la tierra de Egipto seguidos de siete años de escasez en los que el hambre consumirá la tierra (G41.29-30). Es lo que esta firmemente decretado por Dios y que Dios se apresura a hacer (G41.32). Propone José al faraón que recojan el quinto de la cosecha en los años de abundancia y hagan acopio de trigo (G41.34-35) y que nombre el faraón un hombre inteligente y sabio para llevar a cabo esta misión (G41-33).

CM: Ya sabemos que José era muy dado a los sueños, interpretaba sus propios sueños de grandeza (motivo por el que fue vendido por sus hermanos a unos mercaderes que se dirigían a Egipto). Y a tenor de sus aciertos era un prodigio en cuanto la adivinación del futuro, ya quisiera Freud y los padres del psicoanálisis tener esta capacidad para interpretar los sueños propios y ajenos. Con tanta sabiduría ya prevemos que el faraón le va a contratar como su primer ministro, asesor y ayudante. Claro que todo esto le era revelado por Dios que si era un conocedor del futuro puesto que lo tenia todo previsto, tenia decretado siete años de abundancia y otros siete de escasez, para compensar. Aquí al menos fue honrado y aviso a través de José para acopiaran en los siete años de bonanza.

NT: El faraón dice a José “tu serás quien gobierne mi casa y todo mi pueblo te obedecerá; solo por el trono seré mayor que tu” (G41.40). José hizo almacenar trigo en abundancia en las ciudades y al llegar los años de escasez cuando el hambre se extendió por toda la superficie de aquella tierra, abrió José los graneros y lo que en ellos había se lo vendía a los egipcios, pues creía el hambre en la tierra de Egipto (G41.56). De todas las tierras venían a Egipto a comprar a José, pues el hambre era grande en toda la tierra (G41.57).

CM: De modo que hay siete años de abundancia en las tierras de Egipto y siete de escasez en todas las tierras incluidas las de Egipto. Parece evidente que se trata de otra catástrofe natural (o sea divina) de consecuencias perversas a pesar del aviso. Hay igualmente algo malvado en el acopio y posterior venta del trigo, José recoge el producto de siete años de buenas cosechas que se dio en Egipto (no parece que así fuera en otras tierras) y lo almacena en las ciudades, depositando en cada una de ellas lo que se producía en sus alrededores, sin que en ningún momento se haga constar ningún tipo de pago a sus productores, sin embargo en los siete años de sequía, espera a que el hambre se haga patente para sacar a la venta el trigo (suponemos que a mayor precio, es lo que ha ocurrido toda la vida, hacer vital la necesidad par encarecer el producto). Pero ¿el acopio no tenia como intención evitar el hambre de la población? ¿Y que hay de aquellos que no pudieran adquirir el trigo por carecer de recursos para ello? Y que decir de los forasteros, debían pagar el trigo al precio del oro. Aquí el relato alcanza altos niveles de intriga e interés ante el previsible encuentro de José con sus traidores hermanos.

 NT: Dado que el hambre era universal, la familia de Jacob (que sigue viviendo en Canaán) no es ajena a la sequía, así que envía a doce de sus hijos a Egipto a comprar trigo (G42.3) salvo al menor Benjamin ante el temor de que le ocurriese alguna desgracia (G42.4). Cuando se encontraron delante de José, este reconoció a sus hermanos aunque estos a él no le reconocieron (G42.8). José para probarles les dice que si quieren demostrar que no son espías que quede uno preso (Simeón) mientras los otros vuelven con el trigo a su país para aliviar el hambre y que vuelvan con su hermano pequeño Benjamin (G42.15-16). Jacob al conocer de boca de sus hijos los hechos se resiste a enviar a Benjamin hasta que todo el trigo ha sido consumido (G43.2-G43.14).

CM: Jacob se debate entre dejar marchar a su hijo menor y la permanencia de su otro hijo Simeón preso en Egipto por orden de quien aun no sabe que es el que fuera su hijo preferido y dado por muerto. Sin embargo la persistencia de la escasez le hace finalmente decidirse. Por su parte Benjamin ya no es un niño, puesto que José lleva en Egipto no menos de 13 años, el tiempo que sirvió a Putifar, tres en la cárcel, siete de vacas gordas y dos que llevaban ya de vacas flacas. 

NT: José recibe a sus hermanos y les ofrece un banquete (G43.16) pero al mismo tiempo les tiende una trampa, haciendo depositar su copa de plata en el saco de Benjamin a la hora de la partida (G44.1-2). Detenidos en el camino y reconducidos a Egipto, Judá le ruega a José que deje libre a Benjamin ofreciéndose él mismo como preso antes que presentarse ante su padre Jacob sin Benjamin, porque entonces moriría de aflicción (G44.18-34), lo que provoca el llanto de José que entonces se da a conocer a sus hermanos (G45.1-2) y le demuestra no tener nada contra ellos porque todo ha sido voluntad de Dios (G45.8). Enterado el Faraón, hizo cargar sus asnos de víveres y pidió a José que trajera a su padre Jacob a Egipto con toda su familia, porque “Yo os daré lo mejor de la tierra de Egipto y comeréis lo mejor de la tierra” (G45.19).

NT: Quizás se este uno de los relatos mas emotivos, el encuentro entre los hermanos. Pero solo en apariencia, José, orgulloso de su posición, no guarda  rencor a sus hermanos puesto que ha sido voluntad de Dios gozar de la confianza del Faraón, gracias a que fue vendido por sus propios hermanos. Es difícil creer que el Faraón, que habla en primera persona (Yo) y se considera a si mismo Dios, comparta las creencias de José y su familia, los patriarcas elegidos por Dios. Sin embargo ofrece a la familia de José lo mejor de las tierras de Egipto, se entiende las reservas acumuladas en los años de bonanza,  naturalmente que todo en premio a la supuesta buena gestión de José. Pero a la Biblia le interesa exclusivamente el pueblo elegido, importándole bien poco lo que ocurre al resto de los mortales, o sea, que a Yavé poco le importa lo que ocurra fuera de la familia de Jacob, para quien tiene destinado un futuro de esplender. No se concibe esta predilección de Dios por una familia, este favoritismo hacia unos en perjuicio del resto, puesto que mientras la familia elegida goza de lo mejor de la tierra, es de suponer que el resto de familias pasan un hambre mortal.

NT: Llevados a Canaán, Jacob es informado de manera pormenorizada de todo lo acontecido en Egipto y emprende la marcha hacia Egipto con todo sus ganados y bienes y toda su numerosa familia (G46.6-7).

CM: Setenta personas emigraron a Egipto junto con su ganadería, huyendo de la sequía y a vivir a costa del Faraón.

NT: El Faraón dijo a José: “tienes a tu disposición toda la tierra de Egipto, establece a tus hermanos en lo mejor de la tierra; que habiten en la tierra de Gosen” (G47.6), mientras “ya no había pan en toda aquella tierra, pues el hambre era muy grande y Egipto y la tierra de Canaán estaban exhaustos por el hambre (G47.13). José recogió todo el dinero existente a cambio de trigo y se lo entrego al Faraón (G47.14), cuando se acabo el dinero José hizo que entregaran sus ganados a cambio de pan (G47.17), al año siguiente José adquirió para el Faraón las tierras de Egipto y sometió a la esclavitud al pueblo de Egipto (G47.21). Las únicas tierras que quedaron fuera de la compra fueron la de los sacerdotes (G47.22).

CM: Pues queda claro que el Faraón se aprovecha del hambre de su pueblo para esclavizarlo, para someterlo y José es el encargado de llevar a cabo tan alta misión, mientras su familia es graciosamente propietaria de los mejores terrenos y prospera y se multiplica. Es una enseñanza extraordinaria que ha debido ser utilizada por los mayores tiranos de la tierra, en tiempos pasado e incluso en el presente, donde la idea del “Estado soy Yo” perdura aún en algunos países desgraciados. Esta es pues la voluntad de Dios, injusto, perverso, déspota, despiadado, cruel, despreciativo, malvado, tiránico, del Dios en el que creen los cristianos, los judíos y los musulmanes, ¿pero es que no se dan cuenta de que creen en un Dios atroz?

Y por si fuera poco, junto a la familia de Jacob, hay otro grupo que goza de los favores del Faraón y al que no se les expropia la tierra, se trata de los sacerdotes. Como en los tiempos presentes, los sacerdotes gozan de los favores del poder político. Para colmo aquellos sacerdotes egipcios eran representantes de otras divinidades ajenas al Dios de Jacob, ¿Cómo Dios los consentía?

NT: Jacob murió a los ciento cuarenta y siete años (G47.28). Antes de morir bendijo como primogénito de José al menor de sus hijos, aún sabiéndolo (G48.18-19) y al resto de sus hijos. Fue embalsamado y velado durante setenta días (G50.2-3) y enterrado en Canaán según su voluntad (G50.12-13). José murió a los ciento diez años y fue igualmente embalsamado (G50-26).

CM: Dice el relato que los egipcios velaron a Jacob, durante setenta días, no será como agradecimiento por pasar de ser agricultores a esclavos por obra y gracia de su hijo José.

Y así termina el primer libro del Antiguo Testamento. Jacob creando otro problema entre su dos nietos, los hijos de José, por empeñarse en cambiar la primogenitura y sermoneando a todos sus hijos por lo que habían hecho y harán en el futuro. Siguiendo la costumbre, murieron centenarios contraviniendo a la propia naturaleza humana.


Notas:

Los israelitas estuvieron en Egipto por un periodo de 430 años, momento en que atraviesan el Sinaí dirigido por Moisés camino de la tierra prometida.

Hay referencias de que esta salida, de producirse, puesto que no existen constancias fuera de lo escrito en la biblia, se pudo producir en el año 1446 a.C. de forma que podríamos deducir que Jacob y su familia llegaron a Egipto en el año 1876 a.C. época en la que gobernaba en Egipto la XII dinastía de faraones. Durante este periodo hay riquezas en Egipto y se realizaron obras de canalizaciones de aguas y ya existían documentos sobre la construcción de templos, textos jurídicos y matemáticos. Las grandes pirámides de Gizeh pertenecen a la dinastía IV y llevaban construidas más de setecientos años.